Guillermo Ochoa-Montalvo
Querida Ana Karen,
Existen miles de motivos para expresar GRATITUD en vez de enfocarnos exclusivamente en los miedos, ansiedades, injusticias y todo este caos mundial entre guerras, violencia, delincuencia y conflictos signados siempre por la ambición, el ansia de poder y el dinero, sin darnos cuenta que el sólo hecho de respirar ya es un motivo de gratitud a la vida, a Dios como cada quien quiera concebirlo.
Caminar por la calles de Comitán me hacen sentir gratitud con los amables taxistas quienes nos ceden el paso esperando sin hacer sonar el molesto claxon; expreso gratitud hacia los comitecos por su cultura de limpieza y amabilidad al saludar a los desconocidos; me siento agradecido con aquellos quienes me han abiertos las puertas a los círculos de lectura, cultura, periodistas y escritores como si me conocieran de siempre.
La gratitud es uno de los más elevados valores humanos que olvidamos con frecuencia. Solemos dar las gracias mecánicamente por un favor o una atención recibida, aunque hay personas que ni siquiera conocen la palabras “gracias” ni “por favor”. Agradecer es una forma de reconocer; una manera de hacer visible al otro en nuestra cotidianidad. Gratitud por esa sonrisa que sentimos como un abrazo; un gesto que nos alegra el día; una palabra oportuna que nos alivia de los malos pensamientos.
La comunicación es un motivo valioso que debemos agradecer al desháganos y el escuchar con el alma generando empatía con los demás. Comunicar es compartir ideas, pensamientos, construir proyectos; es principio de creación. Escribimos gracias a nuestra percepción del mundo que nos rodea; leemos agradecidos con esos escritores al conducirnos a otros tiempos, a otras tierras lejanas, a historias desconocidas. El arte comunica emociones, sentimientos e ideas motivando a nuestro Espíritu para ir en búsqueda de de nuestro interior. Comunicar es crear momentos de paz y eso, es de agradecer.
Agradecemos la calma que sentimos al pasear en el campo observando los árboles; al fascinarnos con las pequeñas criaturas viéndolas beber una gota de agua en la hoja de una planta; el revuelo de los pájaros, de ese colibrí que se detiene frente a nosotros como queriendo decirnos algo; al observar la danza de las mariposas y en el parque, contemplamos a las palomas quienes reciben agradecidas el alimento de los paseantes.
Expresamos gratitud en cada amanecer que es un nuevo renacer; agradecemos al viento recordándonos que todo es pasajero, que la vida es un viaje, Agradecemos al Sol ese calor que compartimos con nuestros semejantes; agradecemos a la Luna en sus cuatros fases que nos indican que los ciclos pequeños o largos van dejando recuerdos, experiencias y un cúmulo de aprendizajes. Agradecemos a la Tierra el alimento en nuestra mesa; y al Mar su continuo vaivén porque en sus olas reflejamos nuestros momentos de paz y también esos días huracanados que nos sacuden con fuerza para saber que seguimos vivos.
Agradecemos cuando caminamos por la playa dejando, junto a al nuestras, las huella de quien amamos y con quien miramos hacia el mismo punto en el horizonte. ¿Cómo no agradecer el baile de los delfines saltando con alegría, cantándole a la vida con sus chillidos agudos?
Agradecemos las manos de las personas que nos preparan alimentos en un restaurante o en las calles en medio de sus pregones, “pásele, pásele, tenemos tamales, tacos duros y blandos; tostadas, y …”; agradecemos las manos que ten confeccionan y producen la ropa que nos abriga y protege del frío. Agradecemos al personal de limpia municipal mantener las calles deslumbrantes y a los vecinos que colaboran barriendo el frente de sus casas y depositando la basura en su lugar.
La GRATITUD expresa aprecio, reconocimiento, es valorar los beneficios grandes o pequeños que muchas veces pasamos inadvertidos sin agradecer sin percatarnos que cada detalle es un detalle que se brinda por amor, no por carencia. Agradecer al otro la abundancia de su corazón nos brinda paz y alegría mirando con entusiasmo el presente, el aquí y ahora. La gratitud emana luz.
Al tiempo debemos agradecerle segundo a segundo. Todos vivimos la juventud, pero la vejez es privilegio de unos cuantos donde el pasado y el futuro dejan de existir para darle paso al presente que mientras mayor es la edad, más rápido lo vemos pasar. Con gratitud recibimos las enseñanzas del pasado; la oportunidad de transmitir esos conocimientos a los más jóvenes quienes nunca aprenderán en cabeza ajena, pero son herramientas que en algún instante podrán emplear. La vejez otorga sabiduría si se vive con gratitud o con amargura si nos olvidamos de agradecerle la vida lo mejor y lo peor que nos brindó.