*Desde tribuna, la legisladora advirtió que modificar el Escudo de Chiapas sin socialización ni consulta ciudadana pone en riesgo la identidad histórica, la memoria colectiva y abre la puerta a su uso político; pidió regresar el proyecto a comisiones
Redacción
Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.– Durante la Sesión Ordinaria del Congreso del Estado, la diputada Jovannie Maricela Ibarra Gallardo fijó una postura enérgica en contra del proyecto de decreto que busca modificar el Escudo Oficial de Chiapas, al considerar que se trata de una decisión precipitada, carente de procesos amplios de socialización y con posibles consecuencias históricas, culturales y administrativas para la entidad.
En su intervención desde tribuna, la legisladora subrayó que la identidad histórica no es un concepto abstracto, sino un sentimiento de pertenencia que se construye a lo largo del tiempo a partir de los hechos, símbolos y procesos que han marcado el destino de los pueblos. “Al final de cuentas, somos consecuencia inevitable de cada etapa histórica y cultural que nos ha antecedido”, expresó.
Ibarra Gallardo aclaró que su rechazo no responde a posiciones políticas ni a resistencias simplistas, sino a la forma en que se pretende modificar “de manera innecesaria” el símbolo estatal más importante de Chiapas, reconocido incluso en la legislación vigente. Señaló que la gravedad del asunto radica en que la mayoría de las y los chiapanecos desconocen tanto el diseño propuesto del nuevo escudo como la intención de aprobar la reforma de manera inmediata.
Durante su exposición, la diputada hizo un amplio recuento histórico del Escudo de Chiapas, cuya primera versión data de 1535, cuando fue otorgado como reconocimiento a los habitantes de San Cristóbal de los Llanos, hoy San Cristóbal de Las Casas. Destacó que se trata del escudo de armas más antiguo de México y uno de los más antiguos del continente americano, sólo antecedido por el de Puerto Rico, emitido en 1511.
Recordó que el escudo apareció documentado por primera vez en libros de historia en 1619, en la obra del fraile Antonio de Remesal, y que durante casi 300 años se mantuvo prácticamente sin cambios. Tras la Independencia de México y la federación de Chiapas a la República, el escudo fue revocado y permaneció en desuso por casi siete décadas, hasta que en 1892, con el traslado definitivo de los poderes a Tuxtla Gutiérrez, fueron los propios chiapanecos quienes decidieron rescatarlo y resignificarlo como símbolo de identidad y unidad.
La diputada destacó que el emblema fue finalmente reconocido de manera formal en la Ley del Escudo e Himno del Estado de Chiapas, publicada en 2010, donde se establece con claridad el significado de cada uno de sus elementos, como el castillo de oro, la palma de sinople frutada y la corona de marqués, los cuales —dijo— adquirieron significados propios ligados a la grandeza y aspiraciones del pueblo chiapaneco.
En ese contexto, Ibarra Gallardo cuestionó que, pese a existir herramientas constitucionales como la consulta popular, el tema haya sido abordado únicamente en foros o conversatorios reducidos, dejando fuera a la mayoría de la población. “No se ha democratizado el proyecto, pese a su impacto histórico, cultural e identitario”, afirmó.
Advirtió que intentar borrar o negar por decreto la identidad histórica puede debilitar el sentido de pertenencia y continuidad histórica de la ciudadanía, como lo han señalado especialistas en la materia. Señaló que el diseño del Cañón del Sumidero con los leones es reconocido mundialmente como símbolo de Chiapas y que alterarlo de manera sustancial podría generar confusión sobre la identidad del estado.
La legisladora alertó también sobre el riesgo de que el escudo se convierta en una herramienta política sujeta a las mayorías legislativas de cada gobierno en turno, lo que —dijo— sepultaría el carácter institucional y “sagrado” del emblema estatal. A ello sumó el impacto económico que implicaría el cambio, por los gastos administrativos necesarios para renovar uniformes, señalética, papelería oficial, edificios públicos y mobiliario.
En la parte final de su intervención, reconoció las raíces prehispánicas de Chiapas, pero subrayó que la entidad también es resultado del mestizaje y del sincretismo histórico, presente en sus fiestas, danzas, música, arquitectura e instituciones. “Como mexicanos y chiapanecos no podríamos entendernos sin cada pieza que hoy nos construye y nos constituye ante el mundo”, sostuvo.
Por todo lo anterior, la diputada Jovannie Ibarra convocó a la Honorable Asamblea a regresar el proyecto de modificación del escudo a comisiones, abrir un debate amplio con la ciudadanía y llamar formalmente a una consulta popular. “Hagamos las cosas bien y demostremos que en esta soberanía al pueblo se le escucha y también se le obedece”, concluyó.