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¡Adiós respeto! / La Feria

¡Adiós respeto! / La Feria
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Sr. López

Toda la familia del lado materno-toluqueño, se mantenía al tanto y se escandalizaba, por el constante fragor en casa de tía Tencha (Hortensia), porque lo de educar a su prole no se le dio nunca y ya adolescentes todos, aquello era una guerra de guerrillas a domicilio. En una sobremesa de domingo la tía preguntó a la adiestradora de este menda, qué le recomendaba hacer para recuperar el respeto de sus hijos y la dama de hierro, respondió: -Chula, el respeto y otra cosa, no se recuperan jamás… – su texto servidor entonces niño, tardó años en entender qué era esa “otra cosa”. Sí… no se recupera.

El gobierno de los EEUU a partir de hoy, martes, cerró su frontera con México, al ganado en pie (vivo, aunque esté echado y no en pie, pero así se dice). La razón es que se ha detectado y se detecta, la llegada de México, de animales con gusano barrenador, que si infecta al ganado de ellos y se hace plaga, es devastador. No fue puñalada por la espalda, lo había advertido a fines de abril la secretaria de Agricultura de ese país, Brook Rollins.

Se combate esa cosa echando al aire cajas llenas de moscas que se esterilizan con radiaciones atómicas (¡cosa más grande!), y se echan desde aviones (mosca por mosca con resortera, no es eficaz), para que del trastazo se abra la caja, se liberen las moscas capadas y se crucen con moscas fértiles, disminuyendo su reproducción hasta erradicar las moscas, cuyas larvas son los gusanos barrenadores.

Según doña Rollins, nuestro actual gobierno les limitó a seis días a la semana los vuelos para mosquear a México; les otorga permisos de vuelo por 60 días (y vuelta a tramitarlo con el mosquero zumbando); les cobra impuestos por importar equipos y refacciones para sus aviones y ¡por las moscas!

La doñita de allá pidió por escrito a nuestro secretario de Agricultura, Julio Berdegué, “eliminar con urgencia los obstáculos burocráticos y reglamentarios restantes”, advirtiendo que “si estos problemas no se resuelven antes del miércoles 30 de abril, el Departamento de Agricultura de los EEUU, restringirá la importación de productos de origen animal, que consisten en ganado vacuno, bisonte y equino vivo originario o en tránsito desde México para proteger los intereses de la industria agropecuaria en Estados Unidos”. Clarito.

Nuestro secretario Berdegué, reportó el domingo haber dado “respuesta puntual” al escrito de doña Rollins y que “(…) actuamos con la cabeza fría, colaboramos, cooperamos, pero nunca nos subordinamos. Así, estoy seguro de que llegaremos a buenos acuerdos”. Bueno, muy bien, cabeza fría, no se doblen. Ellos cierran la frontera y listo.

Nuestra Presidenta ayer respondió (redoble de tambores): “(…) México no es piñata de nadie (…) lo que hay es colaboración y hay coordinación pero ni hay subordinación ni tampoco podemos estar a lo que se diga cada día, dependiendo en particular de la secretaría de agricultura de los Estados Unidos. Acaba de estar el Secretario de Agricultura con ella… entonces, a México se le respeta”.

Bueno, sí somos su piñata y no nos respetan.

No hay espacio para detalles pero México y los EEUU, trabajaron juntos desde 1972 contra el gusano barrenador y en 1991 se declaró erradicado. Lo que seguía era vigilar y eso lo hacía nuestro Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria… pero el señor que NO vive en Palenque en su sexenio disminuyó poco más del 42% su presupuesto, los abrazos alcanzaron a las moscas y el gobierno del segundo piso, para este 2025, lo volvió a disminuir (el 1.7%). Total, los que pierden carretadas de dinero son los ganaderos.

Imagine la cara de doña Rollins cuando le tradujeron la respuesta de Berdegué y doña Sheinbaum: -… What?! –sí, qué tienen que ver las nalgas con las témporas (que son ciclos litúrgicos de la Iglesia)… nada. Es como si al mecánico que le dice que su coche necesita afinación, le responde: -¡No soy su piñata, a mí se me respeta! – con la frente en alto, claro.

Por sus actos y sus respuestas, no la respetan. Ayer mismo, dijo doña Sheinbaum dijo que EEUU no le notificó que iba a retirar la visa a la Gobernadora de Baja California y a su esposo y que “se va a solicitar la información para saber cuáles son las causas de por qué se retiran estas visas” (risas en el Departamento de Estado yanqui: no tienen por qué dar explicaciones, a nadie).

Es exasperante la insistencia de doña Sheinbaum en que la respeten los EEUU, ella lo disimula diciendo que “a México se le respeta”, pero es a ella a quien quiere que respeten. No hay mes desde diciembre pasado (y desde antes), que no diga y repita eso, sin ver que tanto empecinarse en el tema manifiesta que sabe que no la respetan.

Alguien de su equipo debería echarle la mano, diciéndole exactamente cómo la ven en la Casa Blanca, pero sin chismes, en las propias palabras del fétido Trump, que dice que es una magnífica dama muy a todo dar, pero apenas el 4 de mayo pasado, dijo de ella:

“(…) les tiene tanto miedo a los cárteles que no puede caminar. Así que sí, esa es la razón… la Presidenta (Sheinbaum) es una mujer encantadora, pero tiene tanto miedo de los cárteles que ni siquiera puede pensar con claridad (…) no se puede gobernar un país así”.

¿Así o menos respeto, señora?: es usted encantadora pero de miedo a los cárteles no puede caminar, ni pensar bien, ni gobernar. Lo que sigue a tamañas declaraciones son mentadas de madre. Pensándolo bien: ya son mentadas de madre.

Al día siguiente, la doñita de Palacio respondió a esas afrentas, que con Trump tiene “(…) una comunicación fluida, buena, en donde tenemos muchísimos acuerdos y otros donde no hay acuerdo, pero que estamos dialogando permanentemente, que es algo normal y natural. Entonces, no quisiera yo que ahora viene una declaración mía y sale en el periódico, y ahora otro reportero le pregunta al Presidente Trump y… para qué generar un desencuentro”.

Ahora es “desencuentro” pararle el alto a un patán.

Queda claro: no teme al crimen organizado, al Trump, sí. ¡Adiós respeto!

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