* La institución calificó la medida como injustificada y aseguró que los bienes en prenda de los clientes están resguardados
En el primer minuto de este martes, el Sindicato de Trabajadores del Nacional Monte de Piedad inició una huelga en las 302 sucursales de la institución, denunciando violaciones sistemáticas al contrato colectivo de trabajo y hostigamiento contra la organización gremial encabezada por Arturo Zayún.
Se trata de la segunda huelga en menos de dos años. La primera ocurrió en febrero de 2024, tras una década de conflictos laborales y negociaciones fallidas. En esa ocasión, el movimiento se levantó después de la firma de un convenio que incluyó reducción de personal, ampliación de jornadas sin pago extra y ajustes en prestaciones. Según el sindicato, la administración no ha cumplido con lo acordado y ha continuado con prácticas que afectan los derechos laborales.
El secretario general del sindicato, Arturo Zayún, acusó que la directiva del patronato ha intentado sustituir el contrato colectivo mediante un “contrato de protección”, lo que ha derivado en despidos y presiones hacia los trabajadores. “La situación se ha vuelto insostenible y por eso decidimos colocar las banderas rojinegras”, señaló.
Por su parte, Nacional Monte de Piedad rechazó los señalamientos y aseguró que la huelga carece de fundamento. La institución afirmó que ha actuado en apego al contrato colectivo y al convenio firmado en marzo de 2024, el cual fue validado por la autoridad laboral y aprobado por voto secreto de los trabajadores. “Todos los derechos y prestaciones están garantizados; nunca se ha buscado modificarlos o extinguirlos”, puntualizó en un comunicado.
La administración también informó que los bienes en prenda de los clientes permanecen bajo resguardo en sus bóvedas, inventariados y asegurados, por lo que el movimiento sindical no afecta su seguridad. Asimismo, agradeció la intervención de la Secretaría del Trabajo y del Centro Federal de Conciliación y Registro Laboral en los intentos de mediación.
El conflicto laboral mantiene cerradas temporalmente las sucursales de la institución, mientras ambas partes se mantienen en posiciones opuestas respecto al cumplimiento del contrato colectivo.