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Poder y soberbia / Al Sur con Montalvo

Poder y soberbia / Al Sur con Montalvo
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Guillermo Ochoa-Montalvo

Querida Ana Karen, 

Amanda llegó a casa para hablar acerca del poder.

—Debo dar una conferencia sobre el Poder y tengo la cabeza revuelta, ¿qué diantres es el poder?, me pregunta Amanda.

—Amanda, hay mil teorías, definiciones y conceptos del poder. Para mí, es el ejercicio de mi libertad desde la conciencia del bien común y el respeto a los demás aunque difieran de lo que hago y pienso, por eso me apego a los existencialistas, en especial a Sartre. Pero me parece que es Aristoteles a quien le debemos la mayor claridad.

—Por ahí, empecé y me parece que cualquiera que juegue a la política debiese leer a ARISTOTELES y otros pensadores como requisito del INE antes de cometer tantas tonterías. Así comprenderían que el poder en los gobiernos legítimos corresponden a la monarquía, la democracia, la autocracia y la politeia; en cambio, los gobiernos perversos como la tiranía, oligarquía, demagógicos y populistas son perversos.

—Pues estos últimos encajan muy bien con la historía remota y actual de México, Amanda.

—Eso mismo pensé, y por eso te comento lo del INE, porque Aristóteles pone énfasis en la educación para formar ciudadanos capaces de participar en la vida política y de ejercer el poder de manera justa. La virtud, tanto en los gobernantes como en los ciudadanos, es esencial para el buen funcionamiento de la ciudad. 

—Sí, Amanda. Ese pensamiento aristotélico sería lo ideal, pero me parece utópico. En todo caso, ¿de que educación estamos hablando? ¿La que ejercen los poderosos imponiendo ideologías y creencias a la fuerza? Mujeres y hombres se corrompen en cuanto obtienen un pequeño o enorme poder. Emplean la educación oficial, la religión, la pobreza, el miedo y la ignorancia como sus principales herramientas. Nadie es inmune a la soberbia que nace del ejercicio del poder. Quizá, por ese motivo, me apego más a las ideas de Sartre.

—Pues hasta ahora, sólo encuentro corrientes optimistas, pesimistas y utópicas. PLATÓN planteó una República perfecta proponiendo un modelo de gobierno donde los filósofos, por su sabiduría y virtud, son los gobernantes ideales. Su objetivo no es la búsqueda del poder por el poder, sino la búsqueda del bien común y la justicia. Eso en la realidad se traduce en México al discurso demagógico de “buscar el poder en beneficio de la sociedad” y de pronto, cualquier politiquillo se declara servidor del pueblo.

—En ese sentido, Amanda, me parece que los países desarrollados encontraron en las ideas del politólogo LIPZET la fórmula perfecta cuando dice que el poder se ejerce desde la democracia, “El desarrollo económico, al influir en factores como la cultura política, la estructura de clases, las relaciones entre estado y sociedad, y la sociedad civil, puede facilitar la distribución equitativa de la riqueza, y el ejercicio del poder, tanto a nivel político, cultural como económico, que impactan en la legitimidad y el funcionamiento de los sistemas democráticos. Es el ejemplo de Dinamarca, Noruega, el Reino Unido y otros países similares.

—Por otro lado, están los realistas como GALEANO al sostener que el poder se caracteriza por destacar su capacidad para generar injusticia, desigualdad y olvido, así como su tendencia a manipular la historia y la memoria colectiva. “El poder es una fuerza que oprime a los más débiles, utilizando la violencia, la manipulación y el control social para mantener su posición”. Galeano explora cómo el poder, en sus diversas manifestaciones (político, cultural, económico, social), afecta a individuos y sociedades, especialmente en América Latina.

—De eso, no hay duda, Amanda. Galeano denuncia la explotación de los recursos naturales y la mano de obra en América Latina, que benefician a las potencias extranjeras y a las élites locales, manteniendo a la región en un estado de dependencia y pobreza. Pero además de revelar los mecanismos de control, opresión y explotación, empleados en Latinoamérica, también hace un llamado a la reflexión y a la acción para construir un mundo más justo y equitativo.

