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Sr. López

 

Este López, ya cuarentón, maduro que ya era, no fue a los funerales de tía Magda. Sin remordimientos lo cuenta porque la señora esa, tenía dos reglas: a su hijo Mario (el Sapo), le pasaba todas, y los demás niños del planeta, nos trataba con rigor que llegaba a escandalizar a doña Yolita, afamada por su método SS de doma de niños. Murió y la enterró su hijito chulo, el Sapo, solito. Sin pena lo cuanta este menda.

 

Decíamos el 9 pasado, que el caso de la maestra Elba Esther Gordillo fue tal vez el peor patinazo ético y político de don Peña Nieto y que el juez del Primer Tribunal Unitario en materia Penal en la Ciudad de México, sobreseyó la causa y notificó a su defensa que había emitido la orden para su “absoluta e inmediata libertad”. ¿Nunca debió estar detenida?… nunca.

 

El efecto del sobreseimiento en cuestiones penales -ojo: efecto-, es equivalente a una sentencia absolutoria, sin serlo: el Juez cancela la causa; dicho de otro modo: los defectos del expediente presentado por la PGR en este caso, imposibilitan que el Juez pueda emitir sentencia sobre el fondo del asunto -en este caso, si es o no culpable la acusada-, y lo único procedente es sobreseer la causa, no hay modo de enderezar el asunto. Un detallito, nomás por no dejar: el sobreseimiento no establece una verdad legal que los jueces pueden alcanzar solo entrando al fondo del asunto, que es lo que no se pudo hacer… por falta de pruebas.

 

Así lo decretó el juez Miguel Ángel Aguilar López, el proceso por delincuencia organizada y lavado de dinero fue sobreseído por “falta de elementos en el juicio”, esto es porque las pruebas acumuladas en el proceso no acreditan su culpabilidad. Claro que no: no son delincuentes organizados los empleados de un sindicato y no son de procedencia ilícita los dineros: proceden del sindicato. Si no les gusta a los maestros en qué gastaba la señora, que se quejen, que denuncien… no lo han hecho porque sus reglas internas establecen su autorización gremial para ejercer así los dineros de su sindicato.

 

Importa insistir: el sobreseimiento no es sentencia, pero en derecho penal el auto de sobreseimiento produce los mismos efectos que una sentencia absolutoria en lo que se refiere al acusado, y hace imposible la apertura de una nueva carpeta de investigación (antes averiguación previa), sobre el asunto sobreseído.

 

No aplica en estos asuntos tan graves la sabia frase de Groucho Marx: estos son mis principios y si no le gustan… tengo otros. No señor, con la libertad de la gente no se juega (bueno a veces sí, recuerde el caso de Joaquín Hernández Galicia (a) La Quina… y el de la maestra Gordillo). Nos puede gustar o no, pero igual es la ley en cualquier país civilizado (aunque sea a medias).

 

Con el criterio que detuvieron y exhibieron sin clemencia a la maestra Gordillo, deberían haber puesto sus barbas a remojar Carlos Romero Deschamps, líder del Sindicato de Pemex desde hace 25 años (senador por el PRI); Joel Ayala, líder de la Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado desde hace 20 años (senador del PRI); Francisco Hernández Juárez, líder del Sindicato de Telefonistas hace 42 años (ex diputado federal del PRD); Tereso Medina, líder de la CTM de Coahuila hace 20 años (senador del PRI); Gilberto Muñoz Mosqueda, hace 42 años líder del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Industria Química y Carboquímica; Víctor Flores Morales, líder hace 23 años del sindicato de ferrocarrileros; Agustín Rodríguez Fuentes, líder hace 25 años del Sindicato de Trabajadores de la UNAM; Rafael Rivapalacio Pontones, líder desde hace 41 años, de los trabajadores del Infonavit; Antonio Reyes, líder hace 28 años del sindicato del Fonacot; y muchos, muchos más. Por dónde pensaría empezar don Peña Nieto… pues por el sindicato de maestros, es que viera usted: hay prioridades.

 

No lo ande contando pero en esta nuestra risueña patria, todos estamos en el secreto: los líderes sindicales son intocables, salvo cuando dejan de ser comparsas del poder grandote. Si duda, recuerde qué fue de aquél líder que se desarrolló a la sombra de Lázaro Cárdenas, sí, Fidel Velázquez, honra y prez de la charrería nacional de alta escuela, líder de la CTM 56 años (de 1941 a 1997)… se retiró por fallecimiento, si no, ahí seguiría.

 

Qué callo le pisó la maestra Gordillo a Peña Nieto es algo sobre lo que hay versiones, todas guangas, pero seguro relacionadas con la reforma educativa. Bueno, ya pagó el precio. Pero en política, igual que en cualquier juego en que hay desquite: el que se lleva se aguanta.

 

Chistoso es que nuestra poderosa PGR todo terreno, no pudo en más de cinco años conseguir pruebas. Eso huele a lo que es: asunto político; asunto político mal manejado; mal por Peña Nieto & Cía., muy mal… y siendo mujer, de esa edad… bueno, cada quién su conciencia.

 

Con nota de escándalo, cierta prensa destacó ayer que la maestra Gordillo pudiera querer recuperar sus derechos sindicales… oiga usted, ¿recuperar?… nunca los perdió, ni resultó jurídicamente culpable de nada y el sindicato de maestros nunca la denunció de nada. El que se lleva se aguanta: la política no es para jugadores de ventaja, ni hombres de avería, que no caben ni en la solapa de los libros de historia (con la pena, don Peña).

 

Esa cierta prensa, espanta a un orangután: aquí no hay ley que valga, la presunción de inocencia es una paparrucha y más le valiera a los jueces emitir sentencias al gusto de los medios de comunicación. Bonita cosa.

 

Mala cosa litigar en prensa. Peor cosa que cierta prensa se asuma como corte judicial. Se daña gente. Se deforma la construcción de un país en que la ley sea norma universal. En los países civilizados (así sea a medias), la inocencia y culpabilidad las determinan los jueces. Si no les gustan estos, NO tenemos otros.

 

Mientras tanto: ¿alguien repara los daños y ofensas a los falsos detenidos?… no; porque son culpables mientras la prensa no diga lo contrario.

 

Queee el mundo fue y será una porquería, ya lo sé… Cambalache.

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