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Danza cósmica

Danza cósmica
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Ulbester Alemán

A Joaquín Vásquez Aguilar

El portal ya está abierto y el telar de la ilusión ha abandonado su cruel engaño.

Las primeras agujas de rayos del sexto sol están en la antesala del despertar milenario y voces antiguas, sabias de los centros piramidal en ecos musicales vibran con ese dejo fino y colorido de serpientes y águilas al fin volando juntos.

La tierra sagrada restaura su vocación ancestral de horizontes cósmicos, lo decían los sueños acumulados en las piedras, musgos de lluvias eternas de la adorable gota en el pico del colibrí.

La ofrenda del camino se ha llenado de flores hasta el cielo y sus estelas de mantos de amor esperado de siglos.

El sexto sol, el del corazón del sol más bello en la palestra del ojo maya clínico sabiondo de señor Sirio y la madre Venus, los viejos ríos están de vuelta, el aire de México una ave del señorío libertario fecunda dentro del corazón del hombre, la mujer del penacho Azteca gira alrededor del padre alcione y recita los poemas del universo.

Nada será ya igual desde ésta noche de esmeraldas verdes del arco iris y su llovizna de Pléyades arcanas.

No habrá más misterios de volcanes y sismos, ni el malhechor incendiado el trigo de la memoria.

No habrá más sueño violentando la tierra.

Ha llegado la hora del sexto sol prodigioso de mayas, olmecas, aztecas, toltecas, camino del éter blanco, prodigio eterno del despertar del corazón cósmico.

El silencio nocturno, ah, el silencio nocturno sabio, cuenco de la colmena en miel derrite su dulzura y la ofrenda al altar de muertos.

El sexto sol, nos trae el fruto milenario negado en la boca del niño hambriento.

MIRA

Cómo decís vos por la vieja tierra del cóndor, niña no detengas el vuelo después de estirar remeras…

Mira, es pleyadana de ternura abismal como picacho de los Andes.

Es la antigua guardia del alma del universo, genetista de ya muchas rosas galácticas, cimbra solo al verte con sus ojos dorados de astros y fértil útero de la memoria maternal del fuego e incienso del sol se cubre.

Mira: comandante supremo del amor en su brillo de estelas orbitando su paz y telar indú de fértil brillo de ensoñada aurora en el umbral del cielo.

Mira: no conoce la redención de la nada, si es todo, estocada de luz en la mónada del corazón e insignia de altar florido en el lenguaje irdin profético.

Mira me mira en su saber mirar tan lejos o cercana mira simple y sutil mirada de luz fuego acariciando sus ojos en el mirar de ciervo arisco como estrellas cayendo en el mirar de mar, mira.

Mira: estrella del tibor del agua sagrada, candela y danza Arcana.

Mira, me mira yéndome sin mirar atrás el barlovento.

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