* Con este resultado, la empresa suma cuatro trimestres consecutivos con saldos negativos.
Petróleos Mexicanos (Pemex) reportó una pérdida neta de 43 mil 329 millones de pesos durante el primer trimestre de 2025, lo que representa un contraste marcado con las utilidades de 4 mil 682 millones obtenidas en el mismo periodo del año pasado. Con este resultado, la empresa suma cuatro trimestres consecutivos con saldos negativos.
Entre los factores que explican este desempeño adverso están la caída en ventas, el incremento en el costo financiero, la pérdida cambiaria, y el pago de impuestos y derechos. La petrolera también señaló aumentos en gastos de administración y otros gastos operativos. La depreciación del peso frente al dólar impactó directamente en el alza de su deuda financiera.
Al cierre de marzo, la deuda financiera total de Pemex ascendió a 101 mil 65 millones de dólares, un incremento de 3.8 por ciento respecto a los 97 mil 600 millones reportados al cierre de 2024. Se trata del nivel más alto desde el primer trimestre del año pasado. Por el contrario, la deuda con proveedores mostró una reducción de 20 por ciento, situándose en 19 mil 904 millones de dólares.
El mayor quebranto se concentró en el área de refinación, con una pérdida de 79 mil 514 millones de pesos, que no pudo ser contrarrestada por las ganancias en Exploración y Producción (31 mil 242 millones) ni por el área de Logística (9 mil 26 millones). La producción promedio de hidrocarburos líquidos fue de un millón 615 mil barriles diarios, una caída de 11.3 por ciento anual.
La empresa informó que los ingresos por ventas y servicios bajaron 2.5 por ciento, mientras que el costo de ventas se redujo en 13.1 por ciento, incluyendo el impacto de la eliminación de derechos a partir de este año. En tanto, el proceso de crudo también retrocedió 5 por ciento debido a condiciones meteorológicas que afectaron el funcionamiento de las refinerías en enero.
Pemex indicó que trabaja en coordinación con la Secretaría de Hacienda y la Secretaría de Energía para enfrentar el problema de la deuda comercial con proveedores y contratistas. Como parte de su estrategia financiera, se buscará cerrar el año con un menor nivel de endeudamiento en comparación con 2024, apoyándose en aportaciones del gobierno federal y en un nuevo marco regulatorio publicado el pasado 18 de marzo.