“Corolario Trump y la Doctrina Monroe” México ante el interregno hemisférico: seguridad económica, frontera y subordinación administrada
Carlos Perola Burguete
No estamos asistiendo a una crisis pasajera del orden global, sino a un momento más incómodo y más largo: un tiempo liminal, como lo ha planteado Álvaro García Linera. El viejo mundo —el de la globalización expansiva, el libre comercio como dogma y el multilateralismo como horizonte— ya no logra reproducirse. El nuevo, en cambio, aún no se consolida, pero se manifiesta de manera fragmentaria, defensiva y, en muchos casos, regresiva.
En este interregno, las grandes potencias ya no buscan universalizar reglas, sino asegurar espacios; no expanden mercados, sino protegen cadenas; no promueven apertura, sino administran riesgos. La política internacional deja de girar en torno a promesas de integración y se reorganiza alrededor de una noción ampliada de seguridad, donde economía, migración, crimen y tecnología se funden en un mismo campo estratégico.
Es en este contexto donde Estados Unidos reactualiza la Doctrina Monroe bajo una formulación contemporánea: el llamado “corolario Trump”. No como anacronismo ideológico, sino como arquitectura funcional para un mundo que se repliega. Y aunque el discurso se formula en clave hemisférica, sus vectores apuntan con claridad hacia un país en particular: México.
El tiempo liminal y el retorno del hemisferio
García Linera describe el presente como un interregno histórico: un tiempo suspendido en el que las viejas certezas han colapsado, pero no han sido sustituidas por un nuevo consenso. En estos periodos, advierte, no emergen grandes proyectos emancipatorios, sino dispositivos de contención. El poder no crea futuro; administra la incertidumbre.
La Estrategia de Seguridad Nacional de Estados Unidos publicada el presente mes de noviembre de 2025, encaja plenamente en esta lógica. El documento no anuncia un nuevo orden global, sino una priorización radical del hemisferio occidental como espacio vital de seguridad. América Latina deja de ser periferia secundaria para convertirse en zona crítica de control, no por su peso económico, sino por su ubicación estratégica en un mundo fragmentado.
El “corolario Trump” no revive la Doctrina Monroe en su forma clásica —la exclusión de potencias europeas—, sino que la actualiza frente a un adversario distinto: China. Pero lo hace incorporando elementos que desbordan lo militar y lo diplomático, integrando migración, crimen, economía y tecnología en una sola narrativa de amenaza.
En el tiempo liminal, la hegemonía no se ejerce prometiendo prosperidad compartida, sino reduciendo vulnerabilidades propias, incluso a costa de socios y aliados.
El “corolario Trump”: seguridad ampliada y control indirecto
El documento estadounidense introduce un desplazamiento conceptual decisivo: ya no se habla de libre comercio, sino de cadenas de suministro seguras, reciprocidad económica y resiliencia industrial.
Este léxico no es neutral. Permite justificar aranceles, vetos tecnológicos y presiones diplomáticas sin recurrir abiertamente al proteccionismo. La economía deja de ser un ámbito autónomo y se subordina a la lógica de la seguridad nacional de los Estados Unidos.
Lo más significativo es que esta seguridad se define de manera ampliada. La migración es tratada como riesgo estratégico; el crimen transnacional como amenaza hemisférica; la infraestructura económica y tecnológica como activo sensible; la presencia de actores extra-hemisféricos como peligro estructural. No se trata solo de defender fronteras, sino de configurar el entorno regional.
En esta arquitectura, México ocupa un lugar singular. No es nombrado explícitamente como problema, pero concentra todos los ejes de preocupación del documento: es frontera migratoria, es corredor del crimen transnacional, es plataforma industrial integrada a EE. UU., y es territorio en disputa tecnológica y logística.
El silencio sobre México no es omisión, sino estrategia. Nombrarlo rompería la narrativa de asociación; no nombrarlo permite condicionar sin confrontar.
Así, el corolario no se impone mediante intervención directa, sino a través de alineamientos inducidos, donde los Estados nacionales adaptan sus políticas internas al nuevo lenguaje de la seguridad económica.
México ante el cerco: costos estructurales y margen reducido de decisión
La inserción de México en este nuevo orden no se produce mediante una ruptura abrupta, sino a través de ajustes graduales que buscan preservar estabilidad. Es en esa normalidad aparente donde se alojan los costos más profundos. Enrique Dussel ha insistido en que los efectos de los aranceles selectivos, del cierre de puertas a China y del reordenamiento de las cadenas productivas no son coyunturales, sino estructurales y duraderos.
México enfrenta así un cerco que no opera como bloqueo, sino como condicionamiento. No hay órdenes explícitas, pero sí incentivos y sanciones implícitas que reducen progresivamente el margen de maniobra. La integración económica es posible, pero únicamente dentro de un marco previamente definido por la potencia dominante.
El primer costo es la reducción de la diversificación productiva y tecnológica. Limitar la relación con China no implica solo sustituir importaciones; implica renunciar a una fuente alternativa de inversión, competencia y aprendizaje tecnológico. A largo plazo, esto puede consolidar a México como eslabón intermedio de bajo valor agregado dentro de cadenas ajenas.
El segundo costo es la asimetría en la resiliencia. Las cadenas se fortalecen para el sistema en su conjunto, pero esa fortaleza se logra a costa de la dependencia de decisiones tomadas fuera del país. México se vuelve indispensable como plataforma productiva, pero prescindible como actor estratégico.
