Héctor Estrada
La reactivación de conflicto entre las organizaciones campesinas OCEZ – Casa del Pueblo y Alianza San Bartolomé tiene desde hace varios días secuestrada a buena parte de la población en Venustiano Carranza, Chiapas, debido los constantes secuestros y enfrentamientos armados entre ambos frentes, que han dejado hasta el momento al menos tres muertos y muchos más heridos.
Se trata de un violento conflicto que se gestó hace ya más cincuenta años derivado del reparto de tierras después la Reforma Agraria. Sin embargo, fue el pasado 25 de abril cuando la tensa calma se rompió nuevamente tras un enfrentamiento suscitado entre los límites del poblado San Bartolomé de los Llanos y Paraíso del Grijalva.
Según versiones de la organización Casa del Pueblo, loshechos ocurrieron mientras un grupo de sus miembros realizaban trabajos de brecheo para delimitar sus tierras,cuando “fueron encapsulados por la Alianza San Bartolomé en el punto denominado Tierra Blanca (..) disparándoles con arma de fuego a sus compañeros que estaban trabajando en ese tramo”.
Denunciaron que “los grupos paramilitares de la Alianza San Bartolomé y el gobierno del estado, con ayuda de helicópteros de la Seguridad Publica, fueron encaminados hacia ese punto, favoreciendo la avanzada de sus paramilitares en los dos frentes (sur y norte)”. Disparándoles a sus compañeros con ráfagas de arma de alto calibre.
Sin embargo, los de la Alianza San Bartolomé tiene su propia versión de los hechos. Señalaron que los agredidos fueron ellos por parte de la OCEZ-Casa del Pueblo, quienes además de secuestrar a Corazón Vives Ruiz y Elías Vázquez Gómez, el lunes siguiente interceptaron al menor Pablo Sergio Gómez Espinosa y su madre Carmela Espinosa Hidalgo, tras ser señalados como miembros de la comunidad Paraíso Grijalva.
La Alianza acusó además que la OCEZ-Casa del Pueblo es la que tiene el apoyo del gobierno en sus tres niveles para arremeter contra ellos, y que prueba de ello es la muerte a tiros de Adolfo López Vázquez. Hoy los dos grupos se acusan mutuamente de ser paramilitares, de tener armas de fuego y de agredirse a balazos. Ambas agrupaciones han responsabilizado a los tres niveles de gobierno, de lo que pueda suceder, debido a que no han atendido el conflicto agrario.
La situación tiene actualmente paralizada buena parte de la actividad económica y social dentro del municipio ante la ola de violencia, protestas y bloqueos carreteros persistentes, pero, sobre todo, ante el temor de las familias a verse afectadas por los enfrentamientos a balazos que suceden a cualquier hora y a plena luz del día.
Apenas este miércoles ambos frentes hicieron entrega de muertos y secuestrados como muestra de cordialidad. Sin embargo, el fin del conflicto no parece nada cercano. El municipio de Venustiano Carranza vive desde hace muchos años una inestabilidad aleatoria que debe terminar ya, con el restablecimiento de una mesa de diálogo permanente y la aplicación del Estado de Derecho cuando sea necesario… así las cosas.
