Guillermo Ochoa-Montalvo
Querida Ana Karen,
A la esposa se le ama a la luz del día, a la amante se le ama a la sombra.
Victor Hugo le escribe a su amante JULIETTE DROUET, “Cuando, en mis siempre peligrosos escondites, tras una noche de espera, oía por la mañana la llave de mi puerta temblando en tu mano, lo olvidaba todo; ya no sentía el peligro ni las sombras que me rodeaban, ¡era la luz la que entraba!”. Juliette Drouet acumuló cerca de 22 mil cartas dirigidas a VICTOR HUGO durante 50 años siendo su amante.
Cuando ANNE PINGEOT, historiadora, curadora del Louvre y amante del ex presidente francés François Mitterrand durante 30 años, descubre el retrato de Juliette en el pequeño museo de Victor Hugoencuentra en la pintura el texto, “Mi ambición sería morir por usted”.
Es así como BEATRIZ RIVAS convierte la historia de Anne Pingeot y Juliette Drouet en la novela titulada VOCES EN LA SOMBRA. Es la historia de dos amantes secretas de hombres poderosos donde la novela compara sus vidas. Ambas amantes transcurrieron en la sombra de sus parejas, quienes estuvieron casados con otras mujeres.
Juliette Drouet abandonó su carrera de actriz para convertirse en la amante, secretaria y compañera de viaje de Victor Hugo durante más de cincuenta años. Mientras que Anne Pingeot fue la amante de François Mitterrand durante 30 años. Ninguno de los dos hombre se divorciaron de sus esposas.
La novela “Voces en la Sombra” entrelaza estas dos historias de amor secreto, explorando la experiencia de ser la amante imprescindible de hombres influyentes que llevaron una doble vida. Una amante ama apasionadamente en una relación clandestina, oculta, sombría; en una relación romántica, sexual, intensa, pasional, obsesionada, con puntos de inflexión dramáticos e incluso, trágicos capaces de conducir al manicomio o la muerte.
Juliette actuaba en una obra escrita por Victor Hugo cuando lo conoció en 1833 y su relación iniciaoficialmente el 16 de febrero de 1834 para seguirlo incluso a su exilio en Jersey y Guernsey. Ella copiaba las obras de Victor Hugo, recortaba noticias y reunir información para él. Sus carta revelan su talento literario. Victor Hugo incluye a Juliette en un pasaje de su obra Los Miserables aludiendo a la boda de Marius y Cosette. Antes de su muerte, Victor Hugo le pide a sus hijos que trataran a Juliette con respeto como si fuera su viuda.
Carol A. Seidl recopila las “Diez cartas de amor más bellas”, y entre ellas las de Victor Hugo destinadas a Juliette diciéndole: “¡Que nunca olvidemos esas horas terribles y a la vez tan dulces en las que estuviste a mi lado durante los momentos de lucha! Que recordemos siempre esa pequeña habitación oscura, esos viejos tapices, esos dos sillones juntos, esas comidas junto a la chimenea con el pollo frío que traías, esas charlas tan tiernas, tus caricias, tus preocupaciones, tu devoción. Te sorprendería mi calma y mi serenidad. ¿Sabes de dónde venía esta serenidad y esta calma? De ti. Verás, Dios nunca nos castiga por completo; nos trajo aquí, pero juntos. Bendito sea”.
Juntos escaparon de la furia de Napoleón para establecerse en Bruselas. Ella llegó con todas las obras de Victor Hugo y los manuscritos inconclusos de “Los Miserables”. Vivieron en apartamentos separados. Ella nunca lo vistió en su casa, siempre esperaba a qué él atravesara su puerta. Juliette le cocinaba, remendaba su ropa y le servía de secretaria. La sirvienta les servía de mensajera llevando y trayendo las interminables cartas.
