Sr. López
Tía Tita (Carlota, Carlotita), de las de Toluca, parecía de la CIA, de la KGB, de la Sureté, del MI6 (el británico Military Intelligence, Section 6), de la Judicial. Vivía espiando a sus hijas, cinco hijas, a las que les revisaba todo (todo es todo, calzones incluidos), no las dejaba hablar por teléfono a solas (en aquellos tiempos solo había teléfonos fijos, negros), y las interrogaba como para sacar la verdad a Al Capone. Ya cuarentón este menda preguntó a una de esas primas -ya cincuentona-, cómo habían hecho para vivir así y sonriendo, dijo: -Mintiendo -¡vaya!
El gobierno federal ha dispuesto que a partir del próximo 9 de enero, todo tenochca digitalizado debe ir a la compañía con la que contrató su celular, identificarse y dar los documentos que prueben que sí es quien es, que sí se llama como se llama, que sí vive donde vive y probarlo con documentos oficiales como el INE y aparte la CURP. Si no lo hace, le van a cortar el teléfono. Abusado.
El tenochca integrante del gallardo peladaje, previamente domesticado por una vida meneando el rabo cuando se lo manda el gobierno, obedecerá y hará bien, es la ley… bueno, la nueva ‘Ley en materia de telecomunicaciones y radiodifusión’, fresquecita, del 16 de julio pasado.
La justificación del gobierno para tener toda la información de los usuarios de teléfonos celulares, es nuestra seguridad, combatir delitos como la extorsión o el secuestro. Ya sabe, el gobierno siempre cuidándonos (ya después, si tienen un rato libre, ojalá surtan medicamentos, es una idea).
Ya antes y con la misma intención el gobierno en dos ocasiones, ha intentado lo mismo.
En febrero de 2009, con el Registro Nacional de Usuarios de Telecomunicaciones (RENAUT), que se anuló en abril de 2011 no solo por el escandalazo de que se vendía en Tepito el registro de usuarios sino porque lejos de disminuir los crímenes que pretendía atajar, crecieron, aparte de que el 40% de los usuarios no registraron nada, ya sin mencionar, sería rudeza innecesaria, que se comprobó que eran falsos buena parte de los datos de los que sí fueron a registrar sus celulares (el tenochca creativo).
Diez años después, en abril de 2021, segundo intento, con el Padrón Nacional de Usuarios de Telefonía Móvil (PANAUT, le cambiaron dos letras, ¡cuánta creatividad!); nueva reforma a la Ley de Telecomunicaciones, nueva orden de registrar todos los celulares, y con la misma excusa, prevenir delitos y perseguir delincuentes más fácil, asegurando que los datos quedarían en custodia de los concesionarios (las compañías de teléfonos), para que no hubiera malos pensamientos contra el gobierno. Pero, igual, al año, la Suprema Corte la declaró inconstitucional y totalmente inválida, entre otras razones por representar un riesgo al derecho a la privacidad y la intimidad.
Bueno, ya estamos en las andadas otra vez y con el mismo pretexto: cuidarnos el palmito, no vaya un malvado a querer hacernos algo feo. Y ya no tenemos Suprema Corte que les repita que eso es ilegal.
Usted, nosotros, vosotros, ellos, daremos nuestros datos completos, pero le aseguro que los delincuentes no y da grima ver tan a las claras la clase de rudimentario cerebro de nuestros gobernantes y legisladores: mientras el tenochca simplex deberá dar toda su información, los extranjeros solo con su pasaporte obtendrán su celular, fácil.
Tanto esfuerzo resulta ridículo si se acuerda uno que la mayoría de los delitos que se cometen usando teléfono celular, son con llamadas realizadas desde cárceles mexicanas (¿les van a pedir que se registren para que no les corte el servicio Telcel?… seguro, negocios son negocios).
Con toda mala fe, este junta palabras revisó cómo es la cosa en otros países. Se registra toda la información de los que tienen celular, entre otros, en Irán, Corea del Norte, Arabia, Eritrea, Turkmenistán, Omán, Afganistán, China, Venezuela (pero-por-supuesto), Rusia y otros no muy presentables, por cierto. En Iberoamérica, lo hay en varios países en distintas variantes.
Por el contrario, no hay ese control masivo de datos de usuarios en Alemania, Francia, Italia, España, Polonia, Rumania, Grecia, Portugal, Irlanda, Países Bajos, Estonia, Letonia, Lituania y los demás de la Unión Europea donde el Tribunal de Justicia de allá, de la Unión, resolvió que es ilegal la obtención sin distingos y generalizada de datos de usuarios de teléfonos celulares. Tampoco en Australia, Nueva Zelanda ni en los EUA.
Saque usted sus conclusiones. De qué lado le gustaría que estuviera nuestro risueño país.
Los del crimen organizado, las bandas de secuestradores y extorsionadores, son malos, muy malos pero no son tontos. Ya veremos repuntar estratosféricamente la venta de celulares en el sur de los EUA, que funcionan igual de bien en nuestro territorio y también cruzarán la frontera algunos yanquis que por unos dólares comprarán celulares mexicanos sin dejar ninguno de sus datos, solo con el pasaporte.
Para este menda, es un misterio para qué quiere este gobierno cuatrotero los datos completos de los usuarios de cerca de 158 millones de celulares (al tercer trimestre de este año). Para espiarnos de a uno por uno, no. Y si de veras es para corretear malandrines, resulta sorprendente que primero tengan que fichar a 99 millones de honrados y gentiles tenochcas, dueños cada uno de uno o más celulares.
Lo cierto es que aun teniendo la más recta intención el actual gobierno federal, quedará vivo el riesgo de que haya filtraciones masivas de información y que (otra vez), se vendan las bases de datos a delincuentes. Y también que llegue al poder uno no tan santo que si le pega la gana, podrá usar esa información para suplantaciones de identidad o para controlar opositores, bailándose la guaracha en derechos humanos como la privacidad, la libertad.
¿Cómo estamos llegando a estos extremos?… olvidando que los del gobierno no son nuestros patrones, son nuestros empleados a nuestro servicio. Comenzó por un dedito… y así vamos, pasito a pasito, a la servidumbre.