El tercer costo es la internalización del marco de seguridad económica. Cuando las decisiones comerciales se justifican como inevitables por razones de seguridad, el debate público se estrecha. Las alternativas dejan de presentarse como opciones legítimas y pasan a percibirse como riesgos.
Como advierte Enrique Dussel, las ganancias inmediatas —acceso al mercado estadounidense, estabilidad macroeconómica, continuidad exportadora— se obtienen al precio de hipotecar el futuro. El problema no es solo lo que se pierde hoy, sino los caminos que se clausuran mañana.
Marcelo Ebrard: gestionar el interregno desde el Estado nacional
En este contexto, la postura de Marcelo Ebrard no puede leerse ni como subordinación acrítica ni como afirmación soberana plena. Su actuación corresponde a una figura característica de los tiempos liminales: la del gestor nacional del interregno global. No define las reglas del nuevo orden hemisférico, pero debe operar dentro de ellas para evitar costos inmediatos mayores.
Cuando Ebrard explica la imposición de medidas arancelarias contra productos chinos, su argumentación no recurre al discurso del libre comercio ni a la confrontación ideológica. Utiliza el lenguaje hoy dominante: protección de la industria nacional, corrección de distorsiones, defensa de cadenas productivas, combate a la triangulación. Es el mismo léxico que estructura la estrategia estadounidense, aunque empleado desde una posición subordinada.
Esta coincidencia discursiva no expresa simetría de poder, sino adaptación estratégica. En el interregno, los Estados que no controlan el tablero global deben hablar la lengua del poder dominante para conservar márgenes de maniobra. Ebrard no introduce ese marco; lo traduce para administrar daños.
Pero administrar no equivale a transformar. Al adoptar la seguridad económica como principio rector, el Estado mexicano acepta implícitamente que decisiones clave dejan de ser estrictamente nacionales. La subordinación no desaparece: se gestiona.
América Latina y la frontera interior del nuevo orden
El “corolario Trump” no reconfigura solo la relación bilateral con México. Redefine el lugar de América Latina en un mundo que se cierra. La región deja de ser pensada como espacio de desarrollo y vuelve a ser concebida como territorio de riesgo.
No hay proyecto regional común, sino fragmentación. Cada país es evaluado según su utilidad estratégica: control migratorio, contención del crimen, provisión de recursos, alineamiento tecnológico. El multialineamiento se vuelve costoso; la ambigüedad estratégica, intolerable.
México, por su posición geográfica y económica, no puede tomar distancia. Se convierte en frontera interior del nuevo orden hemisférico: el lugar donde confluyen las ansiedades del poder estadounidense y donde la seguridad sustituye al desarrollo como principio ordenador.
Conclusión. El interregno como destino provisional
El “corolario Trump” no inaugura una nueva hegemonía ni clausura definitivamente la anterior. Es un dispositivo de administración del interregno: una forma de ejercer poder cuando ya no es posible ofrecer integración, pero aún se puede imponer orden.
México encarna esta condición de manera paradigmática. No como víctima pasiva ni como actor soberano pleno, sino como frontera interior de un orden que se repliega. Su Estado gestiona márgenes estrechos, gana tiempo, evita colisiones, pero acumula restricciones de largo plazo.
El riesgo para México —y para América Latina— no es solo económico, sino histórico: quedar atrapados en un presente administrado, donde la seguridad reemplaza al proyecto y la alineación sustituye a la soberanía.
Como advierte García Linera, los interregnos no son eternos. Pero tampoco se resuelven por inercia. La pregunta que queda abierta no es si este orden es justo o injusto, sino qué fuerzas lograrán reabrir el tiempo histórico, como lo describe Álvaro García Linera. Mientras tanto, el corolario no se discute: se gestiona.
P. D. del no me olvido de Chiapas. Si en este escenario el territorio de México y las relaciones internacionales de México se vuelven indispensablemente prescindible como definiciones estratégicas y las decisiones comerciales se justifican como inevitables por razones de seguridad y economía, migración y crimen en la frontera Sur, se funden en una sola narrativa de reto para el Gobierno local actual.
Salud.
*Investigador Periodístico en luchas del campo mexicano, la soberanía alimentaria y económica y las relaciones entre Estado, empresas y comunidades rurales. Director de la A.C. PEROLA. Miembro Honorario del Despacho Jurídico B&G-Chiapas.
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El Material consultado para la integración de este análisis.
1.- Video Conferencia de Álvaro García Linera – Tiempo liminal global. Interregno y tiempo suspendido, realizada el 06/11/2025. Tiempo 2:04:26
2.- Artículo periodístico de Reporte Índigo “un ‘corolario de Trump’ a la Doctrina Monroe” para “restaurar la preeminencia estadounidense en el hemisferio occidental”
3.- El documento oficial completo National Security Strategy of the United States of America – November 2025, publicado por la Casa Blanca (33 págs), que contiene explícitamente el apartado sobre el llamado “Trump Corollary” a la Doctrina Monroe
4.- Video Entrevista de Julio Astillero a Enrique Dussel. Para México, consecuencias negativas muy duraderas por aranceles y cerrar puerta a China: Dussel. Tiempo 20:26
5.- Video Entrevista en el Noticiero Grupo Fórmula a Secretario Nacional de Economía del Gobierno Mexicano. Marcelo Ebrard explicanco medida arancelaria contra productos chinos, Tiempo 21:25