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Elección histérica / Al Sur con Montalvo

Elección histérica / Al Sur con Montalvo
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Guillermo Ochoa-Montalvo

Amanda me lee “Buen Viaje Señor Presidente”; uno de los “Doce cuentos peregrinos” de García Márquez, El cuento narra el destierro de un presidente cuya vida en el extranjero, llena de vicisitudes y traiciones, incluyendo la de su propio hijo quien encabeza el derrocamiento de su padre, decide regresar a su patria para retomar el Poder. A propósito de esa historia, Amanda me pregunta qué sucederá con la visita de Zedillo a México al crear una situación de histeria en Acteal, Chiapas donde los indígenas demandan que sea enjuiciado. 

—Amanda, suponiendo que el juicio procediera, ¿lo enjuiciarían los nuevos Magistrados federales del “poder judicial”? 

—Pues quiero suponer que sí, aunque ignoro cuando tomarán posición los jueces, magistrados y ministros de la Suprema Corte de Justicia.

—Yo tampoco lo sé, Amanda porque el calendario INE concluye su proceso con la Declaración de validez. Pero no precisa la fecha en que habrán de tomar posesión los elegidos. El último paso dice: “Inicia al resolverse el último de los medios de impugnación que se hubiesen interpuesto en contra de esta elección o cuando se tenga constancia que no se presentó ninguno, y concluye al aprobar la Sala Superior del TEPJF o la SCJN, el dictamen que contenga el cómputo final de la elección”. 

—Si en el pasado se manipulaban las elecciones, esta del poder judicial, es todavía más oscura, confusa y yo diría, hasta absurda. Haber convertido a los juristas en políticos para recabar votos en todo el estado es toda una labor de zapa que requiere de mucho dinero, experiencia, estructuras de base y capacidad de movilización. Y las y los candidatos sólo cuentan con las redes sociales para lograrlo así como de una plataforma llamada “Conóceme” que de acuerdo a las encuestas, muy poca gente conoce.

—Además, Amanda, según las encuestas, la inmensa mayoría de los ciudadanos manifiesta desinterés por esta elección, no creen en la transparencia al no existir representaciones generales ni en las casillas por parte de los candidatos para verificar el escrutinio y legalidad del proceso. Lo cual, tampoco les seria materialmente posible para instalar en más de 5 mil casillas a sus representantes. 

—A mí, me queda claro que los ganadores ya están en las listas de quienes encabezarán el poder judicial y lo único que falta es legitimar dicha elección mediante el voto.

—¿Tú crees que saldrá la gente a votar este primero de junio?

—Si lo creo, Amanda. Y será una votación copiosa y muy nutrida al movilizar las estructuras de los beneficiarios de los programas sociales y de Bienestar con el discreto acarreo de las alcaldías y otras organizaciones políticas, religiosas y sociales, porque además de justificar el exorbitante costo que representan, deben legitimarse diciendo que una inmensa mayoría de los ciudadanos acudió a votar. Eso lo probarán con fotografías y con el cómputo que ellos mismos realizarán sin evidencias por parte de los candidatos.

—Pero para darle validez al proceso acudirán Observadores acreditados quienes dará fe de la legalidad de las elecciones. Aunque tampoco sabemos cómo fueron seleccionados y aceptados esos observadores.

—Como sea, Amanda, a mí me quedan muchas dudas. Primero, como se llevó a cabo la depuración de solicitantes para entrar a la famosa tómbola. Segundo, con qué criterios fueron elegidas las personas para participar como candidatos. En tercer lugar, quiénes participan en la selección de ganadores. Es claro, que un requisito indispensable será la LEALTAD, lo que significa obediencia ciega.

—Algo que escuché en repetidas ocasiones de parte de los candidatos fue la humanización del poder judicial, la atención de puertas abiertas, la cercanía de los juristas a la gente; el reconocimiento por nombre, apellido y rostro de los juzgadores; la oportunidad que se abre los jóvenes preparados para acceder a estos cargos a los cuales, se llegaba tras muchos años de esfuerzo, y por supuesto, la oportunidad de contar con el mismo número de mujeres y hombres en el poder judicial federal. Todo eso, me parece un avance, ¿no lo crees?

—Mira Amanda, lo de la humanización lo sabremos cuando se juzgue igual a los pobres que a los ricos; cuando contemos con jueces hablantes en lenguas indigenas y cuando el precepto de que la ley sea pronta, expedita y gratuita, se cumpla para todos. Pero, en mi ignorancia no comprendo eso de puertas abiertas y cercanía a la gente, cuando se supone que el jurado y los jueces no deben tener contacto con las víctimas ni acusados para evitar prejuicios y entorpecer las investigaciones. Este punto, nadie me lo ha podido clarificar.

—Entonces, ¿debemos concluir que esta elección será una gran simulación?

—Simulación, manipulación, elección a modo… llámale como quieras. A mí me deja demasiadas dudas. Ni las y los grandes conferencistas quienes han participado en numerosas foros han respondido a todas estas interrogantes. En mí muy particular opinión, este proceso es confuso, poco transparente, inconsistente, incongruente y demasiado acotado en materia de financiamiento y difusión para los candidatos… bueno; no termina de convencerme. 

—No negarás que es un proceso histórico en el país.

—Bueno, por no llamarle histérico. Ya platicaremos el 15 de junio al conocer los resultados. 

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