* La decisión ha generado más de 15 mil reacciones en redes sociales y motivó movilizaciones de criadores, mientras activistas celebran este avance contra la crueldad animal.
Redacción / Alfaro Noticias
El gobernador, Eduardo Ramírez Aguilar, informó la prohibición de las peleas de gallos y las carreras de caballos como parte de una estrategia para combatir la violencia y fortalecer la seguridad en el estado. La medida fue confirmada en una sesión del Consejo de Seguridad Pública, donde se destacó que estas actividades suelen estar vinculadas a conflictos sociales y delitos.
Ramírez Aguilar aseguró que la decisión se tomó con base en la seguridad pública y no en criterios de popularidad. A través de sus redes sociales, el mandatario invitó a la población a opinar al respecto, generando miles de reacciones divididas. Mientras algunos apoyaron la iniciativa por su enfoque en la tranquilidad de las comunidades, otros señalaron su impacto negativo en la economía de quienes dependen de estas actividades.
En la región del Soconusco, según el Diario del Sur, al menos 5 mil familias subsisten gracias a la crianza y comercialización de gallos de pelea, según estimaciones locales. Productores como Luis “N” expresaron preocupación por la medida, señalando que representa un golpe directo a su principal fuente de ingresos. “Esta actividad ha sido el sustento de mi familia por años. Sin ella, no sabemos qué hacer para salir adelante”, comentó.
En reacción, la asociación Tradiciones Unidas por México convocó a movilizaciones en la capital chiapaneca para pedir que se revoque la prohibición. Carlos Domínguez, representante de la organización, solicitó a las autoridades un diálogo directo y denunció que se estigmatiza a los criadores de gallos. “Esta actividad genera empleos y economía. No somos delincuentes, somos profesionistas comprometidos con nuestra tradición”, afirmó.
Galleros de la región Costa de Chiapas también han expresado su preocupación. Miembros de asociaciones y grupos gallísticos de municipios como Huixtla, Tapachula y Mazatán, entre otros, manifestaron que la actividad de las peleas de gallos es clave para la economía de miles de familias, que dependen de ella para su sustento.
Alejandro Altuzar, representante de la Asociación Nacional de Aves de Combate, solicitó que se trabaje de manera organizada y coordinada para preservar esta tradición, asegurando que, si bien los galleros apoyan las medidas de seguridad, no deben permitirse generalizaciones ni estigmatizaciones.
Francisco Reyes, un gallero de 83 años, destacó que esta actividad ha sido su vida durante más de seis décadas y que su desaparición afectaría gravemente la economía familiar. Alfredo Solís, de la sociedad gallística de Huehuetán, añadió que miles de personas dependen directamente de esta actividad en la región, por lo que pidió un análisis exhaustivo de la propuesta y como respuesta, anunciaron una marcha pacífica el 16 de enero en Tuxtla Gutiérrez, en la que esperan el apoyo de asociaciones gallísticas de otros estados y países, como Oaxaca, Tabasco y Guatemala.
Por otro lado, activistas y organizaciones en defensa de los animales respaldaron la decisión del gobierno estatal. Lilia Eugenia Chong Quero, defensora de los derechos animales en Tapachula, calificó la medida como un avance hacia la protección de las especies y la promoción de valores éticos. “No podemos seguir justificando la crueldad como parte de la cultura. Este es un paso necesario para garantizar el bienestar animal”, aseguró.