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Caer para arriba / Código Nucú

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César Trujillo

El gobernador de Chiapas, Manuel Velasco Coello, sonríe. En las nueve, de las 14 fotos publicadas en el Facebook, donde aparece y presume ser quien lideró la constitución de la Comisión Ejecutiva Asia-Pacífico de la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago) el día de ayer, se le nota relajado y seguro de que la impunidad llegó en tiempo y forma. Puntualita pues. Pésimo administrador pero político con suerte al fin, dicen algunos. Lo han favorecido, otros. Cayó para arriba, pienso yo. Seis años de impunidad en el Legislativo no son poca cosa y lo sabe.

Hay quien buscaba comparar su arribo al Senado con los seis años de impunidad de Juan Sabines Guerrero, pero no hay comparativo. Para nada lo hay. A Sabines, lo sabemos, los favores económicos vertidos a la campaña del presidente Enrique Peña Nieto y sus cotos de poder con Luis Videgaray le valieron a lo mucho el Consulado en Orlando, Florida y un silencio del que el mismo Velasco fue partícipe. Los más de 40 mil millones de pesos que se llevó el ahora cónsul, bajo el cobijo del Poder Legislativo de Chiapas, quedaron como simple cuento de terror para un gobierno verdeecologista que prometía hacer la diferencia. Tampoco fue así. La realidad que nos golpea en el rostro nos lo dice.

Sin embargo, Manuel Velasco sí cayó para arriba pese a todo lo que se diga. Su destino, tras una desastrosa administración en la que las instituciones se han prostituido, se ha minado la burocracia y se golpeó severamente a diferentes sectores a los que se les adeudan millones de pesos, está ahora tildado a estar en una curul en la Cámara Alta desde donde, se quiera o no, tendrá injerencia y podrá mover algunas de sus piezas. Incluso algunos creen que puede llegar a liderar el Senado y fortalecer sus relaciones, ante la mira incrédula y la tirria que algunos emanan y que no entienden que la política es un arma que usan, entre sí, los que ostentan el poder, los de las cúpulas.

Y no, no es descabellado que Velasco haya caído para arriba y acolchonadito, aunque nos dé coraje, pero sólo si se analiza con pinzas la forma en que se han acomodado las cosas. Porque más allá de señalar de forma visceral su destino, y decir que está muerto políticamente, que hasta ahí llegó su historia y que la justicia federal lo alcanzará este sexenio que arrancará en diciembre, debemos ver el por qué si no era el ungido desde el mismo poder del centralismo, bajo acuerdos de entregar sus votos en Chiapas, llegó sin problema alguno. Es más, los mismos tribunales hicieron ojo de hormiga a su paso. ¡A poco no!

Y es aquí, como diría mi abuelo, donde la cocha torció el rabo. Porque la administración de Manuel Velasco seguramente supera, como una historia sacada del realismo mágico, lo devastador del sabinato en detrimento de la economía de nuestro estado. Recuerde los números, el derroche de los millones de pesos que se hizo sólo en la promoción de la imagen de Manuel Velasco a nivel nacional durante su primer año de gobierno, cuando alguien le había vendido la idea de que podía llegar a ser candidato rumbo a la presidencia de México y decidió apostarle a la inmediatez.

Basta ver los cobros que se hacen en marchas, en conferencias, a las que el gobernador ha respondido con displicencia para tener apenas una idea del descomunal derroche de dinero que se dio en su sexenio que sirvió, según diversas denuncias, para empoderar a nuevos ricos como el mismo jefe del Instituto de Comunicación Social, José Luis Sánchez, quien sólo el día de su boda tiró hasta las casas (y coches y demás) por la ventana y ha hecho un emporio de la nada. Es más, no vayamos muy lejos, a los mismos partidos políticos los han castigado desde la Secretaría de Hacienda y les adeudan varios millones a cada instituto sin que se vea por dónde les vayan a pagar.

Sí, si hay que calificar a este sexenio en Chiapas éste sería el peor. Y no es que los demás sean un dichado de virtud, pero al gobernador Manuel Velasco simplemente le importó poco la crítica o la no aceptación de la gente, se encerró en su burbuja y condenó a Chiapas a la ingobernabilidad. Su obra máxima y logro contundente: cachetear y se dejarse cachetear, o sentirse el dueño de las mujeres, digo, para que usted pueda medir el nivel de este sexenio en el que ya se va al Senado y algún esquirol llegará a jugar a ser el rey que, seguramente, terminará crucificado y con una cola más larga que la que ya trae.

 

Manjar

Parece que no hay poder humano que calme la voracidad de la diputada María de Jesús Olvera Mejía: Sigue encubriendo taxis piratas con su organización sindical, sigue violentando las leyes a su antojo. Sigue moviendo sus tentáculos y metiendo el desorden en el gremio del transporte. Ya veremos si el sexenio que viene sigue con su bandera de impunidad ondeada en todo lo alto. #VeremosDijoUnCiego // La recomendación de hoy es el libro de Leviatán de Thomas Hobbes y el disco Infame de Babasónicos. // Recuerde: no compre mascotas, mejor adopte. // Si no tiene nada mejor qué hacer, póngase a leer.

 

* Miembro de la Asociación de Columnistas Chiapanecos.

 

Contacto directo al 961-167-8136

 

Twitter: @C_T1

 

Mail: palabrasdeotro@gmail.com

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