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Menos daño / La Feria

Menos daño / La Feria
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Sr. López

Retemblaron los muros de las casas de toda la familia materno-toluqueña de este menda, cuando se supo que tío Herminio ya para celebrar sus bodas de plata, confesó a tía Marita, su esposa, que tenía no una casa chica ni dos, sino tres y en cada una “varios” hijos (nunca se precisó). Fue un escándalo peor que la caída de Constantinopla (29 de mayo de 1453, martes), o la derrota del ‘Ratón’ Macías ante Halimi (6 de noviembre de 1957, miércoles, por decisión). Las señoras coincidían en que merecía la hoguera. Los señores en que era un tarugo por desembuchar, pero él explicaba: -Es que se me acabaron las mentiras -sería por eso.

30 de abril de 2025, en su conferencia madrugadora, la presidenta Sheinbaum, celebró el crecimiento del 0.2% del Producto Interno Bruto (PIB), en el primer trimestre del año.

30 de julio de 2025, en su conferencia madrugadora, la presidenta Sheinbaum, celebró el crecimiento del 0.7% del PIB, en el segundo trimestre del año. Agregó triunfal: “(…) el plan que desarrollamos está rindiendo efectos y va a ser todavía mayor el próximo año”.

21 de noviembre de 2025, en su conferencia madrugadora, la presidenta Sheinbaum, negó que la fortaleza económica se pueda medir solo por el crecimiento del PIB, que en el tercer trimestre del añocayó el -0.3%.

El dato no es de Loret ni Calderón, sino del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, Inegi, en su‘Estimación oportuna del producto interno bruto trimestral’. Es oficial: la economía cayó.

Las veces que la señora del segundo piso celebró el crecimiento del PIB, lo que celebró fue que nuestra economía mantuviera fuera del agua apenas la nariz, con un crecimiento raquítico. Ahora que ya se hundió, resulta que el PIB ni que fuera tan importante.

Uno no es economista ni experto en finanzas públicas, pero no es tan difícil la cosa: el Producto Interno Brutoes la suma de todo lo que produce un país, todos los bienes y servicios finales producidos; y por eso es el mejor indicador que se ha inventado para saber cuál es el tamaño de una economía nacional, cuál es su solidez, su salud. Sin tecnicismos: si a usted le bajan el sueldo, no es buena noticia; si baja el PIB, tampoco.

El PIB dice mucho y a todos los gobiernos del mundo les interesa que crezca, no por buenecitos sino porque el PIB expone a las claras cuál es su desempeño: ante la contundencia del dinero, las babas oficiales se diluyen.

No hay crecimiento del PIB si los gobiernos no gastan o avivan la inversión privada en competencia de mercado, en educación y salud pública, pues sin esosu fuerza laboral será anémica, enclenque e incapazde trabajar; tampoco, si no invierten o fomentan la inversión en ciencia y tecnología; si no cuidan los factores macroeconómicos (inflación, política fiscal y sistema financiero, la banca); si no impulsan el ahorro ni atraen la inversión directa de capital.

Influye mucho en el PIB, que los gobiernos hagan o fomenten la creación de infraestructura de transporte, energía y por supuesto, comunicaciones, optimizando la eficiencia de la economía.

Y lo más importante de todo y por mucho: el PIB se ve negativamente afectado si los gobiernos no preservan un ámbito jurídico e institucional confiable, respetable, predecible, eficaz y con mínima corrupción: sin un sólido estado de derecho, todo esfuerzo es estéril.

En sus desafortunadas declaraciones (otras más) del viernes pasado, la Presidenta como queriendo atenuar lo mala noticia que es la contracción del PIB, preguntó: “¿Cómo mide el PIB si hay más número de personas con educación superior o con preparatoria o que saben leer y escribir? ¿Cómo mide el PIB la disminución de la desigualdad? No lo mide”. 

¡Ay, señito!, había de asesorarse antes de ventilar la garganta. Precisamente esas cosas se reflejan en el PIB y por cierto, eso de la “disminución de la desigualdad”, también es un efecto del crecimiento de la economía y de que los gobernantes no quieran mangonear ideológicamente la economía, digo, los migrantes van a los países ricos, con crecimiento, por algo es la hora que no se sabe de nadie que se haya ido a Cuba, Nicaragua, Venezuela, en vez de los EUA, Canadá, Alemania… y ya en estas, hasta a España.

Aparte, doña Sheinbaum no tiene ningún resonante éxito en educación ni en disminución de la desigualdad, pero es otro tema.

Los que saben algo de estas cosas, explican por qué nuestra economía ya está de chisguete. Desde Londres, la muy reconocida y laureada Pantheon Macroeconomics, explica nuestro derrumbe económico, porque “todos los componentes principales de la actividad económica se han debilitado”, por el despelote de nuestra política nacional (ellos lo dijeron bonito: “la volatilidad de la política interna”), por los recortes del gasto federal en infraestructura, la incertidumbre por la revisión del T-MEC, y la contracción del sector privado por la desconfianza empresarial. Si no se necesita un doctorado, es cosa de abrir los ojos.

Otra opinión seria es la de un tal Alejandro Valerio, fundador de un grupo consultor en Washington, quien explica que entre otras cosas, se ha profundizado el pesimismo entre los empresarios para venir o invertir en México desde que se aprobaron las reformas constitucionales. (Y la bastonera nacional pregonandoel viernes que la economía “está sólida” pese al contexto internacional adverso y que el modelo impulsado por su gobierno continúa funcionando… hay que rezar rosarios a rodilla para que deje de funcionar).

Ojalá alguien le informara a doña Sheinbaum sobreotra cosita que lastra el crecimiento económico: el crimen organizado. En el Índice de Paz México 2025, elaborado por el Instituto para la Economía y la Paz, de Sidney, Australia (nada que ver con el tío Richie), el impacto económico de la violencia y los cárteles en México se estima en aproximadamente el 18% del PIB, de México.

Ya se les acabaron las mentiras y apenas van en su primer año… sugerencia para Palacio ¿y si se ponen a trabajar?… ¡no!, mejor, no hagan nada, harán menos daño.

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