1. Home
  2. Columnas
  3. Cae la actividad económica, no la esperanza

Cae la actividad económica, no la esperanza

Cae la actividad económica, no la esperanza
0

Manuel Ruiseñor Liévano

LAS CIFRAS OFICIALES

De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), México registró en septiembre pasado una caída de su actividad económica del 0.6 por ciento en términos anuales, derivada de la contracción de 3 por ciento en el sector industrial, dato que se vio reflejado en el Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE).

Todo apunta a que la caída en el sector secundario tuvo como ingredientes el mal desempeño de la minería, con un derrumbe de 7 puntos; en electricidad, con menos (-)
1 por ciento; en la construcción, con poco más de 3. 1 por ciento, así como en las manufactureras —que son cerca de la mitad de la industria—, y que por igual se contrajeron ligeramente. Una cuestión relevante, sobre todo si acotamos que buena parte de las exportaciones provienen precisamente de las manufactureras.

Vale la pena subrayar que lo anterior se hubo indiciado desde antes, justo cuando semanas atrás se dio a conocer que el Indicador Oportuno de la Actividad Económica (IOAE), apuntaba a ese derrumbe del 3 por ciento en ese sector estratégico..

Y aunque la economía nacional mantiene un paso moderado en los últimos meses del año, el desempeño de los sectores que la integran ha sido por demás desigual. Todo indica —coinciden los especialistas— que la industria del país está inmersa en una fase de desaceleración prolongada con dos alertas prendidas: minería y construcción.

Al respecto, analistas del BBVA remarcaron que la caída del PIB en el sector constructor se debe a que ya no hay espacios fiscales para seguir realizando obras de infraestructura, por causa de que mega obras como el Tren Maya, la Refinería de Dos Bocas y el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, absorbieron los recursos públicos para su conclusión, concluyen.

Para confirmar su análisis, sostienen que si bien en el Presupuesto de Egresos de la Federación 2026 (PPEF) los recursos destinados para obra pública crecieron 8.6 por ciento en relación con lo aprobado para este año, tal cifra está muy por debajo de los 933 mil millones de pesos destinados a proyectos de infraestructura pública en 2023. Una caída — subrayan los más optimistas— la cual podría revertirse parcialmente si se aplicarán espacios fiscales como las Asociaciones Público-Privadas (APPs), que abundaron durante los llamados gobiernos neoliberales.

La cuestión es que la inversión pública en infraestructura está por debajo de niveles históricos. De enero a agosto de este año, el gasto gubernamental para obras públicas é infraestructura también registró una caída de 33.7 por ciento anual.

Como se puede advertir, la economía nacional para nada anda en caballo de hacienda y como es bien sabido, cuando una economía se debilita, lo resienten primero las exportaciones, hoy fustigadas por causa del capricho de la guerra comercial de los Estados Unidos y su presidente.

¿HABRÁ CRECIMIENTO EN 2026?

El sector privado en su conjunto defiende que, como condición indispensable del crecimiento económico, está el recuperar el nivel del consumo, el cual ha registrado una leve desaceleración causada por choque de precios y la debilidad endémica del mercado laboral. Baste señalar que en septiembre sólo se pudieron crear 116 mil 765 nuevos empleos formales, 0.5 por ciento más que el mes anterior. Y eso no cumplió con la meta oficial.

En términos estrictos de la abogacía, que pedimos prestados para el caso en cuestión, la “evidencia” es que el modelo económico de la Cuarta Transformación no está generando crecimiento. A pesar de que se tiene registrado algo en su favor entre junio de 2022 y junio del 2024.

A MANERA DE COLOFÓN

No obstante, parece ser prácticamente consenso entre organismos internacionales, analistas económicos y financieros, que este año de 2025 México cerrará con el mismo Producto Interno Bruto (PIB) que teníamos en 2018, cuando inició el primer piso de la llamada Cuarta Transformación.

ECONOMÍA DOMÉSTICA

En lo relativo al crecimiento económico de Chiapas, debido a causales de orden estructural como la pobreza y el rezago educativo, así como una deficiente calidad de la gestión pública —con honrosas excepciones—, poco o casi nada se ha podido lograr.

El mercado laboral ha sucumbido ante la informalidad y la falta de empleo formal, aunado al déficit en la creación de capital humano; de ahí que la inversión cueste trabajo de arraigar en tierras chiapanecas, donde se debe reconocer y seguir estimulando la mejora regulatoria acumulada en las últimas décadas, a efecto de fijar mayor inversión generadora de empleo.

Y es que, aunado a ello, seguimos padeciendo la carencia de servicios básicos, la debilidad en la infraestructura, la corrupción y el clientelismo político, entre otros factores contribuyentes al estancamiento de nuestra economía. No obstante, a los chiapanecos nos respalda una historia de grandeza en la cual hemos demostrado que somos capaces de salir adelante ante cualquier reto por grande que esté sea.

Más allá del discurso político, que es necesario en tanto convocatoria a la unidad, ha llegado la hora de demostrar nuestro compromiso en los hechos cotidianos, cumpliendo cada ciudadano con la tarea que le corresponde. Con principios y valores firmes; con hoja de ruta, con programa, objetivos y metas, así como agenda de acción, para ubicarnos lejos de la ocurrencia o el despropósito.

Y es que aún no se conoce hasta la fecha ninguna sociedad o pueblo del mundo que, irresponsable por adormecido y apático, haya construido siquiera un metro cuadrado de bienestar y desarrollo.

LEAVE YOUR COMMENT

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *