Héctor Estrada
La situación en la región fronteriza de Chiapas supera cada vez los peores escenarios imaginados, en medio de una escalada de narcoviolencia que no conoce límites. El último episodio desconcertante ocurrió el paso jueves 7 de septiembre cuando la maestra Berni Mejía, del COBACH 216 en el ejido Río Guerrero de Amatenango de la Frontera, fue sacada del aula por un grupo armado mientras daba clases a sus alumnos, manteniéndose hasta la fecha como desaparecida.
El hecho, que tiene actualmente a la comunidad desconcertada, ha generado un estado de alerta dentro del sector docente que labora en la zona; y no es para menos. La determinación de irrumpir en una institución educativa, en pleno horario de clases, más allá de las razones injustificables, ha terminado por reventar los pocos “límites de civilidad” que se mantenían vigentes en esa convulsa región de la entidad.
Apenas este lunes personas armadas, presuntamente habitantes en resistencia, quemaron un tráiler sobre uno de los puentes carreteros del municipio de Mazapa de Madero para exigir -entre la impotencia y desesperación- a los secuestradores la liberación de la maestra. “Viva se la llevaron, viva la queremos”, decían algunas de las lonas colgadas en camiones de carga y transporte público durante el bloqueo de este 11 de septiembre.
Y es que, la situación en esa línea fronteriza de México se ha vuelto cada vez más insostenible. Tan sólo el domingo pasado alrededor de 500 agentes del Ejercito, la Guardia Nacional y la Policía Estatal Preventiva fueron sumados a las tareas en esa zona, como parte del un despliegue de elementos que, según los boletines oficiales, se ha vuelto recurrente durante los últimos años, pero aparentemente también insuficiente.
De acuerdo a cifras documentadas por organizaciones no gubernamentales y fuentes oficiales, durante los últimos años aproximadamente dos mil 131 personas han sido víctimas de desapariciones forzadas en Chiapas. El Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas y Melel Cojo al A.C. han sido algunos de los observadores más activos, registrando un total de mil 831 desapariciones forzadas entre los años 2018 y 2021. Tan sólo en 2019, se reportaron 183 casos de desapariciones, mientras que entre 2022 y 2023 se sumaron 300 casos más.
En el caso específico de la profesora Berni, la Fiscalía General del Estado de Chiapas (FGE) ha reconocido que, según su información recabada, fueron seis sujetos (armados) no identificados los que se la llevaron de su salón de clases, abriendo la carpeta de investigación por desaparición, pese a que los familiares aterrorizados han preferido mantenerse al margen de cualquier posicionamiento público.
Al respecto, hasta el momento, ni la Dirección General del Colegio de Bachilleres de Chiapas (COBACH) ni la Secretaría de Educación en la entidad han fijado postura clara sobre lo sucedido al interior de uno de sus planteles y mucho menos sobre posibles protocolos especiales a implementar en las escuelas que aún funcionan dentro de esa “zona roja” de la entidad, donde claramente ya no existen garantías de seguridad.
Mientras tanto son los pobladores quienes ha decidido tomar la lucha en sus manos para exigir ahora la presentación con vida de la profesora Berni, en medio de una ola de violencia sin límites dentro de la región, que sigue sumando desaparecidos, víctimas mortales y miles de personas desplazadas que han preferido huir de sus hogares antes de sumarse a las dolorosas cifras de la anarquía armada en Chiapas… así las cosas.