* El grupo ha comenzado a desintegrarse, ya que algunos migrantes no pueden continuar debido al agotamiento físico.
Daniela Alfaro
La caravana migrante que partió el 5 de noviembre de Tapachula, continúa su trayecto hacia el norte de México, pero enfrenta diversos desafíos. Con un grupo inicial de 2 mil 500 personas, muchos migrantes han comenzado a abandonar la caminata debido a enfermedades, fatiga y lesiones sufridas durante el recorrido. El viernes 8 de noviembre, un hombre migrante de origen haitiano falleció en Escuintla, lo que provocó una pausa en la marcha como muestra de luto.
El contingente, que permanece en la unidad deportiva de Escuintla, planea reanudar su marcha en la madrugada del sábado 9 de noviembre. Sin embargo, el grupo ha comenzado a desintegrarse, ya que algunos migrantes no pueden continuar debido al agotamiento físico. Las autoridades locales no han emitido declaraciones sobre el deceso ni las condiciones de la caravana en la región.
A las dificultades físicas se suman denuncias de corrupción. Migrantes han acusado a un supuesto funcionario del Instituto Nacional de Migración (INM) en Tapachula de solicitar 3 mil pesos por persona a cambio de promesas de permisos para transitar libremente por México. Esta acusación ha sido compartida en redes sociales, pero hasta el momento, el INM no ha emitido un pronunciamiento oficial al respecto.
Además, los migrantes han expresado frustración por la escasa información y la ausencia de garantías legales para continuar su viaje de manera segura. Según datos de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), el INM ha recibido más de 500 quejas en 2024, lo que refleja un creciente malestar hacia la gestión de la migración por parte de la institución. El INM ocupa uno de los primeros lugares en cuanto a quejas contra autoridades federales.