* Pobladores denuncian que la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales permanece inactiva, permitiendo el vertido constante de aguas negras al mar
Redacción / Alfaro Noticias
A pesar de los discursos oficiales y de la millonaria inversión destinada a la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR) de Paredón, habitantes de esta comunidad costera han vuelto a alzar la voz ante lo que consideran una simulación sistemática del gobierno municipal y estatal. Mediante redes sociales y protestas, los pobladores denuncian que la planta solo opera durante inspecciones o visitas de estudiantes, mientras que el resto del tiempo permanece inactiva, permitiendo el vertido constante de aguas negras al mar.
La inconformidad creció a inicios de mayo cuando usuarios como Ulises Saldaña difundieron videos que muestran las condiciones de abandono de la PTAR, acompañados de denuncias sobre la contaminación de la bahía y la afectación directa a especies como el casco de mula y el pescado. “Llegó la hora de alzar la voz pueblo de Paredón, es hoy”, escribió el usuario, cuyo mensaje fue replicado en numerosos grupos comunitarios.
Vecinos aseguran que los encargados de la planta reciben instrucciones superiores para detener su funcionamiento fuera de visitas oficiales, con el fin de evitar gastos de energía eléctrica y compra de productos químicos. Esta práctica, afirman, lleva años ocurriendo bajo distintas administraciones municipales. La actual, encabezada nuevamente por Manuel Narcía Coutiño, ha sido señalada por continuar el patrón de omisión y falta de soluciones efectivas.
Incluso el agente municipal Humberto Cruz Hernández reconoció públicamente que la planta “no funcionaba”, llamando a la intervención del gobierno estatal. Sin embargo, hasta ahora no se ha realizado ninguna acción correctiva de fondo, pese a que los daños ambientales siguen agravándose.
En respuesta a esta falta de atención, la comunidad ha tomado acciones de presión más visibles. En el último año, habitantes de Paredón realizaron dos bloqueos totales en la carretera costera Tonalá-Arriaga, afectando el tránsito de miles de vehículos y generando pérdidas económicas. Aun así, señalan, sus demandas no han sido atendidas más allá de promesas temporales.
La población de Paredón exige soluciones inmediatas, una auditoría a los recursos públicos ejercidos y un freno definitivo al deterioro ambiental y social de la bahía.