—Para nuestra desgracia,  siendo México un Estado feudal ha transitado a través de dictaduras absolutas, militares, civiles y de partido a partir de 1929 y hasta nuestros días disfrazando sus gobiernos de “democracias” donde bien sabemos que las votaciones siempre han sido manipuladas para “legitimar” el poder; pero en la realidad vivimos una obscena concentración del poder donde el ejecutivo manipula al poder legislativo y judicial para su beneficioNuestras dictaduras son blandas, pero existe la supresión de la oposición, el control de los medios para su propaganda y silenciar las voces disidentes; el uso de la fuerza y la represión; la falta de legitimidad democrática; hace evidente la corrupción y la violación de los derechos humanos y tienden hacia el aislamiento internacional.

—A final de cuentas, Amanda, MAQUIAVELO como padre de la creación del Estado sostiene en sus obras que “el poder no se entiende como un fin en sí mismo, sino como un medio para lograr objetivos políticos, especialmente la estabilidad y la seguridad del Estado”. El poder, para Maquiavelo, implica la capacidad de un gobernante para ejercer control, maniobrar y estabilizar el orden político. La “virtud” del gobernante, en este contexto, no se refiere a la moralidad tradicional, sino a la habilidad para adaptarse a las circunstancias, tomar decisiones difíciles y utilizar los medios necesarios para alcanzar sus fines, incluso si estos son moralmente cuestionables. 

—Si el poder es tan perverso motivado por la ambición, al menos deberían estudiar a SUN TZU para saber que el “el poder no se limita a la fuerza bruta o la cantidad de soldados, sino que se extiende a la inteligencia, la estrategia y la capacidad de adaptación”. ¡Y bueno!, no te puedo negar que en España y México existen magníficos estrategas políticos con capacidad de planificar con cuidado, usar la información de manera efectiva y ejecutar con precisión. Porque ingenio es algo que nos sobra.

—Tienes razón Amanda, para Sun Tzu, el poder parta del conocimiento como fuente fundamental del poder; la planificación, la evaluación y sus estrategias para anticiparse a sus opositores; otro elemento es la flexibilidad y adaptación para adecuarse a cualquier circunstancia; el uso de información y el espionaje llamado elegantemente “la inteligencia” es una herramienta esencial para evaluar la vulnerabilidad del enemigo y anticipar sus movimientos. Y no menos importante es lo que él llama control y disciplina diciendo: “Un ejército bien entrenado, organizado y disciplinado es más poderoso y efectivo en el campo de batalla”. Esas son las lecciones en su obra El Arte de la Guerra aplicada al poder y la política. 


—De seguro, Sun Tzu comprendió perfectamente las lecciones de Maquiavelo como el dominio de los medios y los fines, incluso si estos medios implican el uso de la fuerza, la astucia o la manipulación. Otro elemento en Maquiavelo es la virtud (aunque no sea moral) entendida como la capacidad de un gobernante para adaptarse a las circunstancias, tomar decisiones audaces y mantener el orden. Otro factor es la necesidad y la oportunidad que facilitan la manipulación del pueblo y la importancia de la imagen pública del gobernante quien debe parecer virtuoso, incluso si no lo es en realidad, para ganarse el respeto y la lealtad de sus súbditos.  Temido y amado es el propósito de todo gobernante.

—¡Ay, Amanda!, Maquiavelo debió tomar sus lecciones en México a través de algún viaje astral al futuro.

—Dejemos esta disertación para mañana; ahora debo observar esos procesos de renovación de comités estatales de Morena. Ahí, aprendemos más que en cualquier universidad.

Amanda salió apresurada dejándome en la mente que la educación política depende de nuestras lecturas, análisis y discusiones para hacer del poder ciudadano la mejor vía hacia de igualdad, libertad y fraternidad humana como predicaban los francés, eso, como una cuestión de amor.

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