* El acto oficial provocó reclamos de víctimas y defensores de derechos humanos, quienes exigieron retirar su nombre del calendario cívico y de espacios públicos
El gobierno de Evelyn Salgado despidió a la directora de Actividades Cívicas de la Secretaría de Cultura estatal, Ximena Yareli Muñoz, luego de la polémica generada por el homenaje al exgobernador Rubén Figueroa Figueroa, uno de los personajes señalados por su participación en la llamada Guerra Sucia en Guerrero.
El acto, realizado en el municipio de Huitzuco, conmemoró el 117 aniversario del natalicio del exmandatario y contó con la presencia de su hijo, Rubén Figueroa Alcocer. El evento formó parte del calendario cívico oficial, pero provocó una ola de críticas de familiares de desaparecidos, activistas y organizaciones sociales, que consideraron el homenaje una afrenta a las víctimas de la represión de los años setenta.
Ante la indignación social, la Secretaría de Cultura estatal informó que revisará la Ley 761 sobre los símbolos de identidad y pertenencia de los guerrerenses, con el fin de actualizar los valores que representa el calendario cívico. Sin embargo, el despido de Muñoz fue interpretado como una respuesta política para contener las críticas, más que como una decisión administrativa.
La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) se sumó al reclamo y pidió al Congreso local revisar los días cívicos que se conmemoran en el estado. En un comunicado, el organismo recordó que Rubén Figueroa Figueroa y su hijo estuvieron implicados en episodios de represión, incluyendo la masacre de Aguas Blancas de 1995, por la cual la CNDH emitió la Recomendación 104/95.
La Comisión exhortó al gobierno guerrerense a asumir su responsabilidad en la preservación de la memoria histórica y a evitar actos que perpetúen el reconocimiento a perpetradores de violaciones graves a derechos humanos. Además, reiteró que el Congreso estatal debe cumplir con los puntos de la recomendación 98VG/2023, que contempla un acto público de disculpa y la modificación de nombres de calles, escuelas y monumentos que hagan alusión a funcionarios vinculados con la violencia de Estado.
Familiares de víctimas y organizaciones de derechos humanos insistieron en que rendir homenaje a Figueroa Figueroa representa una falta de respeto para los desaparecidos y sobrevivientes de la represión. “No se puede construir memoria democrática celebrando a quienes ordenaron persecuciones, torturas y asesinatos”, expresaron en un comunicado conjunto.