* La capilla se edifica en los terrenos del convento junto al templo de San Andrés, en Chenalhó, donde el sacerdote fue enterrado
Daniela Alfaro
A casi tres meses del asesinato del sacerdote tsotsil Marcelo Pérez Pérez, familiares, amigos y la comunidad de San Andrés, municipio de Chenalhó, están trabajando en la construcción de una capilla en su memoria. La capilla se edifica en los terrenos del convento junto al templo de San Andrés, donde el sacerdote fue enterrado, y se espera que esté concluida en los próximos meses.
Romeo Pérez Pérez, hermano del sacerdote, explicó que la obra lleva un avance del 50 por ciento y que comenzó con aportaciones de la familia. Sin embargo, a medida que avanzaba la construcción, otras familias y el consejo parroquial de San Andrés también ofrecieron apoyo. “Nos han ayudado muchas personas, lo que nos da fuerza para seguir adelante con el proyecto”, comentó en entrevista con La Jornada.
La capilla, que estará dedicada a la Virgen de Guadalupe, será una réplica del templo de San Andrés, donde el padre Marcelo realizó gran parte de su labor pastoral. La comunidad considera este proyecto como un homenaje a la vida y trabajo del sacerdote, quien fue asesinado el 20 de octubre de 2024. A pesar de los esfuerzos por honrar su memoria, las investigaciones sobre su muerte siguen sin avances significativos.
Familiares y amigos del sacerdote han exigido a las autoridades locales y federales que aceleren el proceso de investigación y esclarezcan las circunstancias de su asesinato. A pesar de que las autoridades aseguran que están trabajando en el caso, Romeo Pérez indicó que no se han dado detalles claros sobre el progreso de las indagatorias. “Mi hermano solo buscaba la paz y la justicia, eso es lo que queremos ahora”, expresó.
El 16 de enero, día en que el padre Marcelo habría cumplido 52 años, se organizó una marcha en su honor, que recorrió las calles de San Cristóbal de Las Casas. Participantes de la marcha, que incluyeron a miembros de la comunidad, amigos y activistas, exigieron justicia por el sacerdote y por las víctimas de violencia en la región. La marcha culminó en el barrio de Cuxtitali, donde fue asesinado el padre Marcelo, y allí se colocaron flores y una imagen simbólica en su memoria.
Sus familiares señalaron que la construcción de la capilla se mantiene como un recordatorio del legado del sacerdote, quien dedicó su vida a promover la paz y la justicia en su comunidad. La obra se espera que sirva también como un lugar de encuentro para aquellos que buscan continuar con la misión que él comenzó.