Víctor Hugo le escribe: “En esos años que pasaron tan rápido, ¡ay!, tu alma derrochó ternura, devoción, lealtad y virtud; y sin embargo, esa alma hermosa es más rica que nunca. Tus ojos me regalaron muchas sonrisas, tu boca muchos besos, y aun así tu dulce rostro luce más joven que nunca. Lo diste todo y lo conservaste todo. Yo lo tuve todo y tú lo tienes todo. Sólo las estrellas del cielo pueden proyectar sus rayos sin cesar sin menguar su luz”.
Juliette le escribe: “Antes de empezar a copiar o contar palabras, debo escribirte una línea de amor. Te amo, ¿entiendes?, ¡te amo! Esta es una profesión de fe que comprende todo mi deber e integridad. Te amo, por lo tanto , te soy fiel, solo te veo a ti, solo pienso en ti, solo te hablo a ti, solo te toco a ti, respiro por ti, te deseo, sueño contigo; en una palabra, ¡te amo! Eso lo significa todo. Por lo tanto, no te dejes vencer más por la melancolía; permítete ser amado y ser feliz. No temas nada de mí, nunca dudes de mí, y seremos dichosos más allá de las palabras. Te espero pronto y estoy lista con cálidas y tiernas cariciasque, espero, te animarán. Tuya, Juju”.
Por otra parte, Las cartas de Anne Pingeot a Mitterrand fueron publicadas póstumamente en 2016, en el libro “CARTAS A ANNE” de FRANÇOIS MITTERRAND, que contiene más de 1,200 cartas que el político le escribió durante su relación. En ellas, Mitterrand expresa su amor apasionado y su vida secreta con ella, describiéndose como un amante romántico y una figura que vive para ella. Aunque las cartas revelan la profundidad de su amor, también dejan entrever la complejidad de su relación, marcada por la clandestinidad y la separación, a pesar de su hija en común. La relación de 30 años entre Mitterrand y Pingeot comenzó en 1964, cuando Mitterrand tenía 47 años y Pingeot 21.
Desde la historia remota abundan los ejemplos; y hasta en la Biblia se hablan de ellos. Hasta nuestros días, las amantes han jugado un papel trascendente que nos lleva a recordar los amasiatos de grandes hombres como PABLO PICASSO quien convirtió a Fernande Olivier, en su musa cubista y primer gran amor; después llegó Marie-Thérèse Walter con quien tuvo a su primera hija. Dora Maar, fue la amantefotógrafa intelectual y musa doliente. A diferencia de las demás, Françoise Gilot, fue la única que logró abandonarlo. Su amante Eva Gouel, lo acompañó hasta su muerte.
La escultora Camile Claudel fue la amante más conocida de AUGUSTO RODIN. Durante diez años mantuvieron una relación amorosa y profesional; un amasiato apasionado y tormentoso. Camile fue alumna y modelo de Rodin en la década de 1880 y terminó en el manicomio donde pasó 30 años hasta su muerte.
El mundo del arte está plagado de relaciones sombrías, por citar algunas: Kiki, amante de Montparnasse.La actriz Angelina Jolie, se involucró con Brad Pitt mientras él estaba casado con Jennifer Aniston. La actriz Arlet Pacheco fue amante del cantante y actor Raúl Vale durante tres años mientras él estaba casado con Angélica María. Después de que Vale se divorciara, se casó con Pacheco, pero más tarde se divorciaron y él volvió a casarse con otra mujer.
Otras relaciones similares a las que hoy se les conoce como “relaciones abiertas”, trascendieron por su intensidad y pasión, marcada por el arte y la complicidad como la de Simone de Beauvoir y Jean-Paul Sartre significativa por su carácter no convencional, igualdad, admiración y mutua colaboración intelectual. Otro caso fue el de la cantante Gala y el pintor Salvador Dalí; una relación de las más icónicas en la historia del arte. Asimismo, la tormentosa relación de Diego Rivera y Frida Kahlo.
Junto a los célebres, existen miles de mujeres anónimas a la sombra de sus amantes. La novela de Beatriz Rivas no descubre nada nuevo, pero si una forma distinta de abordar el tema de dos amantes icónicas en la historia.
Como sea, la amante siempre será una cuestión de amor.
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