1. Home
  2. Columnas
  3. La hoja en blanco / Al Sur con Montalvo

La hoja en blanco / Al Sur con Montalvo

La hoja en blanco / Al Sur con Montalvo
0

Guillermo Ochoa-Montalvo

Querida Ana Karen, 

Encontrarse a un león cara a cara produce menos pánico que enfrentarse a la HOJA EN BLANCO; a ese estresante bloqueo creativo donde la ansiedad y la angustia te ahogan ante la necesidad de concluir un texto o una obra cuando ni siquiera se ha escrito la primera palabra.

La hoja en blanco la han experimentado grandes escritores  al tratar de encontrar la estructura correcta a sus cuentos, novelas e incluso poemas; aunque algunos poetas sostienen que, a diferencia de otros géneros, el poema “fluye del alma sin necesidad de la razón”.

La hoja en blanca la describió Comac McCarhty como un desafío o un bloqueo del escritor. La escritora Inés Fernández Moreno lo solucionaba sentándose a escribir sobre algo diferente entregándose a otras pasiones; de esa manera, la hoja en blanco empezará a teñirse de tinta. Scott Fitzgerald enfrentó la hoja en blanco antes de iniciar su genial obra “El Gran Gatsby”. Cómo ellos, seguramente son innumerables los autores enfrentándose a la hoja en blanco. El propio García Márquez tardó 19 años con la hoja en blanco tratando de organizar sus textos publicados en revistas y periódicos para darle forma a los “Doce Cuentos Peregrinos”.

Los estudiantes son un ejemplo flamante de la hoja en blanco al iniciar su tesis profesional. Algunos, por no decir que muchos, desertan en el intento al no encontrar la línea discursiva que viaja en su mente sin poderla ordenar de tal forma que nunca se titulan; no obstante, tratándose de estudiantes brillantes quienes no mienten cuando dice: “lo tengo en la mente, pero no sé cómo escribirlo”. La falta de oficio para escribir y leer correctamente es uno de los grandes obstáculos que enfrentan los pasantes de carreras profesionales. 

La hoja en blanco es algo común entre quienes cuentan con amplios cocimientos y una inagotable información acerca del tema que desean abordar; empero, se enfrentan al enfoque que desean darle a su texto, al método para organizar su estructura o incluso, al género literario por donde lo desean encausar. Y mientras toman esas decisiones, la hoja permanece en blanco.

Escribir algo diferente como propone Inés Fernández es una buena estrategia para despejar la mente; apartarse de la hoja en blanco y entregarse a otras pasiones, como ella misma sugiere, también contribuye al esclarecimiento de ideas hasta liberar la mano y permitir que esta nos guíe por sus propios caminos.

Otra forma para vencer la hoja en blanco es la búsqueda de inspiración en otras lecturas, en la observación de la naturaleza  o compartiendo con otras personas nuestras ideas sobre el tema que nos mantiene bloqueados.

En algunos colegios americanos, los profesores recomiendan recurrir al free writing donde los alumnos realizan una lluvia de ideas sobre el tema elegido; se les otorga un límite de tiempo para escribir libremente sin pensar en la gramática ni en la estructura, ni siquiera en la revisión de la ortografía. Escriben como va, como lo sienten, sin mayores prejuicios. Esta técnica favorece la construcción de un texto, cualesquiera que sea, porque es la mente, el instinto y a veces, el sentimiento, permite que la pluma fluya sobre el papel; en especial, cuando los alumnos culminan con el brainstorming donde comparten sus textos y se someten a la crítica de los demás escuchando con atención hasta los sarcasmos. Es una técnica eficiente que ayuda a romper el bloqueo creativo.

Es común darse por vencidos antes de empezar porque el bloqueo creativo provoca estrés y esa sensación de auto derrota ante una hoja que nos vence, nos frustra e incomoda.

