
* Investigadores y familiares de desaparecidos han exigido a las autoridades atender la crisis y evitar la normalización de estos crímenes.
Colectivos de búsqueda y defensores de derechos humanos han alertado sobre la existencia de sitios de exterminio y fosas clandestinas en Guanajuato, Colima y Guerrero, tras el hallazgo de un campo de exterminio en Teuchitlán, Jalisco. Organizaciones han señalado que estos lugares podrían estar siendo utilizados para la desaparición y eliminación de personas en distintas regiones del país.
En Guanajuato, la Plataforma por la Paz y la Justicia ha identificado zonas con hallazgos de fosas clandestinas en Cerro Prieto, Moroleón y Comanja de Corona, en León. El investigador y defensor de derechos humanos Fabrizio Lorusso explicó que la Fiscalía estatal ha documentado la existencia de “contextos de hallazgo de destrucción”, donde se calcinan y fragmentan restos humanos. También se ha reportado la presencia de campos de entrenamiento vinculados con grupos criminales en la Sierra de Lobos y Salvatierra.
En Guerrero, familiares de personas desaparecidas han denunciado la presencia de fosas clandestinas en distintas localidades y han solicitado el apoyo de la ciudadanía para ubicar nuevos sitios. Francisca Mayo Ramírez, quien busca a su hijo Jonathan Munivez Mayo, pidió que cualquier persona con información sobre posibles fosas en la entidad la haga llegar a las autoridades o colectivos de búsqueda.
Por su parte, en Colima, la Red Desaparecidos en Colima A.C. ha informado sobre la localización de fosas con centenares de cuerpos en Santa Rosa, Tecomán y Agua de la Virgen, en Ixtlahuacán. La organización denunció que muchas víctimas han sido encontradas mutiladas y enterradas con basura, lo que, según su testimonio, ha llevado a referirse al estado como “Colima Fosa Común”.
De acuerdo con Lorusso, el patrón identificado en estos estados coincide con lo documentado en Jalisco, donde inmuebles y ranchos han sido utilizados para la retención y ejecución masiva de personas. Testimonios de sobrevivientes han indicado que algunas víctimas son incomunicadas en zonas rurales sin acceso a señal telefónica.
Las organizaciones de búsqueda han reiterado la importancia de visibilizar estos hallazgos y exigir respuestas a las autoridades. “No se puede ignorar ni minimizar esta realidad. Es necesario reconocer su existencia y tomar medidas para enfrentarla”, concluyó Lorusso.