* Activistas como María Isabel Cruz han denunciado el silencio y el miedo que rodea a las víctimas y sus familias, quienes temen represalias por parte del crimen organizado.
Sinaloa enfrenta una crisis de desapariciones sin precedentes, con más de 600 jóvenes, incluidos niños y adolescentes, reportados como desaparecidos en lo que va del año debido a la creciente violencia generada por la guerra entre cárteles. Este alarmante fenómeno se ha intensificado desde la captura de Ismael “El Mayo” Zambada, que ha desatado un conflicto interno en el cártel de Sinaloa.
Crispín Jesús Mariscal Ávila, de 29 años, es uno de los casos recientes que ha conmocionado a la comunidad. Su madre, que ha optado por permanecer en el anonimato por miedo a represalias, había advertido a su hijo sobre el peligro de salir de casa en medio del clima de violencia que asola Culiacán. Sin embargo, Crispín decidió salir con amigos la noche del 24 de septiembre, y desde entonces, su familia no ha recibido noticias sobre su paradero.
María Isabel Cruz, presidenta del colectivo de buscadoras Sabuesos Guerreras, ha sido una voz destacada en la denuncia de esta situación. Según ella, desde el inicio de la guerra entre los llamados “Mayitos” y “Chapitos”, la cifra de desaparecidos ha aumentado drásticamente, contabilizando al menos 625 casos desde julio. La activista indicó que en agosto se reportaron 95 desapariciones, cifra que se disparó a 370 en septiembre, lo que refleja la urgencia del problema.
Cruz enfatizó que el miedo a represalias ha llevado a muchas familias a no denunciar las desapariciones ante las autoridades, lo que complica la situación aún más. “Los desaparecidos son como los calzones, nadie quiere que se vean”, declaró, subrayando la estigmatización y el silencio que rodea a las víctimas y sus familias en Sinaloa.
La activista también alertó que los “levantones” de jóvenes, antes dirigidos principalmente a personas de entre 16 y 24 años, ahora afectan a individuos de cualquier edad, y la mayoría de ellos rara vez regresa con vida. “Estamos solos ante esta barbarie que está cometiendo el crimen organizado”, lamentó Cruz, quien señaló la falta de acción efectiva por parte de las autoridades para garantizar la seguridad de la población.
La ola de violencia en Sinaloa no muestra signos de cesar. Recientemente, se registraron enfrentamientos en Culiacán entre civiles armados y el Ejército, que resultaron en varios heridos. Además, hombres armados robaron un autobús en la autopista Mazatlán-Durango, destacando el control del crimen organizado en la región.