* Informes militares revelan que Los Viagras mantienen desde hace años una red de extorsión sobre productores de limón en Tierra Caliente
Desde hace al menos tres años, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) tiene plenamente identificada la red criminal que controla la extorsión a productores de limón en Michoacán. Informes de inteligencia militar revelan que Los Viagras, liderados por Nicolás Sierra Santana, alias El Coruco o El Gordo, operan con una estructura bien definida, relaciones políticas y una larga historia de impunidad.
De acuerdo con documentos internos, el grupo delictivo mantiene el control de amplias zonas de Tierra Caliente, entre ellas Buenavista, Apatzingán y La Ruana, donde fija precios de productos como el limón, el pollo y el refresco, impone cuotas a los ganaderos y utiliza “halcones” para monitorear movimientos de las fuerzas de seguridad. El Ejército localizó a El Coruco desde 2022, refugiado en el cerro de Buenavista y rodeado de operadores identificados como El 300, El Ingeniero, El Quemado y una mujer llamada Angélica Gallegos, encargados de transmitir sus órdenes.
Los reportes también documentan que Los Viagras han mantenido vínculos con personajes del ámbito político local. Entre ellos, Anabel Bedolla Marín, tía del gobernador morenista Alfredo Ramírez Bedolla, quien según un informe militar de 2022 habría buscado reunirse con El Coruco a través de uno de sus lugartenientes, Alberto García Flores, conocido como La Peggy. La cita, de acuerdo con los registros, ocurrió en las instalaciones de una empresa limonera controlada por el grupo criminal.
La Sedena incluso detalla las coordenadas de inmuebles utilizados por El Coruco para ocultarse, así como las operaciones económicas del grupo, que incluyen gasolineras abastecidas con combustible robado y molinos donde se acapara la compra del cítrico. A través de estas actividades, el líder de Los Viagras habría obtenido ganancias diarias de hasta 60 mil pesos.
Pese a la información disponible desde 2021, los principales responsables de la red continúan libres. Las investigaciones apuntan a que el empresario Bernardo Bravo Manríquez, presidente de la Asociación de Citricultores del Valle de Apatzingán, fue asesinado en octubre tras denunciar públicamente las extorsiones y convocar a protestas contra la caída del precio del limón. Su cuerpo fue hallado con signos de tortura.
El presunto autor intelectual del crimen, Rigoberto López Mendoza, alias El Pantano o El Plátano, según distintos registros oficiales, fue detenido días después. Sin embargo, los productores denuncian que ni él ni su familia forman parte de la verdadera cúpula criminal que opera en la región.
Aunque las autoridades federales han anunciado capturas recientes, los documentos filtrados muestran que las estructuras de Los Viagras, su red de complicidades y su control sobre la economía local siguen prácticamente intactos. Tres años después de que el Ejército ubicó a sus líderes y rastreó sus operaciones, la extorsión continúa, mientras los limoneros de Michoacán siguen trabajando bajo amenaza.