1. Home
  2. Columnas
  3. La panza manda / La Feria

La panza manda / La Feria

La panza manda / La Feria
0

Sr. López

Algo le he contado de tía Amelia, la de los doce hijos varones, pero no le he dicho si tenía marido ni si los doce eran de un mismo papá. Bueno, sí, tuvo uno, un desastre de marido que aparte de muy guapo -según ella-, solo servía para hacer hijos –“y bien”, también según ella-: briago, no muy trabajador, jugador ysiempre endeudado. Recién nació el número doce -contado por ella-, le dijo dando pecho, que la dejara: -A lo mejor pasamos hambres pero dejo de parir -le explicó. No pasaron hambres; ya sin el inútil, la tía sacó adelante a todos, vendiendo comidas en su casa: -Ni chiste tuvo -decía sonriendo-, igual ya cocinaba para un ejército.

El viernes pasado, se aprobó la Ley de Ingresos del año que viene, la que dice (a brocha gorda, no hay espacio), cuánto vamos a pagar de impuestos y cuánto se va a pedir prestado. Esta vez, el gobierno puso más impuestos a cigarros, refrescos, jugos, sueros, apuestas digitales y a videojuegos “violentos”.

Explicó varias veces que no es por cobrar más impuestos sino por la salud pública: que se fumemenos por lo caro, que baje la panza nacional promedio y la diabetes, que no se tire dineroapostando y que se vean menos cochinadas en internet (por salud mental).

Así, el gobierno actúa como un buen padre. ¡Aplauso!… ¿aplauso?, no, el gobierno no es nuestro papá, es nuestro empleado.

Vendaval de violencia y crimen; economía pasmada; ruinosos sistemas de educación y salud;infraestructura haitiana (con respeto); campo abandonado; y el gobierno nos sale con la babosada de que está preocupadísimo por fumadores tosijosos, endulzados bebedores de refrescos, apostadores y jugadores de videojuegos muy feos. ¡Caramba!

Suele achacarse a Ronald Reagan la frase “el gobierno no es la solución, es el problema”, pero es de Milton Friedman. Como muchas afirmaciones generales, debe matizarse, no siempre es el problema, no, y para no ponernos dramáticos, digamos que en México el gobierno, seguro no es la solución,  al menos en los últimos siete años, los de la cuatrotera transformación.

Algún adorador del ídolo de Macuspana-Badiraguato, venerador del Señor de los Abrazos, fetiche favorito decorruptos y criminales, pensará que es una injusticiaafirmar que corresponde a su estilo de gobierno tal baldón, y no necesariamente por ser fanáticos de ese adefesio sino porque, una de dos, o son muy jóvenes o ya olvidaron que este país era respetado (respetable); que el mundo habló del milagro mexicano; que ese régimen nos metió en el bloque económico-comercial más grande del mundo (que ya alcanza los 840 mil millones de dólares anuales de intercambio); cuyo último Presidente nos entregó el país en el año 2000, con un crecimiento económico del 7%… sí, todo se olvida (también que el “humanismo mexicano” cuatrotero, consiguió bajar cuatro años la expectativa de vida del mexicano… y eso no había pasado en cien años).

Sin trapitos calientes, este gobierno, continuación del anterior, se describe a cabalidad con dos palabras: desastre e incapacidad. Pensándolo bien, sí, son el problema.

Este gobierno (porque hay que llamarlo de alguna manera), adolece de un mal que aqueja a muchos otros: empeoran los problemas o los empollan -lo que es empeorarlos-, porque reconocer errores es contrario a su principal interés político, conservarse en el poder. Y así, se vuelven el problema; son un médico que declara sanos a todos sus pacientes o los da de alta sin curarlos. ¿Usted querría un médico así para sus hijos?… este menda, no.

Salvo las excepciones que en todo hay, los gobiernos se arrogan un poder discrecional dirigido a obtener de la gente cuanto dinero les sea posible. Jamás aceptarán que metieron la pata y siempre alegarán que faltan recursos, más gobierno, más burocracia y más leyes, más prohibiciones, claro.

En el año 2000, el gobierno dispuso de 1 billón 200 mil millones de ingresos. El año próximo, el gobierno dispondrá de casi 10 billones 200 millones, eso es 850% más dinero que en el 2000, con un 35% más de población.

Si a usted le salen las cuentas, lo felicito, pero es INADMISIBLE, la cantidad sideral de dinero que se van a gastar en nuestro nombre (el año que entra, 542 mil millones de pesos más que en este), y es la hora que no tenemos carreteras de plata maciza, médico de cabecera, vacaciones pagadas en Europa y policías de la tercera edad porque la paz nacional no necesitagarrudos donceles arriesgando la vida en cada calle.

Y por cierto (total, ya le eché a perder el día): la deuda pública, en el año 2000 era de 285,360 millones de dólares, ya vamos en 20 billones (20’’000,000’000,000.00 pa’ que duela). Debemos 70 veces más que el año 2000 y seguimos de dar grima.Algo anda mal, muy mal.

Quedó dicho que en todo hay excepciones y es cierto, en Dinamarca el gobierno quería (y quiere), bajar losaltísimos impuestos. Hicieron sondeos de opinión que les hicieron ver que mejor ni moverle, la gente no quiere que se los bajen porque recibe a cambio de ellos todo lo que necesitan y los ven como una inversión. Y ahí van, bajándolos a la chita callando, de a poquitos. 

Allá explican sus economistas, “primero se generóriqueza y después se empezó a repartir en forma de beneficios sociales; no al revés”. Igualito que acá que estamos fregados y repartiendo dinero a manos llenas.

Alguien explicó, no es idea de su texto servidor, quehay cuatro maneras de gastar dinero: 1. Gastar en uno mismo el propio dinero: se cuida el dinero y se buscael mayor beneficio. 2. Gastar en otros el dinero propio: se gasta lo menos posible. 3. Gastar en uno mismo, el dinero de otros: dispendio y lujos injustificados. 4. Gastar el dinero de otros, en otros, que es cuando no importa cuánto se gaste, en qué ni la calidad de lo adquirido. Nuestro gobierno domina el 3 y el 4, se hartan de lujos y de robar.

Pero deberían hacer bien sus cuentas, no les va a alcanzar y para el 2030, doña Sheinbaum va a estar en una crisis de vorágine y ¡abur cuatroté!… la gente perdona todo, pero la panza manda.

LEAVE YOUR COMMENT

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *