En defensa de nuestra historia y de nuestros símbolos
Al H. Congreso del Estado de Chiapas:
En los últimos días se ha hecho pública la intención de algunos diputados locales de promover un cambio en el escudo oficial de Chiapas. Una propuesta que, más allá de lo estético, implica un acto de desmemoria. No se trata de un simple rediseño gráfico, sino de un intento de amputar una parte de nuestra historia.
Chiapas no puede prestarse a esa manipulación. Nuestra identidad es compleja, mestiza y profundamente espiritual. La herencia española no es un símbolo de sometimiento, sino una raíz viva que se entrelazó con las culturas originarias para dar forma a lo que hoy somos. En nuestras fiestas patronales, en la arquitectura colonial, en la lengua, la música y la fe, conviven el alma indígena y la tradición hispánica que juntos dieron origen a una identidad única.
Modificar el escudo estatal no corrige el pasado: lo mutila.
El pasado no se borra, se comprende. Y se honra no desde la culpa, sino desde el reconocimiento de lo que nos forjó como pueblo. Quien desconoce su historia está condenado a repetirla; quien la reniega, a perderse.
¿Y después qué seguirá?
¿Demoler la pila de Chiapa de Corzo o el templo católico de San Juan Chamula? ¿Prohibir la fiesta de los Parachicos o el carnaval de Coita? ¿Cerrar las iglesias, cambiar los cabildos municipales, borrar los nombres de los barrios coloniales? ¿Prohibir el cochito porque fueron los españoles quienes trajeron el cerdo a América? ¿Llamar a San Cristóbal Hueyzacatlán, como lo impusieron los mexicas en tierras mayas?
¿Están conscientes los diputados de la aberración que promueven o no les importa pasar a la historia como los que quisieron borrarla?
El escudo de Chiapas, otorgado en 1535 por el rey Carlos I de España, no representa una imposición ajena, sino un símbolo de origen. Es parte del hilo que nos conecta con la fundación misma de esta tierra. Despojarlo de su sentido histórico sería como arrancar una página entera de nuestra memoria colectiva.
Por ello, quienes amamos a Chiapas y comprendemos su pluralidad, decimos no a esta ocurrencia revestida de modernidad.
Defendamos nuestros símbolos no por nostalgia, sino por respeto a la verdad histórica y a la identidad compartida que nos une.
No se modifica la historia amputando el pasado: se respeta para construir el futuro.
San Cristóbal de Las Casas, octubre de 2025.
Juan Carlos Cal y Mayor Franco
Ciudadano chiapaneco / articulista de A Estribor
