1. Home
  2. Columnas
  3. Los misterios gozosos en Marvey / Al Sur con Montalvo

Los misterios gozosos en Marvey / Al Sur con Montalvo

Los misterios gozosos en Marvey / Al Sur con Montalvo
0

Guillermo Ochoa-Montalvo

Querida Ana Karen, 

Llegué a tomar café, a saludar a Mario Torres y revisar alguna de las novedades de su librería; la sorpresa fue saber que esa noche varias escritoras leerían poemas en lo que llamaron “Grito de Mujer”. Ahí conocí en persona a Marvey Altuzar, de quien se hablaba continuamente en los círculos culturales de Comitán y Trinitaria de donde es oriunda. Junto con ella, participaban las escritoras Angélica Altuzar, Anna Laura Moreno, Isabel Araujo, Antonieta Domínguez, Itzel Altuzar y Fernanda Álvarez. Con tres café, quedé embriagado de letras penetrantes, fuertes; algunas desgarradoras.

Casi un año después, a finales del 2023, sentado en la galería del auditorio del Centro Cultural “Rosario Castellanos”, (sí, Ana Karen, en Comitán todo lleva el nombre de la ilustre escritora Rosario Castellanos). Como sea, en esa ocasión la escritora Marvey Altuzar presentaba su libro “Aullido del Agua” del cual, el cronista, historiador, periodista y demás títulos merecidos, Alejandro Molinari, escribió en sus Cartas a Mariana, lo siguiente: “Hallé un poema que sintetiza el carácter de su poesía, donde habla una mujer contemporánea. No sé qué habrían pensado las señoras de los años sesenta del siglo pasado al escuchar los versos de este poema. En el poema “Omisión” hay una voz sin vestimenta, sin ambages; una voz que emite su sentimiento sin falsos pudores; la voz de una mujer que no duda en desnudarse plena, a los cuatro vientos. Para que mirés por dónde va el grito libertario, paso copia del citado poema: <OMISIÓN Yo confieso ante Dios padre todo poderoso que he pecado de pensamiento, mucho, de palabra, otro tanto, de obra, todavía más, de omisión, no, nada. Y propongo firmemente no cumplir la penitencia.> ¿Mirás?, La poeta se asume pecadora, de acuerdo con lo que dicta la iglesia católica, apostólica y romana, confiesa que ha pecado y juega con la oración. Dice que ha pecado de pensamiento, ¡mucho! (ay, qué imágenes y escenas asomarán por la mente Marveyiana); que también ha pecado de palabra (por supuesto, los amantes saben que uno de los ingredientes de la pasión es la palabra candente); que de obra no se ha reservado ningún deseo (los ha cumplido casi todos) y que nunca ha omitido ninguna cinta de pasión. ¡Pucha! Qué manera de sintetizar el grito que quiebra todos los cristales de la mojigatería. Y para remachar lo dicho, expresa que no cumplirá la penitencia. Ella misma se absuelve, se mete al río de agua bendita y moja cada uno de sus pensamientos, de sus deseos, de las flores de su cuerpo y de las cintas más sublimes…”. Por supuesto, Ana Karen, me confieso fan de Marvey y de Molinari porque ambos escriben desde el alma.

En otro momento volví a escuchar a la reconocida  maestra, locutora, periodista y literata, en la cafetería del hotel Alba leyendo poesía erótica en compañía, si no mal recuerdo, de Olivia Bonifaz, Chusi Coutiño y Astrid Iturriaga. Y el año pasado en durante la XI FIL UNAHC 2024, la escritora Marvey Altuzar presentó su libro “PECADOS CAPITALES Y OTROS MISTERIOS GOZOSOS” acompañada de Olivia Bonifaz, Chusy Coutiño y Mario Escobar

Hace pocos días, caminé las subidas y bajadas que hay de mi casa hasta la librería “LA RUEDA DEL HAMBRIENTO” porque no podía perderme la amena forma de conversar de la escritora Marvey. Leí de un tiro su micro libro “NECIO DOLOR” escrito durante la pandemia del COVID. El salón estaba a reventar y su voz se escuchó diciendo, “Sé que estás ahí, pero mi necio dolor quieres escucharte de nuevo arrastrando erre de nombre: rio, rama, roca. Ricardo, cuéntame de tus veredas a galope, del rapto de la más linda de tus novias”. José Bonifaz presentó el libro y ambos coincidieron en el concepto de la catarsis. Escribir es un acto de catarsis. Y esa idea permeó en el público. Un hombre nos iluminó al reconocer su ignorancia absoluta y su participación fue una de las más inteligentes de esa noche.

Marvey nació con las letras impregnadas a su alma; una mente inquieta que nunca descansa viajando en circunvoluciones mientras se dedica a sus quehaceres domésticos, mientras se traslada por las calles congestionadas de la Ciudad de México donde vive; ya sea bajo la ducha e incluso en las madrugadas cuando el sueño se transforma en su inspiración para darle forma de poema o narración; nadie en esa condición puede ser disciplinada para escribir porque el encierro de una poeta surge cuando el impulso ordena escribir por necesidad, no por obligación. 

Calificar a la escritora de sensible, creativa y virtuosas, sería caer en clichés gastados; en verdad, ella es la palabra que respira sin cansancio. De la misma forma en que sus lectores la leemos una y otras vez tratando de encontrar señales ocultas en las entrelíneas de su narraciones.

Y ahora, Ana Karen sigo leyendo los PECADOS CAPITALES Y OTROS MISTERIOS GOZOSOS restándole horas al sueño porque la lectura nos atrapa como seguramente, Sherezada atrapaba la atención del Sultán. Pero Marvey atrapa a sus lectores desde hace más de 35 años cuando empezó a publicar a temprana edad. 

Leo las catorce narraciones de los Pecados Capitales ávido por armar las piezas de ese rompecabezas de emociones y sensaciones donde el simple roce del hombre detona la perversa imaginación del lector y nos conduce a cometer el pecado de  la lujuria, o a indignarnos con el pecado de la avaricia de una abuelas más desalmada que la de García Márquez. Las narraciones de los pecados capitales nos conducen a la condición humana, a la explotación, a la denuncia de lo injusto al encadenamiento de la libertad que se logra aquél día al adentrarse al mar despojad de ropajes para elevarse en alterados de batidas rápidas hasta perderse en el cielo.

El erotismo en Marvey tiene algo de un necio dolor, es el aullido del agua el que escuchamos como un fuego a tres voces o ese ojo de hormiga que nadie percibe como ella misma donde la brevedad es profundidad.

Marvey es generosa con sus colegas, les abre paso, los reconoce con humildad, difunde los logros de sus amistades y de quienes inician en este oficio de escritor.

Me quedan pendientes los sesenta y cinco poemas a verso libre que componen su libro CONFESIÓN DE ORFANDAD que ha sido elogiado por los poetas Óscar Wong y Kyra Galván, Alejandro Molinari y Mario Escobar. Ya lo buscaré en las librerías del Fondo de Cultura Económica.

Como sea, Ana Karen, me queda claro que Marvey no busca fama ni fortuna, eso es tan sólo consecuencia de la expresión de su Espíritu de poeta; una mujer que irradia alegría y entusiasmo por vivir la vida, porque en Marvey, escribir cada día es una cuestión de amor.

​​ de

LEAVE YOUR COMMENT

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *