Sr. López
Era desagradable ver cómo tía Cuquita, en su casaatendía a su compadre, un tal Tomás, que frente a tíoMario, su esposo, daba órdenes y ella obedecía de mil amores. Ya largamente viuda, como dispone la infinita misericordia del Dios, en una sobremesa, se lo dijo la abuela Virgen con tono de censura, y la tía dijo lacónica: -Completaba el gasto -¡ah, bueno!
Ya antes ha avisado este junta palabras, que diario se lee siete periódicos, no completos, no está loco (nada de Espectáculos ni Deportes, cuantimenos la Sección de Sociales, el Creador no lo permita); solo la Primera Sección no por enterarse de nada que ogaño todo es noticia vieja al día siguiente, sino las columnas de análisis y comentarios, que las hay sesudas, bien escritas y hasta con información seria, sí señor.También se lee, la Sección de Cultura y no lo ande contando, la de Moda, cosa divertida que desencapota neuronas para no perder el juicio con tanta lectura de claro en claro y de turbio en turbio (con perdón de don Miguel… Cervantes, no se distraiga).
Ayer leyó este menda de un columnista y periodista de muy seria y larga trayectoria, que la Presidenta (claro que hay, no sea así), se debate en la encrucijada de “contentar” al Trump o “contentar” a su mero padre, el Pejehová, que se supone está que trina en contra de doña Bastón de Caramelo, por andar levantando el tapete que esconde tanta bellaquería cuatrotera, en especial las travesuras de su hijito, el Andy, que él quiere de Presidente en 2030… ¡caramba!
No parece acertado nada de eso. Pudiera ser cierto pero muy difícilmente. En primer lugar porque la señito del segundo piso, no tiene que escoger entre el Trump y su héroe porque allá en la Casa Blanca, lo que pase con Morena, la Cuatroté y nosotros los del peladaje, les importa un reverendo y serenado cacahuate, pueslo del fentanilo, los migrantes y el T-MEC, se arregla sin defenestrar al señor ese que ha escrito más libros de los que ha leído: el tío Sam no es el Justiciero, solo vela por sus intereses.
Y la veneración de doña Sheinbaum por el que la montó en La Silla, les ha de divertir, allá ella, ella y sus gustos.
Eso por un lado y por el otro, siendo doña Sheinbaum una auténtica fanática del Señor de los Abrazos, es más fanática de ella misma. Si por un prodigio, por un portento de esos que a veces se dan en la historia, de repente apareciera detenido por el FBI en un aeropuerto texano, el tal Andy, la doñita diría de su ronco pecho en la madrugadora siguiente, exigiría que le aclararan cómo fue el secuestro, reclamaría la inmediata devolución del López Jr., repetiría que somos un país soberano, sí, pero todo eso después de haber soltado en la intimidad de su despacho, un largo suspiro de alivio (diciendo “¡yes!”), porque al Andy lo trae atravesado en su presidencial hígado. Y el gobierno de los EUA no respondería nada, como no respondió cuando secuestraron al Mayo Zambada. De cuándo acá.
Y ya con ganas de pensar mal, en una de esas, doña Sheinbaum anda con ganitas de que los EUA se lleven o cuando menos pongan recompensa por la detención de selecta lista de compañeros morenistas, traidores a ella. Imagínese el calambre entre los destacados cuatroteros que sí le juegan las contras a la Presidenta, por ejemplo, el o los que hayan ordenado la carga policiaca contra los manifestantes del pasado sábado, poniéndola como represora y violenta, dejando ya salpicado de sangre a su gobierno; eso junto con el inmenso error de encarcelar y someter a juicio a algunos manifestantes excepto a los del Bloque Negro, que tampoco la obedecen a ella.
La señora es enojona y colérica, y los que le juegan doble y se sienten intocables gracias al padrote de la cándida Patria, se pasaron de la raya con lo del sábado. Allá ellos.
El análisis lineal de la relación Sheinbaum-Trump, es un error. La doñita hospedada a nuestras costillas en Palacio Nacional, sabe mentir y miente. Sabe aparentar y aparenta.
Doña Sheinbaum cohonesta con las exigencias-órdenes del Trump. Agencias de espionaje y policiacas de los EUA, funcionan en México a sabiendas de nuestro gobierno y realizan operativos en coordinación con el Kalimán Harfuch (Batman es gringo), y con los bizarros militares de chocolate, antes honorables, hoy podridos en corrupción cuatrotera. Nuestra Unidad de Inteligencia Financiera, está a las órdenes del Departamento del Tesoro yanqui. Y nuestra Secretaría de Relaciones Exteriores tiene la orden de ser el convidado de piedra en este sainete de sumisión obligada; y el Canciller, calladito y de ser posible, ausente.
No es grosería llamarlo sumisión. La Presidenta sabe perfectamente bien que si a la Casa Blanca le da la gana, le tiran el teatrito que es este gobierno que ya lleva siete años. Saben todo.
Si le parece a usted que eso es una exageración, se le recuerda que el 1 de febrero de este año ‘terribilis’ (para doña Sheinbaum), el tío Sam hizo algo peor, gravísimo, cuando acusó públicamente y por escrito al gobierno mexicano de “tener una alianza con los cárteles (de la droga) y poner en peligro la seguridad nacional y la salud pública de Estados Unidos”.
Si alguien piensa que el gobierno de los EUA nomás por cachondeo saca un documento diciendo semejante cosa, acusando al gobierno cuatrotero de ser aliado del crimen organizado, se equivoca, son el imperio, hacen gárgaras con aceite hirviendo y tejen con alambre de púas, nada los detiene cuando de defender sus intereses se trata, cuando de su beneficio es el asunto.
Por lo mismo es de risa loca que nuestro gobierno se ofenda y se dé por calumniado cuando le gritan en marchas, manifestaciones y protestas: ¡narco gobierno!… se los dijo la Casa Blanca, señores (es un decir, ser señor es otra cosa).
Igual, la Presidenta sabe que su única salida para que no se le caiga el circo, es ser complaciente con el tío Sam, manteniendo en el discurso, la defensa heroica del país, de la soberanía. Y eso no le molesta a los EUA, son babas… pero, eso sí, flojita y cooperando.