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No tienen llenadera / La Feria

No tienen llenadera / La Feria
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Sr. López

Hace ya muchas décadas, preguntó este junta palabras a la abuela paterna, Elena, la de allá de Autlán, si era cierto que en la familia no había mujeres golpeadas y frunciendo un poco el ceño, pero sonriendo, dijo: -… no… no hay… hay viudas -¡épale!

Ayer se celebró el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. En la capital nacional y diversas ciudades del país, hubo las reglamentarias marchas.

Antes de todo advierte este menda su convicción de que el feminismo está plenamente justificado y que los abusos que observamos en nombre de esa causa, son el precio a pagar por algunos siglos de abusos contra las mujeres… abusos que no fueron universales, nunca, pero que no han desaparecido.

Tanto que ni siquiera todos los países los condenan, revise las votaciones en la ONU sobre los derechos de las mujeres y la igualdad de género, en las que han votado en contra o se han abstenido, Corea del Norte,Arabia Saudita, Irán (por supuesto), o Rusia (sin mencionar a algunos países de África que dicen una cosa y permiten lo de siempre).

Apenas en noviembre del año pasado, la Resolución de la ONU contra la violencia machista en las redes (el “entorno digital” lo llamaron), Argentina votó en contra (único país), y se abstuvieron Corea del Norte, Rusia,Irán, Senegal y Nicaragua. Y el año pasado, ONU Mujeres informó que en casi una cuarta parte de los países del mundo, hay retrocesos en los derechos de las mujeres (¡retrocesos!).

Dicho eso y siendo las protestas (al menos las de la marcha en la CdMx), entre otras, contra la violencia feminicida, la desaparición de mujeres, la impunidad, la precariedad laboral y en favor del derecho de las mujeres a tener una vida digna, sostiene este menda que esos propósitos por justos que sean, al menos en nuestro país son miopes, errados, parciales e injustos.Qué miedo.

Protestar contra los feminicidios en un país en que la matazón es general es demagogia que instrumentaliza las causas de las mujeres: el año pasado por cada cien mil habitantes, fueron asesinados 46 hombres y 5.6 mujeres. Lo mismo las desapariciones. 

¿A honras de qué la autoridad debiera combatir con especial o mayor énfasis el feminicidio?, nada más nos falta que la seguridad pública sea por género. Lo mismo la precariedad laboral, la impunidad y el derecho a la vida digna. Señoras y señoritas feministas, no se dejen mangonear, sus causas son otras y son de mucho fondo.

El feminismo es justo, ha quedado dicho, pero con esa bandera se usa a las mujeres para otras cosas. Se inició esta urgente causa con los mejores y los más obvios propósitos de la justicia más elemental, pero sin nadie decirlo y por lo visto, nadie advertirlo, se manipuló como extensión del concepto marxista de la lucha de clases, oprimidos y opresores, ya no obreros y patrones, sino el macho violento y la mujer, débil (¿débila?), embozado con las teorías de género deGerda Lerner, Lidia Falcón, Donna Haraway o Monique Wittig (para que usted vea que su texto servidor hace su tarea), ya definitivamente olvidado Otto Weininger (1880-1903), que en su obra ‘Sexo y carácter’, define los sexos como compartidos por hombres y mujeres y en los que todos -hombres y mujeres-, participan en diferentes proporciones, no hay lucha, hay mutua complementación que presupone el respeto a la igualdad rigurosa de derechos, que son humanos, no por sexo.

De qué le sirve a las mujeres en México la diferenciación entre feminicidio y homicidio doloso de una mujer, qué diferencia hace la intención, la motivación de género. Le sirve a la autoridad para aquietar exigencias sin que cambie nada: asesinato es asesinato; y por cierto, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, CEPAL, informó el año pasado que el 22% de los feminicidios en América Latina y el Caribe, son en México, somos los campeones de la región en esta vergüenza, primerísimo lugar en esta otra barbaridad… pero eso sí: ponemos en las leyes lo que ustedes gusten señoras, total, todo seguirá igual. Otro por cierto, ayer en la marcha al Zócalo no hubo Bloque Negro, para ratificar que los manda el gobierno.

Ese tergiversar el feminismo como lucha de sexos, en la que el macho y la hembra, actúan por condicionantes de género, aleja la posibilidad de erradicar abusos, arbitrariedades y atrocidades contra las mujeres. No es la biología la responsable de esto, son las costumbres y la arraigada cultura de la prevalencia del macho. No es asunto de hacer leyes, más leyes, ni de estudios médicos, biológicos.

En palabras del inmenso Gustavo Bueno (1924-2016): “plantear los problemas en términos de violencia de género es un despiste originario que desvía las investigaciones de los sociólogos, de los antropólogos, de los políticos, a otros caminos distintos de donde debía estar la investigación”.

Aunque suene a lugar común y frase desgastada: el problema está en la familia. Cada canalla que abusa de una mujer, la maltrata o la asesina, fue parido por otra, que educó el macho de su casa en esa cultura de la barbarie. Y cuidado, esto no revictimiza a la mujer (¡ahora resulta que ellas son responsables por no haber educado a sus críos!), de ninguna manera, es solo poner el dedo en la llaga: la familia es el problema junto con un gobierno que gastando carretadas de dinero en la Secretaría de Educación, no consigue formar a los niños, al menos en esto.

Otra cosa: el Pejecutivo entonces arrimado en Palacio,transformador de la patria (¿matria?), recortó los recursos o eliminó los programas federales de apoyo a las mujeres; por ejemplo a los programas para la salud materna, sexual, reproductiva y contra el cáncer; yquitó las estancias infantiles, las escuelas de tiempo completo, los programas de apoyo a estancias de mujeres y los refugios especializados para mujeres víctimas de violencia de género.

A cambio, doña Sheinbaum ya les da 1,500 pesotes mensuales a mujeres entre 60 y 64 años… y  algunos cuatroteros, han de pensar: “canijas viejas, no tienen llenadera”.

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