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Caraduras / La Feria

Caraduras / La Feria
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Sr. López

A tío Marcelo, tía Rita, su esposa, le caía en todas sus mentiras, nunca fallaba. Muy viejitos los dos, él le preguntó cómo hacía y ella se lo explicó (ya con cariño): -Siempre te ponías colorado -“ponías”, pueshacía largos años no tenía de qué mentir-, te daba vergüenza, fuiste latoso pero no eras caradura -tan fácil.

Ayer, en respuesta a la nota de prensa en la que se consignó que el huachicol goza de cabal salud, presentando fotografías de puestos de venta en carreteras del Estado de México, Querétaro, Puebla y San Luis Potosí, con botes, bidones y grandes cubas de polietileno, la bastonera nacional, titular del Poder Ejecutivo, en su programa matutino de variedades, aclaró que no contenían gasolina, era agua. Punto redondo.

Claro que por respeto a la investidura presidencial hemos de aceptar que era agua, porque todos sabemos el gran negocio que es vender agua a pie de carretera y que por eso la gente sale de viaje llevandocubetas en el coche para ver si tienen suerte y pueden comprar agua, a buen precio, claro… agua Magna yagua Premium, según prefiera el motor de cada quien.

Por cierto: la señora Presidenta agregó que de parte de la prensa, “hay mala leche”. ¿Ya se va a llevar así?, mala leche es un vulgarismo doñita. Se le recomienda no adentrarse en el submundo de nuestro florido idioma, se anda arriesgando a que le pregunten si se considera a sí misma la leche o que su gobierno es la leche cuando es a usted a quien se le nota cada vez más que anda de mala leche porque su gobierno esleche de gallina.

Recuerde señora, que arrojar la cara importa que el espejo no hay por qué, como escribió Quevedo de la vieja que encontró en un basurero un espejo y al verseestragada y decrépita lo aventó al muladar culpándolo de lo que vio, diciendo: “Bien supo lo que hizo quien te echó donde te ves”. Pues eso, no se enoje con la prensa, señora.

Es posible que ese mentir con descaro, sea una manera de probar a su mentor que ya estando en Palacio, lo sigue queriendo como a nada en el mundo y sigue sus pasos, su caminar, como loba en celo. ¡Ajúa!

Si el Señor de los Abrazos mentía con el desparpajo que mentía (no en todo, no exageremos, solo en casi todo), los del gobierno del séptimo año no lo van a ofender hablando con verdad, no, al contrario, hablarán, hablan, con el cinismo increíble de las mentiras mal hilvanadas que acostumbran. Unos pocos ejemplos:

Nos acaban de aclarar que el descarrilamiento del Tren Maya, nunca ocurrió y nos lo dijeron desde el Salón Tesorería de Palacio Nacional, mostrando fotos del tren descarrilado, que no estaba descarrilado, no señor, “fue un percance de vía debido a una anomalía, no un descarrilamiento”, explicó con paciencia de santo el general vestido de civil, Óscar David Lozano Águila, director General del Tren Maya, con la Presidenta atestiguando su calidad de fiel cuatrotero… y uno pensando mal por ignorante: ese tren fuera del carril (¡descarrilado!), no estaba descarrilado, qué bueno que nos sacaron del error.

Ofende que hasta en una babosada nos mientan: ¿qué pasaba si decían que se descarriló?, nada, digo, además ahí están las fotos… ha de ser por el gusto de vernos la cara como prueba de que tienen poder.

Otra cosa en la que nos mienten es en el número de desaparecidos, asunto sobre el que la ONU ya prendió focos rojos sobre nuestro país. En el gobierno del visitante frecuente a Badiraguato, se hizo por reducir el número de desaparecidos que según el gobierno (Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas), son más de 131,000; ¿sí?… pues claro que no, entérese: aparte de desaparecidos el gobierno clasifica a otros que no aparecen como “ausentes”, pa’que se lo sepa. ¿Cuántos desaparecidos hay en México?, no lo sabemos y todo apunta a que no lo sabremos, nunca.

Otra mentira -que además festinan por todo lo alto-, es eso de que ahora resulta que hay 13.4 millones menos de pobres en este nuestro cuerno de la abundancia. Y nos lo dicen jugando con ventaja porque saben que casi nadie se va a poner a buscar el informe del Inegi y luego leerlo. Pero hay de esos y en honor a la verdad, debe aceptarse que los cuentan apegados a los criterios del desaparecido Coneval, bueno, pero igual, el reporte del Inegi, dice clarito que solo hay 42.3 millones de “población no pobre y no vulnerable”.

Así, sin necesitar un doctorado en nada, se deduce que los pobres son 88 millones (la diferencia respecto del total de la población, 130.3 millones, también según el Inegi). Poquito pobres, medio pobres, pobres, muy pobres, solemnemente pobres, pobres de solemnidad y de pena ajena, sí, en todos los grados, pero todos pobres: 88 millones, no los 38.5 que festeja la madrugadora dama del bastón de palo, como “triunfo de la transformación”.

El triunfo de la transformación es que se redujo la expectativa de vida del mexicano en su primer sexenio al frente del país. Dicen los que saben que se perdieron 4.6 años de vida entre 2019 y 2021 por la pandemia del Covid 19 que todos recordamos lo bien que se atendió. Así, lueguito el gobierno dijo que ya se había recuperado. No vamos a dudar, sería el colmo pensar que nos iban a mentir en eso. La duda ofende.

Sabido es: los gobernantes en todo el planeta mienten, pero no construyen todo un proyecto político con mentiras, ni sostienen un gobierno con engaños. Esto que sucede en México no es normal, no lleva a nada bueno. Nada más piense en qué crédito merecen las declaraciones y argumentos de doña Sheinbaum en sus telefonazos con el Trump, que la escucha abanicándose con las tarjetas en las que su Departamento de Estado le informa nuestra triste y criminal realidad.

Esperemos cualquier cosa de este gobierno menos que acepte un error ni un delito de ninguno de los delincuentes que tiene en su seno. Parece que leyeron‘Las mocedades del Cid’, de Guillén de Castro (Siglo de Oro): “es negocio averiguado que el prender el delincuente es publicar el agravio”. Y el agravio aquí es que son cómplices, por eso son caraduras.

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