Yo nunca he escrito cosa alguna por mi voluntad, si no por ruegos,
y preceptos ajenos, de tal manera que no me acuerdo haber escrito por mi gusto
si no es un papelillo que llaman El Sueño.
Sor Juana Inés de la Cruz
Roberto Chanona
Durante años he seguido de cerca a quienes han dedicado su tiempo al estudio de este gran poema de la Décima Musa. El interés vino cuando de joven leí a José Lezama Lima y encontré en “La Curiosidad Barroca” estas palabras: Algún día cuando los estudios literarios superen su etapa de catálogo y se estudie los poemas como cuerpos vivientes, o como dimensiones alcanzadas, se precisará la cercanía de la ganancia del sueño en Sor Juana.
Esas líneas resonaron en mi caverna hasta que encontré un capítulo muy completo en Las trampas de la fe de Octavio Paz acerca del tema. Pronto aparecieron muchas personas que habían recorrido ese sendero y enriquecieron mis lecturas. Como dice Paz: Debemos a Dorothy Schons la primera tentativa por insertar la vida y la obra de sor Juana en la historia de la sociedad novohispana del siglo XVII. La erudita estadunidense trató de comprender el feminismo de la poetisa como una reacción frente a la sociedad hispánica, su acentuada misoginia y el cerrado universo masculino.
Georgina Sabat de Rivers, quien a mi juicio tiene el trabajo más completo al respecto, nos dice que cuando en 1692 se publicó el poema “Primero sueño, que así intituló y compuso la madre Juana Inés de la Cruz, imitando a Góngora”, de seguro fueron los editores que cambiaron el título porque ella lo menciona como El Sueño. Además, nos dice que no fuelo suficientemente adecuado porque solo en los primeros 150 versos, describiendomitológicamente la llegada de la noche y el dormir del mundo, predomina un culteranismo gongorino. El resto, o su significancia total, es una extraña originalidad.
El primero que habla del uso del hipérbaton por sor Juana es el padre Alfonso Méndez Plancarte en sus notas a la edición de 1951. E. J. Gates señala en su libro Reminiscences of Gongora in the works of Juana Inés de la Cruz más de 50 pasajes en el “sueño” que son ecos textuales gongoristas, sobre todo en las soledades y el Polifemo. Plancarte y Gates basaron parte de su estudio en el gongorismo del poema mexicano, pero “Primero sueño”es mucho más.
Al parecer no se sabe la fecha en que sor Juana Inés de la Cruz escribió el poema. Apareció por primera vez en el segundo tomo de las obras en 1692. Ella dice que ya era conocido y comentado. Octavio Paz, en Las trampas de la fe, expresa que debe haberse escrito en 1685, cuando se acercaba a la cuarentena, debido a que expresa madurez. “Primero sueño”es una aventura intelectual metafísica como nunca se había visto en el mundo, un sondeo durante una noche por las esferas del conocimiento, yendo desde el origen de la poesía con La Diosa Blanca: “[…] del orbe de la diosa/ que tres veces hermosa/ con tres hermosos rostros ser ostenta”, pasando por el sincretismo de Hermes Trismegisto, el tres veces grande, porque concentraba cosmos, hombre y esoterismo, y toda la cultura antigua y clásica.
Óscar Wong ilustra la relación de sor Juana con la triada lunar y su representación mitológica de la Diosa Madre; nos explica que la vida personal de la monja está marcada así desde su nacimiento hasta el ingreso al palacio, donde es la doncella Juana Inés, o sea la diosa del nacimiento y el crecimiento: la luna creciente. De su noviciado y toma de hábitos, hasta la creación del poema “Primero sueño”, es la mujer madura, o la diosa del amor y la batalla: la luna llena. Finalmente, de su caída por las controversias teológicas con las autoridades eclesiásticas hasta su fallecimiento es la diosa de la adivinación y la muerte: la luna menguante.
Este acertado ensayo en su libro Poética del Viento, encuentra sus raíces en La Diosa Blanca de Robert Graves, el cual trata precisamente el origen del mito poético. Para Graves la poesía nace en los ritos dedicados a la Diosa Blanca, la luna. Y Sor Juana lo sabía desdesiglos antes.
Los lugares clásicos relacionados con tema del sueño, nos dice Sabat de Rivers, se encuentran en textos de Cicerón en Somnium Scipionis; en el poeta latino del siglo I,Estacio, que tiene una silva Somnus y en Séneca que tiene una obra Hércules Furens, en la cual aparece una larga invocación al sueño.
Otro lugar mítico es la montaña, clásico en la antigüedad para la adoración como losmontes Helicón y Parnaso, el monte de Los Olivos y el cerro del Tepeyac, donde se veneraba a Coatlicue y sitio de aparición de la virgen de Guadalupe.
Los tópicos antiguos de los animales como el águila que desciende de las alturas aparecenen narraciones persas y sor Juana los utiliza con su personaje Acteón o el ciervo custodiado por siete leones que lo aman, en un cuento que posiblemente tenga origen oriental.
Marta González de Díaz comenta que el poema fue elaborado siguiendo las consignas del barroco: conceptismo y culteranismo. Al primero lo vemos representado por el uso de un lenguaje indirecto formulado mediante alusiones a la antigüedad clásica, mientras que el culteranismo se refleja en el vasto campo lexical, donde las metáforas, el hipérbaton y las analogías constituyen el recurso literario más apropiado para la manifestación lírica.
Sería imposible en tan corto espacio citar a tantas personas que han dedicado tiempo al estudio de esta obra única para su época. También necesitaríamos muchas páginas para hacer un estudio más profundo y quizá no llegaríamos al fondo del poema. Paz dice algo muy importante, que mientras Dante necesitó del infierno y el purgatorio para llegar al cielo, sor Juana desde la primera línea del poema ya estaba en el cielo y sólo regresócuando termina: “Quedando la luz más cierta el mundo iluminado y yo despierta.” Es el momento en que ella regresa a la Tierra y sabe que ha creado un poema sin tiempo, porque deja al mundo iluminado. Víctor Hugo lo repitió en El fin de Satán, pero ya estamos hablando del siglo XIX. Por lo tanto, nuestra Décima Musa se adelantó más de ciento cincuenta años, lo que nos deja claro que ella simplemente era un genio.