“Al fin que ni quería escribirlo”, es una frase usual entre los vencidos por la hoja en blanco. Esa conducta, frecuente entre estudiantes, los conduce al plagio, a “copiar y pegar”sin leer siquiera el contenido del plagio a través de la Internet. Por desgracia, esta práctica empieza a convertirse en algo “normal” en nuestros días alimentada ahora con la Inteligencia Artificial al dejar de lado la inteligencia humana.

John Cleese nos dice: “La angustia creativa incomoda y queremos sacárnosla de encima lo más rápido posible. Es por eso que solemos permanecer poco tiempo en ese estado y nos cogemos a la primera idea que nos ha salido. Todo este proceso es inconsciente, cuando estás angustiado/a y cuando huyes de la angustia, pero hay algo que queda muy claro… solemos apegarnos a aquella primera idea más o menos potable que nos ha salido y nos cuesta horrores despegarnos de ella”. El video Monthy Pyton y de la Sitcom Fawlty Towers tratan justamente de la angustia creativa.

Otra factor que conduce a la hoja en blanco es cuando llegamos a esa zona de confort donde dejamos de escuchar críticas y recomendaciones para mejorar. El apego es un freno mental del ego; eso que te hacer creer que has llegado a la perfección y ya no hay nada más por aprender o experimentar. Es ahí, donde los autores se regodean con sus miserables obras sin ningún afán por escuchar la crítica de quienes dominan el idioma y sus técnicas.

El síndrome del escritor, lo resume una escritora diciendo “«¡Uff! Llevo 10 minutos delante de la misma frase…». En ese instante, la mente funciona en automático bloqueando el poder creativo de cualquiera. Es el momento en que te das por vencido sin haberlo intentado siquiera. La hoja en blanco suele vencer a escritores, pintores, diseñadores gráficos…. Cualquier creador cuando es invadido por este síndrome de bloqueo. Algo que todos hemos experimentado en alguna ocasión. Ante esa sensación de impotencia es conveniente tranquilizarse; elegir otros caminos y abrir nuevas perspectivas a nuestras ideas; dejar fluir la mano libremente con ligereza sin prejuicios ni demandas necias. El enojo y la derrota anticipada no funcionan.

En una ocasión, al experimentar este bloqueo, leí una frase sabia: «Lo que resistes persiste, lo que aceptas se transforma»; es decir, convencernos de que no podremos es darle armas al bloqueo creativo. Nos sudan y nos tiemblan las manos; sentimos una opresión en el pecho al no encontrar las palabras adecuadas; en especial cuando nos encontramos frente a la presión del profesor, el editor o el cliente que nos exige rapidez en el trabajo lo cual, nos deja en estado catatónico.

A mis amigos les recomiendo leer los consejos de Carme Arrufat cuando enfrentan la hoja en blanco, en resumen estos son las 20 principales estrategias para vencer el bloqueo creativo.

1/ Pregúntate qué significa que te hayas bloqueado en este punto2/ Dale la bienvenida al bloqueo. 3/ Escucha a tu cuerpo y escribe con el alma. 4/ Piensa5/ Convierte al bloqueo en una entidad y dialoga con ella. 6/ Respira a conciencia. 7/ Relájate y suelta los músculos. 8/ Estírate. 9/ Medita. 10/ Cambia de actividad. 11/ Abre diversos blogs12/ Llama a un amigo que sepa escuchar13/ Ríete. 14/ Haz una lista de 10 personajes distintos15/ Sal a dar un paseo 16/ Haz ejercicio en casa. 17/ Baila. 18/ Pinta. 19/ Date un capricho prohibido. 20/ Haz el amor.

Como sea, hoy enfrente a la hoja en blanco sin saber de qué escribir para el Diario de Enrique  Alfaro y encontré la respuesta en la HOJA EN BLANCO. Vencer el bloqueo creativo es na cuestión de amor.

​​ 

LEAVE YOUR COMMENT

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *