Sr. López
Tía Jose recibió con una bronca monumental a su hijo,Pepe, ya sabe, el más impresentable primo que tenerse pueda, porque la vecina del 8, fue a reclamarle que andaba con su “muchacha” y se la iba a “descomponer”. Y Pepe, que no necesitaba pensarlas, le dijo de bote pronto: -Mentira, está enojada porque ya no “ando” con ella… tú no digas nada, mamá, me vayas a buscar un problema con su marido -y la dejó con la boca abierta. Ni era cierto.
‘Aquila non capit muscas’, se atribuye esta frase a Julio César pero no, es un antiguo proverbio latino de no se sabe quién, pero es buen consejo: las águilas no atrapan moscas, aunque suele traducirse, mal, como las águilas no cazan moscas. Da lo mismo. La idea es que los personajes estelares de la vida pública, no atienden nimiedades ni hacen caso a lo insignificante, porque no se dejan distraer de sus obligaciones que son mayores.
La presidenta Sheinbaum con tantito tino, no hubiera opinado sobre el acuerdo del Chapito con la Fiscalía de los EUA y mucho menos decir que deberían informarle de sus términos, por ser un deportado. No, señora, que la asesoren bien:
Conforme a la Ley de Extradición Internacional vigente en México desde el 29 de diciembre de 1975; conforme a la Convención Interamericana sobre Extradición y al acuerdo bilateral entre México y los EUA, el país que recibe a un deportado, se compromete a juzgarlo solo por los delitos señaladosen la solicitud de extradición (si quieren añadir alguno, se necesita la aprobación del gobierno que deportó al acusado)… ¡ah! y también se compromete a no condenar al reo a pena de muerte, tortura ni pena inusitada. Fuera de eso, todo es jurisdicción del país que recibió al extraditado. Punto.
Mejor fuera que nuestra Presidenta no contestaranada al defensor del Chapito, Jeffrey Lichtman, quiendijo de su ronco pecho por las declaraciones de nuestra Presidenta, contra el interés del Chapito, que nomás quiere que no le den cadena perpetua. El Jeffrey le recordó que “(…) numerosos testigos que comparecieron ante el tribunal en el caso del Chapo Guzmán (papá del Chapito), dejaron claro que los cárteles sobornaron al gobierno mexicano hasta las más altas esferas (…)”, y ya en plan de ofender, agregó:
“Le diría a la presidenta Sheinbaum que tal vez debería fijarse en sus predecesores en la Presidencia y tratar de averiguar ¿por qué sucedió eso? ¿Por qué nunca se hizo ningún esfuerzo por detenerlo? (al Mayo Zambada) en lugar de actuar como la publirrelacionista, el brazo de relaciones públicas de la organización de narcotráfico de Zambada, que es lo que parece”.
Pero le contestó, claro, porque lo de las acusaciones en el juicio de Chapo papá, de sobornos al gobierno mexicano “hasta las más altas esferas” y que nunca se hizo nada por detener al Mayo Zambada, salpican (o ella imagina que salpican), a su mentor, faro, guía y luz, el Señor de las Corcholatas. ¡Y eso sí que no!
Sería mucho pedir que tuviera en la punta de lengua lo de las águilas y las moscas, una señora cuya formación profesional es la física y cuya experiencia laboral es obedecer (que no, que eso no es ser profesional de la política, a ver si nos vamos entendiendo). Doña Sheinbaum comenzó su carrera en la administración pública el 5 de diciembre de 2000, como Secretaria de Medio Ambiente del entonces D.F., a las órdenes del Señor de los Abrazos, luego como “encargada” de la Secretaría de Defensa del Patrimonio Nacional del “Gobierno Legítimo” del mismo señor (algo así como jugar a la comidita), comoJefa de la delegación Tlalpan, Jefa de Gobierno de la CdMx, Corcholata, candidata y ahora Presidenta de la república, siempre bajo la autoridad del que ella llamael mejor Presidente que hemos tenido. Son 24 añosobedeciendo al que NO vive en Palenque… va a estar fácil quitarle la costumbrita.
Si no es exigible que nuestra Presidenta sepa un aforismo latino, cuando menos pudo en lugar de responderle al Lichtman, decir “las cosas se toman como de quien vienen”, porque sería ya mucho esperar que dijera algo así como “la injuria no me ofende; la calumnia no me llega” (Gustavo DíazOrdaz), sí, es ilusorio que hable y actúe como jefa de Estado, no lo es.
Ya que salió a colación Díaz Ordaz, hay otra frase suya digna de recordarse: “lo que sea nuestro deber hacer, lo haremos; hasta donde estemos obligados a llegar, llegaremos”. Eran otros tiempos o eran otros señores, los de ahora viven atados a la tiranía de lo inmediato, todo es la reacción del momento, salir del paso.
No exagera este menda: dijo ayer, doña Sheinbaum:“No voy a establecer negociaciones con el abogado de un narcotraficante y vamos a presentar una demanda de difamación en México porque no se puede dejar pasar”. ¡Válganos Dios!
Desde el año 2007, la calumnia y la difamación, están derogados en el Código Penal Federal (artículos 350 al 363). A menos que algo haya sucedido del 8 de diciembre de 2023, para acá, solo es delito penal la difamación en Nuevo León, Yucatán, Querétaro y Sonora. Cuatro años después, en noviembre de 2011, también se quitó la difamación, calumnia e injurias de la Ley sobre Delitos de Imprenta.
En México no existe eso de lo que a acusar la Presidenta de la república a un abogado extranjero que residen en el extranjero. ¡Que la asesoren!
Lo que pudiera hacer la señora del segundo piso es irse por el lado de la reparación del daño moral (Código Civil Federal, artículos 1916 y 1916 bis), para que la autoridad multe al Jeffrey o lo ponga en el rincón viendo a la pared. Solo que el daño moral puede ser de tres tipos: daño al honor, si el Jeffrey afectó su buen nombre o imagen pública; daño estético (en serio, pero no aplica en este asunto); o daño a los sentimientos si el abogado del Chapito, afectó a las emociones, afectos, paz interior o tranquilidad de espíritu de la bastonera nacional. Ojalá no.
Mejor denuncie a tal Trump que apenas en marzo por escrito le dijo que su gobierno tiene una relación intolerable con los grupos de narcotráfico.
O no, mejor con moscas.