Sr. López
La tía Clara, de las de Toluca, era la reina de la tragedia, de todo hacía dramas que ni la Montoya (María Tereza -con zeta-, Montoya y Pardavé, 1900-1970, gran actriz dramática, muy premiada en España, Francia, buena parte de América Latina y también en México, tía de Joaquín Pardavé, como todos sabemos). Bueno, pues cuando por fin entró en agonía tía Rosita a los 117 añitos de edad (el abuelo Armando decía que no era cierto, que se quitaba años), tía Clara hacía guardia afuera de su recámara y al salir el médico que fue a verificar si ya podía extender el certificado de defunción, tía Clara bañada en llanto, con el rosario en las manos, le preguntó con voz quebrada: -¿Qué le pasa a tía Rosa, doctor? -y el médico, mirándola raro, se fue sin responder.
Bueno, más o menos todos sabemos cómo gobiernan los que nos gobiernan desde hace ya casi siete años.
Hay, por supuesto, los que están muy satisfechos con la cuatrotera conducción del país (no haga caras, claro que hay de esos, recuerde aquello del gitano: “Hay gente pa’ to”). Y otros -que no sabemos cuántos somos-, que no estamos tan de acuerdo o de plano entotal desacuerdo.
La única medición seria de cuánta gente apoya este régimen, todavía son las elecciones (no sabemos si seguirán siéndolo, ya veremos si nos queda INE después de la reforma electoral que están cocinando).
Morena en 2018 se hizo con el poder. Se nos dice que el 53.19% de la población votó por ellos. No es cierto. Ese porcentaje es respecto de los que fueron a votar,más los votos del Partido del Trabajo y Encuentro Social. La verdad es que del total de la gente en edad de votar, solo votó por Morena el 28.19%. No votó por el señor de los Abrazos el 71.81% de los gallardos ciudadanos. De cada cien mexicanos, 72 NO lo eligieron.
En el 2024, votó directo por Morena el 27.79% de los tenochcas con credencial (el tan cacareado 59.76% essobre los que fueron a votar más los votos del PT y elVerde). Por doña Sheinbaum, NO votó el 72.21%, unos porque tacharon la boleta por otro candidato, otros porque ni fueron a votar. Pero por Morena, otra vez, no votaron 72 de cada cien tenochcas simplex.Para que lo tenga presente cada vez que los oiga decir que hacen lo que hacen porque es la voluntad del “pueblo”.
Fijarse en el porcentaje de votos emitidos es perfectamente legal pero no refleja la realidad, no se le olvide que José López Portillo en 1976, ganó con el 100% de los votos, nadie votó en su contra, ha de haber sido porque fue el único candidato. Pero ganó.
Como sea, Morena llegó y tiene el poder, legalito, sí, pero no son masas enfebrecidas de fervor cuatrotero las que los tienen en Palacio. Digo, para no creernos que esto ya no tiene remedio porque 130 millones de mexicanos traen su retratito en la cartera. NO 72 de cada cien.
Sobre cómo gobiernan, por falta de espacio, mencionemos solo que en seguridad, economía, salud y educación, han fracasado escandalosamente, sin decir nada de las cataratas de dinero públicodesperdiciado y robado, porque este país no había conocido corrupción estructural, grado industrial, como la de la 4T, que sí transformó al país.
Y no pasa nada. Pareciera que a nadie le importa y sí, si no a nadie, a muchísima gente le es indiferente cómo de mal se nos gobierna.
Así somos de siempre: el gobierno por su lado, nosotros por el nuestro:
Desde antes de ser Nueva España y en tres siglos de serlo, la gente no contaba, estaba para obedecer o para no abrir el pico; después, en estos dos primeros siglos de ser México, un siglo XIX esperpéntico que enderezó el rumbo con una dictadura que por más aciertos que haya tenido (y tuvo), igual se ignoraba a la gente y no se construyó ciudadanía; luego un siglo XX, con 70 años gobernado por un solo partido que se diga lo que se diga, mejoró no poco, más bien mucho al país, pero se siguió la tradición de cada quien para su santo y nada de vida democrática ni de hacer ciudadanos de los orgullos integrantes del peladaje.
Pero lo malo del futuro es que nunca es como antes. Sí, los tiempos cambian, la gente también y para mayor turbulencia, el México del siglo XXI no puede separarse del mundo… mmm… no es cierto, del mundo, sí, no de los EUA: esa grácil damisela, nuestra Patria, está casada por lo civil con el tío Sam, antes estaba arrejuntada pero Carlos Salinas consiguió formalizar el amasiato con el Tratado de Libre Comercio, TLC hoy T-MEC.
Nuestra integración al bloque económico más poderoso del mundo, creó 5 millones de empleos en México (dato del US Mexico Center de San Diego, año 2022). El intercambio comercial entre México y los EUA en 1993 por el TLC, sumó 93 mil millones de dólares; el año pasado alcanzó 839 mil millones de dólares. México ya es el principal socio comercial de los EUA. Y en nada de ese volumen de producción y comercio tiene nada que ver el gobierno. El mérito es de empresarios y trabajadores… y de los neoliberales gobernantes que tuvieron el buen tino de echar a la basura el nacionalismo revolucionario.
Sin dejar el T-MEC con todo y lo que significa para la economía nacional, igual podemos perder el país. No se le olvide que la inmensamente poderosa economía china es de un país comunista en el que los derechos humanos están escritos en bloques de hielo.
En 2019, la señora Ece Temelkuran escribió ‘Cómo perder un país’, relativo a su país, Turquía, con Erdogan que va que vuela para dictador. No está dedicado a Morena ni al Señor de los Abrazos, que ella misma ha dicho que no sabe nada de acá.
Bueno, la receta es en siete pasos: 1. Crear un movimiento; 2. Trastocar la lógica; 3. Apostar por la posverdad, eliminar la vergüenza, desechar el sentido común; 4. Desmantelar los mecanismos judiciales y políticos; 5. Diseñar tu modelo de ciudadano; 6. Dejar que se ría del horror ese ciudadano, indiferente a cualquier infamia; 7. Construir un país a tu medida.
Bueno, usted revise y luego no vaya a salir con que no sabía a dónde vamos… y tan fácil que es el remedio: votar, votar muchos, mejor todos.