Simón Castillejos Bedwell
Primero habría que preguntarse, y nuestros pueblos como conglomerados socioculturales diversos, para que ocuparíamos un escudo si el que fuera, sería una simple representacion, que difícilmente podría sintetizar una supuesta identidad, mas allá de la que los pueblos todos, cada quién a su manera, ha venido construyendo sociohistoricamente, mediante sus formas y modos de vivir, reproducirse y trascender sobre el tiempo.
Para ello sería indispensable realizar una consulta informada, con ritmos y tiempos diversos, en el marco de cosmovisiones disínbolas necesarias de considerar en expresiones socioculturalmente diversas, imposibles de homogeneizar en cualquier suma de imagenes por complejas que fuesen, para expresar a la gente y sus modos de vida y trascendencia, lo que no lo da ninguna imagen a partir de imagenes de la flora, fauna, hidrografia, si partimos que la identidad es un reflejo cambiante producto de las relaciones sociales entre los seres humanos y sus diversos y múltiples entornos, que determinan las cosmogonias como reflejo de nuestros posicionamientos de vida en el planeta como nuestra casa común.
Cabrían acaso en una imagen homogeneizadora, el conjunto de expresiones socioculturales asentadas en lo que hoy se asume como Chiapas, o como hasta hoy solo expresará las Cosmovisiones hegemónicas en las estructuras de el poder como instrumento de dominación.
Si fuera el caso, tendrá que pensarse en imágenes y paisajes, que reflejen la cosmogonia multicultural del conjunto de nuestros pueblos, sus lenguas diversas, su relación con la naturaleza globalmente pensada, en ríos, montañas y animales, como entornos globales.
Quizá cultivos asociados como el maíz, la calabaza, el chile, incluidas plantas nutricionales y medicinales, en un entorno selvático con ríos acaudalados como el Grijalva y el Usumasinta, y sus derivaciones en lagos y cascadas, envueltos tal vez, por una serpiente emplumada, y vigilado todo por unos caimanes e iguanas, con un fondo de mares esteros y vida marina. Combinando la presencia de nuestros pueblos, su palabra, enmedio de la naturaleza y sus exuberancias, como únicas dadoras de vida.