*El Congreso de Chiapas avaló en días pasados incrementos al Impuesto Sobre Nóminas y a la compra-venta de autos usados, además de crear gravámenes a las apuestas y a actividades con impacto ambiental, con el objetivo de elevar la recaudación y fortalecer las finanzas públicas
Redacción
El Honorable Congreso del Estado de Chiapas aprobó un paquete de modificaciones fiscales que implican mayores cargas tributarias para distintos sectores productivos y sociales. Las medidas incluyen el aumento de impuestos existentes y la creación de nuevos gravámenes enfocados en juegos de apuestas y actividades que afectan al medio ambiente.
De acuerdo con el argumento oficial, estas decisiones buscan incrementar los ingresos estatales y dar mayor solidez a las finanzas públicas. Aunque no se trata de figuras impositivas inéditas —ya operan en otras entidades del país—, en Chiapas su aplicación será simultánea y de manera inmediata.
Uno de los cambios más relevantes es el aumento al Impuesto Sobre Nóminas, que pasa del 2 al 3 por ciento sobre el pago de salarios. Esta medida impactará directamente a empresas, comercios, prestadores de servicios, constructoras e incluso a dependencias públicas, es decir, a los principales generadores de empleo formal en la entidad.
También se aprobó el incremento al impuesto por la compra de vehículos usados, que se eleva del 1 al 2 por ciento sobre el valor de la unidad al momento de la transacción. El ajuste afectará principalmente a familias que adquieren un automóvil para transporte o trabajo, así como a pequeños lotes y comerciantes del ramo.
En contraste, se creó un impuesto del 6 por ciento a las erogaciones en juegos con apuestas y concursos, aplicable al dinero que las personas gasten en casinos, máquinas de juego, sorteos y concursos. Este gravamen será retenido de manera definitiva por los operadores, una decisión que ha sido vista como positiva, al obligar a centros de apuestas —que manejan altos volúmenes de recursos— a contribuir de forma más significativa a la hacienda estatal.
Finalmente, se establecieron los llamados impuestos ecológicos, que gravan diversas actividades con impacto ambiental. Entre ellos destacan los cobros por extracción de materiales pétreos —arena y grava con 8 pesos por metro cúbico; caliza, arcilla y tezontle con 13; y piedra basáltica con 15—, así como tarifas por contaminación del suelo y subsuelo, del agua, y por el depósito y almacenamiento de residuos peligrosos, conforme a su tipo y normatividad ambiental.