1. Home
  2. Columnas
  3. Josefa Barrios, pasión por la justicia / Al Sur con Montalvo

Josefa Barrios, pasión por la justicia / Al Sur con Montalvo

Josefa Barrios, pasión por la justicia / Al Sur con Montalvo
0

Guillermo Ochoa-Montalvo

Querida Ana Karen, 

Cualquiera puede estudiar Derecho y hasta titularse con honores; pero no a cualquiera se le puede llamar Abogada como en el caso de JOSEFA G. BARRIOS, quien, desde chica, creció con un profundo sentido de la justicia, sensible a las circunstancias de su entorno.

Abogada, corresponde al sustantivo Ser de esencia, pasión, convicción y conocimiento; al Ser Pensante cuya interpretación de la Ley se pone al servicio de quienes demandan Justicia pronta, clara, expedita y gratuita. Una situación complicada en México donde el sistema judicial se parece más el mercado de los fariseos en busca de ganancias por encima de la Verdad y la Razón.

Cuando le pregunto qué la motivó a estudiar Derecho, Josefa me responde sin dudarlo.

—Vivimos en una sociedad donde las desigualdades son evidentes; las libertades del individuos son cuestionables; la inseguridad es lo cotidiano; la balanza “imparcial” de la justicia se inclina a quienes tienen dinero, poder, influencia y abogados quienes los defiendan. Donde la honestidad es un valor devaluado; la certeza jurídica queda a criterio del mejor postor y el bien común es un pensamiento, pero pocas veces convertido en realidad. A todo ello, no podemos ser indiferentes. 

—¿Que busca un buen abogado?, le pregunto.

—Buscamos defender los principios de la justicia, igualdad, libertad, equidad, seguridad jurídica, honestidad y el bien común. Se dice fácil, pero por desgracia, estamos insertos en un mundo de corrupción y mentiras. Y quienes tratamos de actuar con honestidad resultamos incómodos al sistema; eso es lo que me motivó a estudiar la licenciatura de Derecho.

—¿Se estudia por obtener dinero y poder?. Al preguntarle, la abogada niega con la cabeza y explica.

—Para mí, ser abogada es un apostolado que demanda compromiso, entrega  y conocimiento para difundir y promover los valores de la Justicia, principalmente entre los más débiles e indefensos. Un apostolado significa entregarse con vocación para luchar por la justicia, que va más allá del simple ejercicio profesional.

—Consulté con algunos abogados que te conocen, y coinciden en que eres “brava”, incorruptible y generosa; incluso, me han platicado que en los divorcios tratas de conciliar a las parejas sabiendo que eso significa renunciar a tus ingresos profesionales. También me comentaron que cuentas con una amplia trayectoria curricular con maestría, especialidades, diplomados, reconocimientos y que, además de haber sido docente, impartes cursos, talleres y conferencias. ¿Cuántas horas trabajas?

—Cuando la carrera te apasiona, el tiempo deja de importar. Se estudian los casos, se valora si proceden o no; integras testimoniales, pruebas; estudias el expedientes. Son gestiones ante el ministerio público, la Fiscalia, los funcionarios del juzgado y al final, defiendes el caso ante el Juez, por decirlo de manera simplificada. Siendo abogada en MATERIA CIVIL, se me presentan casos de divorcio, demandas alimenticias, reclamo de patria potestad y de bienes patrimoniales; entre otros.

—Al platicar con sus hijas, Victoria y Sofia, sobre cómo le hizo una madre soltera para sostenerlas, educarlas y darles profesión, la respuesta fue simple: “Nuestra madre nos educó y formó con amor y ejemplo. Sin imposiciones. Su ejemplo moldeo nuestra conducta; aprendimos a ser coherentes entre el pensar y el actuar siendo responsables de nuestros actos y libres al tomar decisiones.”. “Nuestra madre es llorona porque es una mujer mu sensible”. “La vimos trabajar, estudiar obteniendo calificaciones de excelencia, ocuparse de la casa y de nosotras con esmero, sin gritos, golpes ni violencia”. “Todo lo que ella padeció, no lo quiso para nosotras; por eso y mucho más, la amamos y la admiramos tanto”. “Nuestra madre es una mujer fuerte que soporta más de los que puede”.

