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Doblan las campanas / La Feria

Doblan las campanas / La Feria
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Sr. López

La abuela Virgen (la de los siete hijos), rezaba todo el santo día y cocinaba como la Santísima Trinidad; comer en su casa era tocar los dinteles de la Gloria. Y siendo la santa vieja que era, tenía un defecto: sialguna de la familia le pedía una receta, siempre la daba mal. Cuando era obvio que se acercaba a pasar al definitivo estado de fiambre, se negó a dictar ni una sola. A la tumba se llevó sus secretos. ¡Ay!, su bacalao a la vizcaína; ¡ay!, sus albóndigas al chipotle… ni modo.  

Parece muy cierto que las cosas se pueden hacer bien o mal (regular es hacerlas mal), y así es si estamos hablando de huevos fritos o planchar camisas, porque hay cosas que es imposible hacer bien por ser intrínsecamente malas, nadie aplaude lo bien que manejaba la navaja el Mochaorejas o lo bien que horneaban gente los nazis.

En la vida ordinaria es sabido que la gente común, si tiene razonablemente bien amueblado el cerebro, distingue lo bueno de lo malo pero no es así al tratar sobre la cosa pública, el gobernar, por varias razones, entre ellas, que las ideologías políticas más dispares pueden parecer acertadas, sin saberlo hasta que se llevan a la práctica; y también porque entre los que se dedican a la política a veces -a veces, no se alarme-, hay mentirosos de tomo y lomo, que engañan congalanos discursos para hacerse con el poder y acto seguido, olvidar promesas y compromisos, quitarse la máscara (o peor, conservarla), y hacer de su voluntad ley, saquear las arcas públicas y aplastar lo que les haga oposición.

En el caso de nuestra risueña nación, desde diciembre de 2018 nos gobierna un “partido político”, que se llama Movimiento de Regeneración Nacional -Morena-, debiendo ser su nombre Movimiento de Reciclado Nacional, porque eso es en realidad, el reciclado del priismo imperial de los años 70 del siglo pasado, en todo, en integrantes y mañas.

Pero Morena tiene un problema no menor: el PRI era lo que era, no fingía, arrebató el poder a bala limpia y lo conservó con su comedia de democracia electoral. Sí, todo eso y cosas peores, pero el PRI dio resultadosde asombro, tanto que primero en Europa y después en el mundo, se habló del Milagro Mexicano.

Por eso duró lo que duró el régimen priista. La gente no es tonta en ninguna parte del mundo, en Méxicotampoco (no se haga el sorprendido, no sea así), y se toleraron los vicios del PRI porque a cambio daba beneficios reales, tangibles.

Para los que padecen de anti-priismo diarreico, se recomienda recordarles que el PRI recibió un país con 30 años de expectativa de vida y lo entregó con 70 años; lo recibió con 16.5 millones de habitantes (dato del Censo de 1930), y en el año 2000 ya éramos cerca de 97.5 millones, casi seis veces más gente, sí, ese viejo sistema construyó seis Méxicos. Se dice fácil.

Por cierto, con Morena en el poder, ya bajó 4 años la expectativa de vida en México, primera reducción generalizada de la esperanza de vida en un siglo. Se dice fácil también, pero es una atrocidad.

Sin embargo, ante el peligro de que vaya usted a pensar que esto es la apología del PRI, se apresura este menda a señalar que el otrora partidazo hizo un daño enorme al país al impedir auténtica vida democrática, no solo la electoral, y quedó el país sin ciudadanía genuina.

Y construir democracia sin demócratas es en serio, muy difícil. Por eso, porque el tenochca simplex estándar carece de formación cívica, se pudo trepar al poder ese Pejehová, político de medio pelo, infatigable mentiroso dominado por el afán de poder y revancha, con delirio (cómico) de grandeza y dispuesto a todo para prevalecer, incluido en el mejor caso, tolerar al crimen organizado, si no es que aceptando su colaboración y dinero, pero sin duda, permitiendo su expansión y dominio en amplias regiones del país. No se indigne cuando se tope con alguien que lo venere y diga que es el mejor presidente que hemos tenido, comprenda lo difícil que es aceptar semejante metida de pata nacional.

Ahora estamos en el capítulo 2 del sainete cuatrotero con doña Sheinbaum al mando, pero el problema es que ella sí cree en el Pejecutivo que la designó sucesora, y en el movimiento (y si no cree, que bien lo actúa).

El problema es de ella. Morena se define como partido socialdemócrata porque a su fundador le faltó valor para declarase socialista, pero su discurso, el de sus corifeos y seguidores duros, siempre es contra la “derecha” y el neoliberalismo, mariposeando muy coquetos sin pudores de doncella, con los esperpénticos gobiernos socialistas de América Latina que empobrecen a sus países y atropellan democracia, derechos humanos y libertad; eso sí, prestos los cuatroteros a sonreírle muy obsequiosos al tío Sam.

El problema de la señora Sheinbaum, es que sí es socialista, marxista por formación familiar, y para su mala suerte, encabeza un gobierno que mantiene la política de su predecesor, esa que hizo que los grandes capitales y la banca nacionales, ganaran dinero a espuertas, a dos manos, como nunca antes; le tocó a ella, izquierdista de siempre, encabezar un gobierno aferrado al tratado de libre comercio con los EUA y Canadá, el T-MEC, epítome, resumen fundamental del capitalismo, del neoliberalismo y la política pro yanqui. Sí, el problema es de ella.

La señora del segundo piso (que de tonta no tiene un pelo), sabe todo esto y que en Morena todo es mentira; de lo que se trata toda esta comedia es de imponer un nuevo régimen de partido hegemónico (¡es un honor ser como los del PRI!).

Nada más que la dama de Palacio tiene entre otros, dos problemas muy graves: el crimen organizado no cede, meta a la cárcel a los gañanes que meta; y están reventando los tumores llenos de pus de la corrupción del sexenio pasado, imposibles de ocultar porque son del interés de los EUA.

Dijo don Quijote “con la iglesia hemos dado, Sancho” (no dice “topado”), ahora diría con la Casa Blanca y para salir bien librados de tan gigantesca corrupción no hay receta. Toca tragar y pedir más… doblan las campanas.

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