Gilberto Ozuna
Desde la campaña y hasta la fecha, López Obrador planteó que su gobierno significaba un cambio de régimen al que pomposamente llama Cuarta Transformación para equipararla con la Independencia, la Reforma y la Revolución de 1910.
Parecía sólo una más de las múltiples ocurrencias que caracterizan a este personaje pues, en el fondo, nada parecía cambiar en México y de hecho casi nada cambió para bien; sin embargo, poco se reparó en lo que sólo parecía su estilo personal de gobernar.
¿Cambió el sistema económico dominante al que se conoce como neoliberal? La respuesta es NO. Este sistema que originalmente consistió en trasladar bienes públicos como minas, bancos, carreteras, satélites, medios de comunicación, trenes y cuanta empresa productiva tenía el Estado (casi todas con pérdidas por cierto), a manos privadas, pronto se transformó, el mecanismo, en trasladar inmensas cantidades de dinero a esos mismos beneficiarios de las privatizaciones, vía contratos de obra pública. La esencia del sistema neoliberal no consiste en privatizar bienes materiales, eso fue sólo su inicio, sino en trasladar la riqueza nacional, social a manos privadas. Esto no cambió en absoluto con el gobierno de López Obrador. Todo lo contrario: los Slim, Larrea, Salinas Pliego, los Bailleres, los Hernández, sólo por mencionar a los más conocidos, incrementaron sus fortunas de manera grosera en este sexenio y no por innovadores o haber inventado nada, sino por el milagro de los contratos de obra pública. Por supuesto, como siempre, surgieron nuevos multimillonarios siempre al amparo del poder presidencial y por la misma vía: los contratos de obra pública, lo mismo en Pemex, que en el Tren Maya o en AIFA. Salvo en el gobierno de Salinas, los grandes empresarios nunca estuvieron tan contentos como en éste. Ligado a ésto viene la siguiente cuestión:
¿Cambió la desigualdad social? NO. El hecho de que se hayan dispersado miles de millones de pesos en programas sociales cada año no cambia el hecho de que algunos empresarios hayan incrementado sus fortunas en casi 1000% y que alrededor del 55% de los mexicanos sigan en niveles de pobreza. Incluso lis mexicanos en pobreza extrema aumentaron en alrededor de 5 millones. Quienes piensan que por recibir una pensión de 3000.00 mensuales, es decir, 100.00 diarios, han salido de la pobreza, no tienen idea de lo que eso significa, pues no sólo se trata de tener algo que comer todos los días sino cómo satisfaces tus necesidades básicas como salud, educación, vivienda, vestido o transporte. La desigualdad con este gobierno no sólo no desapareció sino que se incrementó con este gobierno.
No cambió el sistema de salud pública aunque repitan amlo y sus seguidores que ya estamos mejor que Dinamarca. Es obvio que ni Obrador ni su familia han sido pacientes del IMSS, ISSSTE o de cualquier hospital público y aunque haya decretado que ya no hay desabasto de medicamentos las recetas sin surtir en el sistema público, se cuentan por millones (sólo en el IMSS, en 2023 se dejaron sin surtir más de 7 millones y medio) y su megafarmacia que nos ha costado alrededor de 5 mil millones de pesos, surte en promedio 6 (si, seis) recetas diarias.
¿se erradicó la corrupción como tánto presume éste gobierno? Según instancias internacionales la corrupción en éste gobierno no sólo no disminuyó sino que se incrementó. Y quienes vivimos en México y tenemos la capacidad de ver, oír y leer, nos consta que los casos de corrupción se cuentan por cientos e involucraron no sólo a funcionarios federales, estatales y municipales sino al entorno más cercano de Obrador e incluso a su familia directa así que sólo los más inocentes se pueden tragar el cuento de que se barrió la corrupción de arriba para abajo.
Podríamos seguir señalando los cambios que no fueron en este gobierno y del desastre en que López Obrador deja a este país, pero regreso a la inquietud inicial: ¿a qué cambió de régimen sí nos podemos referir?
Aunque aún no está consumado, pero lo más probable es que ocurra el próximo miércoles, ese cambio consiste de pasar a un sistema medianamente democrático a uno AUTOCRATICO. Si, si nos atendemos a la definición de autocracia, en la que, en el gobierno, la voluntad de una sola persona es la ley suprema, el gobierno de López Obrador, fue autocrático de hecho aunque no de derecho.