En efecto, ella pertenece a la cultura del esfuerzo. Al morir su padre, su madre, Victoria Espinoza Marroquín se esforzó por darle educación a sus hijas; por ese motivo fue enviada al Internado Nº 11 de Tapachula a estudiar la primaria. Más tarde, junto con su hermana Alma Verónica Barrios, se trasladaron a Comitán para seguir estudiando. Un cuarto humilde con camas incómodas y en medio de penurias, terminó una Carrera Técnica que le permitió empezar a trabajar. Cuando llegaron ya tenía a sus dos hijas, concluyó la preparatoria para ingresar a la carrera de Derecho en la Universidad Salazar de Comitán y realizar la Maestría en la Universidad San Cristóbal en Comitán. Siempre trabajando estudiando y pendiente de sus hijas.

Josefa es una mujer de cara bonita herencia de su abuela Josefa de ascendencia alemana; su tez es morena, herencia de su abuela Guadalupe. Josefa siempre sonríe, salvo cuando la injusticia la pone brava. Quienes la conocemos sabemos que la abogada es una mujer inteligente de convicciones firmes y bastante tenaz al imponerse retos hasta alcanzarlos. Entre su cualidades más preciadas está la empatía; la honestidad, y la lealtad. Es generosa, simpática y con un gran sentido del humor con el cual logra conectar con sus conocidos y clientes de una forma bastante humana. Por su familia, entrega la vida.

Algunos colegas la critican por no defenderse del abuso de algunos clientes que dejan de pagarle sus servicios. Para ella, hay cosas más importantes en que invertir su energía como es cultivarse para lograr sueños más elevados. Cuando le pregunto cuáles son esos sueños, su rostro se ilumina.

—Debo aprender a redactar correctamente para escribir un libro en Materia Civil donde documente los casos más complicados que son muchos y bastante complejos con el propósito de contribuir a la comprensión de esta materia por parte de quienes estudian Derecho. Para ello, me inscribí en un taller ce creación literaria. Otro sueño, es escribir un poemario dedicado a mi hijas, hermanas y a mi madre; y ya, cuando llegue a la tercera edad, deseo narrar mis memorias como un legado para Victoria y Sofia.

Sus hermanas Alma Verónica; Lourdes Marilú, Zulema Adalgiza, Mireya Loredana y ella, cada una con sus respectivas familias giran alrededor de doña Victoria siendo una familia muy unida y amorosa. Alrededor del fogón en una casa de campo, se dan cita para convivir, charlar y festejar los cumpleaños de cada cual en un ambiente cálido. Entre las personas que más admira se encuentra el Lic. LUIS ANTONIO DÍAZ JIMÉNEZ; algunos de sus profesores y los participantes del grupo de lectura “Un Rayo para la imaginación”.

—Bailar es mi pasión. Me apasiona bailar porque la música penetra en mi sangre y mente, me hace mover todos mis músculo, me ayuda para el cardio. La academia de danza me resta el estrés y desde hace 8 años me ha permitido socializar con mis compañeras y compañeros con quienes bailamos todos los géneros. No conocía a fondo la salsa y desde que participé en una coreografía, me aficioné a este ritmo. Ahora, bailo todos los géneros, aunque la cumbia sigue siendo mi favorita.

La abogada Josefa Barrios, le sonríe a su familia, a sus hijas, a sus conocidos; le sonríe a la vida. Es una amiga leal y solidaria que aprecia al mismo tiempo, la soledad donde refugia sus pensamientos, conversa consigo misma, programa sus actividades y sueña con un futuro de paz y tranquilidad viajando, estudiando, leyendo, trabajando por gusto; y por supuesto, sin dejar de bailar, como una cuestión de amor.

​​ de

LEAVE YOUR COMMENT

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *