* El gobierno guatemalteco activó el Plan Cinturón de Fuego y advirtió que no tolerará nuevas violaciones de su soberanía, luego de que policías chiapanecos cruzaran la frontera y mataran a cuatro presuntos criminales.
Redacción / Alfaro Noticias
El gobierno de Guatemala activó este lunes el Plan Cinturón de Fuego y advirtió que “no tolerará la vulneración de las fronteras”, luego de que policías del estado mexicano de Chiapas ingresaran a su territorio en medio de un operativo armado contra presuntos miembros del crimen organizado. El incidente, ocurrido el domingo 8 de junio en el poblado fronterizo de La Mesilla, dejó un saldo de cuatro personas muertas y desató tensiones diplomáticas entre ambos países.
De acuerdo con la Fiscalía General del Estado de Chiapas, los agentes de la Fuerza de Reacción Inmediata Pakal (FRIP) habrían cruzado al departamento guatemalteco de Huehuetenango en persecución de integrantes del grupo que, el 2 de junio, emboscó y asesinó a cinco policías en Las Champas, Chiapas. Tras el enfrentamiento en La Mesilla, fueron aseguradas armas largas, armas cortas, chalecos antibalas y vehículos. Las autoridades mexicanas sostienen que los abatidos eran miembros de una célula criminal con operación transfronteriza.
El gobernador de Chiapas, Eduardo Ramírez, acusó que elementos del Ejército de Guatemala “están coludidos y al servicio de grupos delincuenciales”. En una publicación en la red social X, exigió al gobierno guatemalteco actuar “con legalidad y responsabilidad” y afirmó que es “muy delicado que quienes deben procurar seguridad se comporten como delincuentes”. Videos difundidos por pobladores muestran la presencia de militares guatemaltecos en la zona donde ocurrió el tiroteo.
La respuesta del gobierno guatemalteco no tardó. En un comunicado oficial, advirtió que no permitirá más incidentes que vulneren su soberanía, y anunció la puesta en marcha del Plan Cinturón de Fuego, cuyo objetivo es “combatir la delincuencia transnacional en la frontera con México”. Además, indicó que autoridades de ambos países ya colaboran para esclarecer los hechos y dar con los responsables. El gobierno también expresó su preocupación por la presencia armada no autorizada en su territorio.
Por su parte, el ministro de la Defensa, Henry David Sáenz Ramos, negó cualquier participación del Ejército guatemalteco en el enfrentamiento y aseguró que su presencia fue parte de un patrullaje rutinario. Según dijo, el Ejército decidió no intervenir ante un “ambiente confuso” para evitar poner en riesgo a la población civil. El ministro de Gobernación, Francisco Jiménez, subrayó que las declaraciones del gobernador chiapaneco “no representan al gobierno mexicano”, y que la relación bilateral se mantiene con el Ejecutivo federal.
Desde la Ciudad de México, la presidenta Claudia Sheinbaum confirmó que los policías chiapanecos cruzaron la frontera y declaró que “no está bien que eso haya ocurrido”. Afirmó que se abrirá una investigación sobre el incidente y que, hasta ahora, no existe información oficial que confirme una supuesta colusión del Ejército guatemalteco con grupos delictivos. La vicepresidenta de Guatemala, Karin Herrera, también intervino y solicitó seguimiento puntual a las acciones desplegadas en la zona fronteriza.
El conflicto se desarrolla en una región marcada por la disputa entre el Cártel de Sinaloa (CDS), el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), el Cártel de Chiapas y Guatemala (CCyG), aliado del CJNG, y el grupo guatemalteco Los Huistas. Frontera Comalapa ha sido catalogada como foco rojo, con reportes constantes de enfrentamientos, desapariciones forzadas, cobros de piso y ejecuciones. La militarización de ambos lados de la frontera se ha intensificado desde 2023.