Juan Carlos Cal y Mayor
El próximo domingo se llevará a cabo el proceso electoral en Argentina para elegir presidente de la república en una segunda vuelta electoral llamada balotaje. Los argentinos votarán entre el candidato oficialista Sergio Massa (quien además sigue siendo ministro de economía) y Javier Milei, un outsider y economista liberal, que apenas incursionó en la política y viene de ser un polémico analista en los programas de debate en la Argentina.
La tierra de la plata y el bife, pasó de ser un país próspero y culto hace unas décadas para convertirse en un país con un 40% de pobres y otro 10% en pobreza extrema. Una inflación galopante con una moneda tan devaluada que es consecuencia de una clase política populista que proviene del peronismo y ahora del kirchnerismo en la figura de Cristina Kirchner que no ha soltado el poder que ahora ejerce desde la vicepresidencia con todo y tiene una probada acusación de corrupción por enriquecimiento ilícito.
LA CASTA
Esa clase política a la que Milei llama “la casta” es la culpable de que miles de argentinos estén emigrando de un país cuyo presente está en quiebra. Milei, como buen catedrático, ha dado clases de economía de manera pedagógica convenciendo a sus electores sobre las virtudes del libre mercado en contra un gobierno irresponsable que vive con un permanente déficit fiscal que lo ha llevado a endeudarse con el Fondo Monetario Internacional comprometiendo a futuras generaciones.
DEJA VU
Argentina es una película del México de los años setentas -y el que nos espera- donde el gobierno resolvía sus problemas imprimiendo billetes al por mayor generando con ello una sobre oferta de dinero que no tenía contraparte en la demanda lo cual dispara los precios al por mayor y le resta valor al poder adquisitivo de su moneda devaluándola frente al dólar y muchas otras monedas. Aunado a ello y como todo gobierno de izquierda, tiene a una enorme cantidad de beneficiarios de programas sociales -los piqueteros- que han igualado a los argentinos en la dependencia y la pobreza.
Tienen un banco central sin autonomía del gobierno. Cada que se les acaba el dinero, imprimen más y más billetes gastando más que sus ingresos. Con el paso del tiempo la salud y la educación se han visto mermadas en grado superlativo. Por si fuera poco, la violencia se ha desatado a lo largo y ancho del país. Sucede lo que aquí en México donde el victimario se ha convertido en víctima ante el solapamiento del gobierno. El narco se ha enquistado en todos los países populistas y de izquierda en América Latina y hace de las suyas sin que nadie haga lo suficiente para frenarlo.
UNA ARGENTINA DISTINTA
Por eso el deseo de cambio ha permeado en muchos sectores sociales y particularmente entre los más jóvenes donde la oferta y la personalidad disruptiva de Javier Milei ha provocado una enorme atracción. Una de las frases favoritas del candidato autoproclamado libertario es que “Una Argentina distinta es imposible con los mismos de siempre”. En la primera vuelta electoral Milei dejó atrás a la centro derecha encabezada por Patricia Bullrich quien gozaba del apoyo del expresidente Mauricio Macri, cuyo mandato se dedicaron a sabotear los populistas de siempre.
ALIADOS
Milei y Patricia Bullrich lograron sumar el 55% de la votación y ahora van juntos para derrotar a Massa, el candidato del kirchnerismo. “La izquierda llega al poder por una escalera que se llama democracia representativa y luego tira la escalera para que nadie pueda subir” nos dice Agustín Laje y tiene razón. Se dedican con sus socios los gobiernos y movimientos de izquierda del foro de Sao Pablo a desestabilizar países para luego enquistarse en el poder.
Son aliados en sus tácticas, financian campañas políticas y ofrecen asilo a sus compinches cuando los echan del poder. No es casualidad que México haya enviado un avión para exiliar a Evo Morales. Tampoco que López Obrador haya ofrecido asilo a Pedro Castillo que intentó refugiarse en la embajada de México después de intentar un golpe de estado. Ni que decir de la ayuda permanente a Cuba y los honores con que se recibe al dictador Nicolas Maduro.
ENTROMETIDO
Por eso no es casual que Amlo esté atacando reiteradamente a Javier Milei entrometiéndose en las elecciones argentinas. Allá las elecciones dependen del Ministerio del Interior, es decir el Gobierno, quien es responsable de las urnas, la impresión de los padrones y la realización del escrutinio. No hay un organismo autónomo del gobierno como nuestro INE que organice las elecciones. Milei se enfrenta a una elección de estado con todo en su contra.
El gobierno ha cooptado a parte de la prensa y ha iniciado una campaña feroz contra Milei infundiendo el miedo a la población diciéndoles que es un loco y les va a quitar subsidios y apoyos sociales. El candidato del gobierno tiene, entre otros, el descarado apoyo de Brasil y México, que va más allá de declaraciones. El periodista Raymundo Riva Palacio ha señalado que les están enviando fuertes sumas de dinero y seguramente habrá todo un operativo fraudulento para imponer a toda costa al candidato del gobierno. Si Milei no gana arrolladoramente y no logra fiscalizar sus votos, será víctima de una elección de estado. Hay que poner las barbas a remojar…