Ernesto Gómez Panana
Asunción
La palabra “asunción” tiene su raíz en las acepciones latinas assumptio y -onis, que significan “acción de asumir, tomar o elevar”. Se deriva del verbo assumere (ad- = hacia + sumere = tomar, coger).
En el contexto religioso católico, “Asunción” alude a la elevación de la Virgen María al cielo en cuerpo y alma, entendido en ese mismo contexto como la gloria, el paraíso, el Edén.
Durante la conquista española en tierras americanas, las expediciones españolas tenían por costumbre nombrar las nuevas ciudades en función de la fecha en la que eran fundadas. Mientras en Veracruz y Tenochtitlán un capitán de apellido Cortés y de nombre Hernán fundaba la “Nueva España”, la ciudad de Asunción, capital del Paraguay, era fundada por los exploradores españoles Juan de Salazar y Espinosa y Gonzalo de Mendoza el 15 de agosto de 1537, día en que se celebra la Fiesta de la Asunción de la Virgen María.
Recién este fin de semana patrio se supo de un fuerte operativo policial en aquella lejana ciudad. Según informaron los medios, el motivo de la movilización policiaca fue, en palabras de Santiago Peña, presidente de esa nación sudamericana y sin duda el hombre más informado de aquel país, “dar un golpe contundente al crimen organizado internacional”.
Según esta misma versión del presidente Peña —el paraguayo, no el del torneo de golf—, la incursión en el lujoso fraccionamiento del Departamento Central de la capital permitió detener a, sigo citando, “uno de los capos más peligrosos de México y aliado del Cártel Jalisco Nueva Generación”. (Caramba, venirnos a enterar de algo así desde tan lejos).
Viene ahora un larguísimo periplo para poder trasladar a México a tremendo embaucador de almas de buena fe. Ya se supo al momento de escribir esta asombrada columna que el señor Bermúdez ha rechazado el traslado voluntario a México y usará todos los recursos —supongo que principalmente financieros— para evitar pisar suelo nacional y tener que confesar su absoluta y exclusiva responsabilidad en la sarta de delitos cometidos durante sus años como servidor público. Ojalá la mano implacable de la justicia lo alcance antes de que pueda elegir la huida por el camino fácil del suicidio o, peor aún, ojalá su proceso avance con la prontitud necesaria para evitar también una funesta y desde luego accidental tragedia en las precarias cárceles guaraníes. Dios nos libre de que su alma quede en el limbo y sea impedida del perdón que le dé acceso al Paraíso.
Oximoronas 1. Hoy se conmemoran 201 años de la federación de Chiapas a la nación mexicana. El año pasado, el bicentenario transitó gris, gris como casi todo durante ese vergonzante espacio de seis años de desperdicio estatal. Lo que natura non da, Florida tampoco presta.
Oximoronas 2. Qué ironía que la mejor pelea del señor Canelo haya sido —en mi desconocedora opinión— la de anoche. Crawford lo forzó a defenderse y a intentar desesperada e infructuosamente el knock out, y lo puso en su sitio real: lo que natura non da, marketing tampoco presta.
Oximoronas 3. Relatar este desaseo tabasqueño, me recordó a Roberto Madrazo, ese otro exgobernador corrupto y caradura.
