Sr. López
Tío Quique era un vago profesional, amo del sablazo. Le debía a toda la familia… y ya nadie hacía por cobrarle. Así las cosas, tío Emilio -un gallego sensacional, dueño de una panadería-, le dijo que lo fuera a ver, que él sí lo ayudaba, pero bien. Feliz fue tío Quique y regresó muy ofendido: le ofreció trabajo: -¡Así, qué chiste! -decía bufando.
Hay cosas que tenemos tan en las narices que no las vemos. Por ejemplo, el gobierno presume la disminución de la pobreza como su logro: “hazaña de la cuarta transformación”, dijo la Presidenta. Si fuera cierto, no es, no sería por mérito del gobierno, sino de los empresarios y la gente, que sí producen (y por cierto, son los que pagan el aumento al salario mínimodel 135% acumulado desde el sexenio pasado).
El gobierno no produce, el gobierno gasta (mal), no genera riqueza y las empresas bajo su responsabilidad (estelarmente Pemex y CFE), son fuentes de pérdidasy deudas, pozos de corrupción.
Según el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, México es la economía número 12 del mundo y la segunda de América Latina y eso no es poco, pero es gracias a la iniciativa privada. No aporta nada a la economía nacional nuestro gobierno. Nada. Cero. El gobierno lastra, frena, entorpece la economía.
No está en plan tremendista este menda. Es la verdad. Supuestamente somos una economía mixta, en la que junto con la iniciativa privada (de la señora de las quesadillas a Carlos Slim), el gobierno interviene, produce y aporta a la economía.
El gobierno intervino y bien en 1994 (hace 31 años), cuando se estableció el Tratado de Libre Comercio(TLC), entre México, EUA y Canadá, el hoy T-MEC; pero el TLC lo impulsaron los EUA para incorporarnos al bloque comercial que ya tenían con Canadá y como parte de la “Iniciativa para las Américas” de junio de 1990 del presidente George Bush. De las orejitas nos llevaron a firmar el TLC, pero se firmó, no se regatea el mérito.
El gobierno también interviene con políticas fiscales, regulaciones de producción y comerciales. Y lo hace tan bien que este año, México -entre los 79 países que producen el 94% del PIB mundial-, es el tercer peor país para hacer negocios, para iniciar una empresa(dato del Global Business Complexity Index de TMF Group, empresa holandesa líder en el mundo en servicios de contabilidad y empresariales; el antiguo ‘ranking’ Doing Business del Banco Mundial, ya no existe, se canceló por corrupción… en todas partes se cuecen habas). ¡Ah!… y somos el peor de América Latina.
Y ese vergonzoso lugar es gracias a la complejidad que impone el gobierno en términos regulatorios, fiscales, junto con inseguridad jurídica (desaparición de órganos regulatorios autónomos, Poder Judicial del Bienestar), y la incertidumbre que eso provoca en la interpretación de las leyes, normas y regulaciones.Aparte está la inseguridad pública que causa el crimen organizado, también responsabilidad del gobierno.
Hay inversionistas que vienen del extranjero, claro, pero no es gracias a las facilidades y seguridades que ofrece nuestro gobierno. Vienen por nuestra ubicación geográfica, justito al lado del mayor mercado mundial y por las ventajas del T-MEC en que estamos a empujones del tío Sam (la verdad no peca pero es la verdad). Dato: en el sexenio de Quique Copete, entraron 75 mil 496 millones de dólares de inversión, en el del Señor de Macuspana, menos, por ahí de 60 mil millones de nuevas inversiones; no los 196 mil millones que dicen los amos de los otros datos (suman reinversión de utilidades y otras trampitas).
El gobierno participa en la economía con gasto de inversión en infraestructura: en el sexenio pasado fue la más baja desde el gobierno de Fox, a pesar de sus megaobras (Tren Maya, Dos Bocas, aeropuerto Felipe Ángeles y lo del Istmo), con sus gigantescos sobrecostos inexplicados (es cosa de “seguridad nacional”), que le restaron presupuesto a otros sectores.
Otra manera en que el gobierno participa en la economía, es garantizando salud, educación y servicios (agua, drenaje, electricidad, pavimentación). Sin comentarios.
Todos los temores de los empresarios que resultan de nuestro gobierno barroco, inepto, mendaz y bárbaramente corrupto, provocan entre otros efectos, que quien que tiene dos pesos, los saca del país (nada hay más desconfiado que el dinero). Mire:
En el Grupo de los 20 (las principales economías del mundo), Brasil propuso que se le cobrara un impuesto al capital de los muy ricos del mundo (no tenemos el monopolio de la estupidez, según se ve). Esta idea de batucada no llegará a nada, pero se hizo un estudio para saber más o menos de cuánto se trataba y arrojó una información muy interesante sobre nuestro risueño país: hay 200 mil millones de dólares de mexicanos depositados fuera de México. Sería lindo que estuvieran en el país, ayudando a la liquidez, el crédito o reinvirtiéndose. Digo.
Pero hay más: en el anterior sexenio, el del mejor Presidente de México, hubo fuga de capitales por primera vez desde Zedillo (1994-2000), salieron del país casi 350 mil millones de pesos invertidos por extranjeros en valores gubernamentales. Y en el primer semestre del gobierno de la señora del bastón de juguete, según el Banco de México, ya salieron otros 46 mil 634 millones de pesos de fuereños.
Pero hay peor: en el gobierno transformador del visitante frecuente a Badiraguato, los mexicanos invirtieron en el extranjero, no en México, la bonita cantidad de 116 mil 981 millones de dólares (mdd). El dato es del Banco de México, no está uno inventando: en 2019, invirtieron fuera 32,921.2 mdd; en 2020, 18,758 mdd; en 2021, 31,621.2 mdd; en 2022, 14 mil 531 mdd; en 2023, 6 mil 429 mdd; en 2024, 12 mil 721 mdd.
Y no termina ahí esta prueba de confianza en nuestro gobierno: durante el primer trimestre de 2025, ya con la Dama de Palacio, aumentó más de 131% la inversión de empresarios mexicanos en el extranjero.Otra de sus hazañas.
De verdad, en este país el gobierno no es la solución de nada, es el problema.