Cristina Pacheco
“Querida Rosario, agosto de 2018; sabes una cosa, hoy me ha pasado lo más increíble: me han dado tu nombre. Me han dado tu nombre y me han dado tu rostro, me han dado tu risa que recuerda a la mía, me han dado tu mirada que recuerda a la mía, me han dado tus palabras que recuerdan a las mías, me han dado tu silencio que es el mío. Hoy, me ha pasado lo más increíble. Hoy, siento tu abrazo en mi corazón y siento tu risa en mis labios. Hoy, me ha pasado lo más increíble.
Tuvimos un vínculo, aunque nunca lo dijimos. Tuvimos una conversación en la universidad, y recuerdo tu risa, tu mirada, y tus palabras, pero sobre todo, tu silencio. Y ese silencio, querida Rosario, ese silencio es el que hoy me da fuerza, es el que hoy me anima a seguir contando, a seguir mirando, a seguir escuchando.
Hoy, te doy las gracias, querida Rosario, por tu risa, por tu mirada, por tus palabras, por tu silencio. Hoy, te doy las gracias, querida Rosario, por todo. Hoy, me has pasado lo más increíble: me has dado tu nombre.”