Antonio Cruz Coutiño
Ver para creer. POLÍTICOS ANALFABETAS o de plano faltos de ética, de conciencia cívica o de un tantito de cariño por Chiapas, nuestra patria pequeña en el sur de México, tal como la veía el gran Enoc Cancino Casahonda:
“Chiapas es en el cosmos/ lo que una flor al viento./ Es célula infinita/ que sufre, llora y sangra”.
Y bien… parece que de poquito a poco “sale el peine” respecto de la INICIATIVA SOSA, DESESPERANZADA y SIN EXPECTATIVAS, que pretende modificar o de algún modo alterar el emblema oficial de la entidad, signo gráfico con el que todos hacemos mnemotecnia, para representar a Chiapas y a sus habitantes desde hace 497 años.
Pues se trata del deseo gratuito, arrastrado, rastrero, mezquino y hasta servil de ciertos lectores y promotores culturales, autodesignados chiapanequistas, chiapanecólogos, multiculturalistas, transculturalistas, colonialistas, decolonialistas y quién sabe cuánta cosa… pastoreados por políticos que no dan la cara.
Tipos quienes desean congraciarse con el poder, con el gobernante en turno, como ofreciéndole oportunidad de justificar alguna de sus ideas mercadológicas. Cuando en verdad Chiapas necesita orden y PACIFICACIÓN, es decir: eliminación de sus altos niveles de criminalidad y desgobierno, y consolidación de sus estructuras policiales y de seguridad pública: política, organismos, inteligencia, logística.
Igual que Chiapas requiere con urgencia, la construcción de esa carretera mil veces imaginada, que comunicaría la región del Soconusco con el centro y norte del Estado y, sobre todo: construir la infraestructura que permita disponer de un servicio de transporte robusto, público, urbano y municipal, en al menos las 10 ciudades más importantes de Chiapas. Transporte público para garantizar movilidad, seguridad y calidad de vida; pivote del desarrollo de los otros sectores productivos.
Y ya, si de plano, después de haber hecho todo esto, desean impactar el espectro sociocultural de Chiapas (o de esta porción de México en la frontera sur), ENTONCES SUGERIREMOS que se pongan a estudiar historia y geografía de Chiapas; algo de etnología, antropología, cultura e identidades. Los textos de Manuel B. Trens, Castañón Gamboa, Casahonda Castillo y López Gutiérrez, por ejemplo. O a tantos otros estudiosos contemporáneos, entre ellos a nuestros maestros Thomas Benjamin, Jan de Vos y García de León.
Que se pongan a leer comprensiva y críticamente, insistimos, para ya no saber de ellos más pifias, tonterías o estupideces.