- Este día marca oficialmente el inicio de la Fiesta Grande de Enero y el primer recorrido de los parachicos adultos, quienes protagonizan una de las tradiciones más emblemáticas de Chiapas.
Noé Juan Farrera Garzón
El 15 de enero, Chiapa de Corzo se llenó de vida y devoción para celebrar al Señor de Esquipulas, una imagen venerada por su carácter milagroso. Este día marca oficialmente el inicio de la Fiesta Grande de Enero y el primer recorrido de los parachicos adultos, quienes protagonizan una de las tradiciones más emblemáticas de Chiapas.
Desde las 9 de la mañana, en la Casa de Las Chiapanecas, recinto inaugurado el 14 de enero de 2025, el patrón de los parachicos dio la bienvenida a los asistentes y ofreció recomendaciones para garantizar una celebración pacífica y encomendada al Señor de Esquipulas.
Aunque el recorrido comenzó con poca presencia, más de 2,000 personas se unieron al contingente a medida que avanzaba por las calles de Chiapa de Corzo, en un ambiente de fiesta y fe, siempre acompañados de las bellas chiapanecas, las que, a diferencia del 14 de enero, esta vez, se ubican a los costados para auxiliar a sus parachicos.
El primer avance del día culmina con la comida tradicional en honor al Cristo Negro y a los participantes de la festividad: el puerco con arroz, un platillo ceremonial que refuerza la unión comunitaria y la fe. Posteriormente los miles de danzantes continúan con las visitas a las imágenes hasta entrada la noche.
Conocido como el Cristo Negro, el Señor de Esquipulas es una representación de Cristo crucificado, venerada desde el siglo XVII en México y Centroamérica. Su imagen original se encuentra en la Basílica de Esquipulas, Guatemala, y es símbolo de milagros y devoción.
El parachico es un personaje tradicional de Chiapa de Corzo, caracterizado por su máscara de madera tallada, su montera (un tocado de fibras naturales) y su peculiar danza. Este danzante acompaña las festividades al ritmo del tambor y el pito de carrizo, representando gratitud y fe hacia los santos patronos.
