Guillermo Ochoa-Montalvo
Querida Ana Karen
Según yo, el amor es un taco de suadero con salsa bien picosa que te hace sudar y también llorar de alegría o dolor; pero nos encanta saborearlo. Entonces Corina me responde, —El amor es un misterio, pero diría que es como un buen café: te despierta, te hace sentir vivo, y te hace querer repetir la experiencia una y otra vez.
Como sea, eso del amor es un tema metafísico, tan esotérico como exotérico; tan espiritual como mundano; tan romántico como sexual. Un tema recurrente del cual se ha escrito desde tiempos inmemorables y cada quien lo vive, lo experimenta y define a su manera.
—El amor es una locura que el cura, cura con otra locura, le respondió OSCAR BONIFAZ a Mario Arturo Torres Guillén. Poco satisfecho con la respuesta, el cronista le repite la pregunta.
El maestro Bonifaz responde, —Es como el beso. El beso es la actitud la que…, –se levanta y le da un beso en la frente a Mario Arturo, y prosigue, —¿Qué fue eso? ¿Qué fue? ¿Nada? No es lo mismo darle ese beso a una muerta, dárselo a tu novia, a tu amante, a tu mamá o dárselo a un santo. Yo recuerdo que mis hijos se acostumbraron a besarme. Mi hijo el mayor, me dijo una vez en el metro: “ahí nos vemos papasito”. “Adiós hijo” y ¿el beso?. Se escuchó el silbido en el metro. Soltó la carcajada.
En HENRI MILLER, el amor es una paradoja revelada en Trópico de Cáncer, su primera novela entre la crónica autobiográfica y el surrealista relato erótico, es un canto prolongado en honor al amor. Desde su controvertida y perversa postura, se comprende que la escritora francesa ANAÏS NIN CULMELL, haya declarado: “¿Qué es el amor sino la aceptación del otro, lo que sea que el otro sea?”. Así se aceptaron en medio de sus mutuas perversiones amorosas.
Para CHARLES BUKOWSKI el “amor es una niebla que se quema con el primer rayo de luz de la realidad”.
JEAN-PAUL SARTRE decía que “el amor no es posesión sino libertad, sin embargo, tiene que ser transparente. Se comparte todo: romances, dudas inseguridades y obsesiones”. Bajo esas premisas Jean Paul y SIMONE DE BEAUVOIR vivieron su amor durante 50 años negándose ella, a casarse para mantener un amor esencial y otras relaciones secundarias, que para ella fueron con hombres y mujeres.
El escritor OMAR RIVAS MALDONADO explica: “Durante mucho tiempo me he cuestionado mi capacidad de amar como hombre blanco políticamente gay y cisgénero, ya que las enseñanzas del patriarcado me siguen atravesando de pies a cabeza. He descubierto que muchas partes de mi mente y cuerpo son capaces de crear y dar amor, y es desde aquí donde ahora quiero verme, no desde del amor teórico y romántico, sino más bien del amor respetuoso que cuida y sana”.
GALA fue el amor mágico de DALÍ; el único amor que Dalí conoció. Gala, fue su musa, su amante, su desvarío, su amor surrealista durante 56 años, hasta la muerte de Gala. “Me trajo el raro libro de magia que debía nutrir mi magia, el documento histórico que probaba irrefutablemente mi tesis cuando estaba en proceso de elaboración, la imagen paranoica que mi subconsciente deseaba, la fotografía de una pintura desconocida destinada a revelar un nuevo enigma estético”.
A pesar de la imagen perversa del MARQUÉS, SADE vivió un amor que conjugó el furor de gozar con la delectación del alma enamorada. “Amor a primera vista entre el marqués, de 29 años de edad, y su cuñada, de apenas 17”. Sobre el amor, Sade escribe: “Galileo fue perseguido por haber descubierto los secretos del cielo; unos ignorantes fueron sus verdugos. Yo lo soy por haber revelado los misterios de la conciencia de los hombres: y unos imbéciles me tiranizan. El ingenio, la ciencia y la imaginación serán siempre la desesperación de la gente estúpida”. Para ANNE PROSPÈRE DE LAUNAY no se trataba de un amor platónico, sino de una entrega absoluta, espiritual y física con Sade.
El amor aparece en las escrituras sagradas, en la filosofía, la psicología; se expresa en canciones, poemas y las artes plásticas. Llena las páginas de la literatura y aparece en todas las manifestaciones del arte y la cultura universal.
La mayoría de las personas asocian el amor a la familia, los hijos y a la amistad. La impronta de amor aparece en sus expresiones filiales, eróticas, románticas, platónicas, e incluso en las comerciales convirtiendo al amor en una mercancía de consumo popular. El amor es también un constructo social que permite la convivencia humana; el sentido de patriotismo y amistad.
Para doña MARÍA, LA TAMALERA, el amor no existe; es una calentura que se paga muy caro. BEATRIZ, una joven de 28 años, me devuelve la pregunta: “¿alguien piensa en amor en esta época?”.
El amor sigue siendo una construcción social, dice la doctora en Psicología TANIA ROCHA, “desde hace un tiempo asumimos que existe libre albedrío en el amor, y lo idealizamos como un aspecto que es positivo, que nos rescata, que es lo mejor que nos puede pasar, que se vuelve un fin en sí mismo. Pero si lo vemos de una manera más sobria, hay que poner en contexto los múltiples cambios en distintos niveles, que se viven sobre todo en las relaciones de pareja y que pese a este supuesto, el modelo que predomina, es el del amor romántico, un amor idealizado, que esconde en sí mismo no sólo reglas y parámetros rígidos, atravesados por relaciones de poder y roles de género, sino que además reproduce en muchos sentidos lógicas sexistas, heteronormadas y de violencia. No debemos olvidar que el amor, este tipo de amor romántico que se disfraza de muchas caras, está directamente vinculado al poder y control, remata Rocha Sánchez.
Justamente, aunque nos emociona la idea del amor, en particular el amor en pareja, y partimos de esta sensación de libertad para elegir, se nos olvida, que también está atravesado por estructuras culturales, normas y valores, que determinan parámetros y reglas dentro de las cuales nos podemos mover.
El amor romántico por ejemplo, al ser idealizado a través de los cuentos y las novelas, recoge y constituye también un arma potente para controlar y someter a las mujeres, para reproducir comportamientos que consideramos como normales e incluso reflejo del amor, pero que no dejan de ser maneras de control y sumisión particularmente en contra de las mujeres, aunque no es un modelo que se aleje de otras relaciones, por ejemplo, las relaciones entre personas del mismo sexo.
Al final el amor y el emparejarnos no sólo obedece a una emoción inherente a querer estar con otras personas, sino que también puede verse atravesada por deseos de pertenencia, reconocimiento, el no querer estar solas o solos, y el cumplir incluso con una suerte de fin en la vida. Como sea, festeja la Amistad como una cuestión de amor.