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Carlos Maciel Espinoza y Elisena Román: un legado generoso que vive en Arriaga y Chiapas

Carlos Maciel Espinoza y Elisena Román: un legado generoso que vive en Arriaga y Chiapas
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Jua Carlos Toledo

Platicando con los queridos amigos arriaguenses, el profesor José María Álvarez —el entrañable profe Chema— y David Muñiz Gutu, surgió la memoria viva de un hombre cuya generosidad y visión siguen marcando huella en Arriaga y más allá: Carlos Maciel Espinoza.

Originario del estado de Michoacán, don Carlos llegó a Reforma, Oaxaca, donde conoció a Elisena Román, con quien se casó. Tiempo después, el matrimonio se trasladó a la ciudad de Arriaga, Chiapas, donde inició un negocio como distribuidor de Cervecería Modelo, en el mismo sitio que hoy ocupan las oficinas y bodegas de Aceite Patrona.

Durante años vivieron ahí, y fue precisamente en ese terreno donde construyó su hogar. Ese mismo espacio, con el paso del tiempo, fue donado al municipio para convertirse en la actual Biblioteca Municipal, un gesto que habla no sólo de desprendimiento, sino de una clara apuesta por el conocimiento, la educación y el acceso libre a la cultura. Antes de eso, también albergó a la Escuela Isidro Gutiérrez Candelaria, que luego se trasladó al barrio El Capricho.

La casa de la familia Maciel Román no sólo fue un hogar generoso en ladrillos: también lo fue en espíritu. Allí se impartía doctrina cristiana por el sacerdote Lira, en una pequeña capilla donde los niños del barrio acudían con alegría. Al final, los esperaba el cariño de la familia en forma de dulces y aguas frescas.

Más tarde, ya en Tuxtla Gutiérrez, don Carlos fundó Caleras Maciel, una empresa emblemática que aún lleva su apellido y se ubica en el Libramiento Norte. Pero su gesto más recordado fue donar el edificio que había construido para sus negocios, ubicado en avenida Central y 2ª Poniente, para que ahí naciera en 1974 la Universidad Autónoma de Chiapas (UNACH). Esta acción fue en respuesta a una petición que en ese momento le hicieron las autoridades del estado al Presidente de la República Mexicana, durante una visita a Tapachula. Gracias a su generosidad, ese edificio se convirtió en la primera sede de la UNACH, que luego fue trasladada a su actual ubicación. En agradecimiento, el auditorio principal de la universidad lleva su nombre.

Es muy probable que actualmente dicho auditorio lleve también el nombre de otro personaje, como parte de un reconocimiento compartido.

Carlos Maciel Espinoza y Elisena Román descansan hoy en la ciudad de Tuxtla Gutiérrez. Sin embargo, su legado —hecho de trabajo, fe, generosidad y compromiso con la comunidad— sigue vivo en las calles, escuelas, bibliotecas y memorias de quienes reconocen que construir futuro también es un acto de amor.

Basado en los testimonios del Prof. José María Álvarez y David Muñiz Gutu.

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