- En entrevista, la maestra Marité Nandayapa Vargas, destacada promotora cultural y oriunda de este municipio, habló sobre la relevancia histórica y contemporánea de esta indumentaria.
Noé Juan Farrera Garzón
El traje de chiapaneca, originario de Chiapa de Corzo, es un emblema cultural que ha trascendido generaciones, posicionándose como uno de los símbolos más representativos de Chiapas. En entrevista, la maestra Marité Nandayapa Vargas, destacada promotora cultural y oriunda de este municipio, habló sobre la relevancia histórica y contemporánea de esta indumentaria, que ha acompañado a las tradiciones del pueblo durante más de dos siglos.
Conocido por su base de petatillo negro o blanco y sus bordados de flores multicolores, el traje de chiapaneca ha evolucionado en diseño y colorido a lo largo del tiempo. Según Nandayapa, en sus orígenes era más sencillo y monocromático, debido a las limitaciones para obtener hilos multicolor.
A pesar de estos cambios, su esencia permanece, especialmente en la técnica del “contado”, que adorna la parte superior de la camisa con diseños de animales o flores. Sin embargo, la maestra advirtió que esta técnica está en peligro de desaparecer debido a la falta de interés en su práctica y enseñanza.
La mujer ha sido una figura constante en la Fiesta Grande de Chiapa de Corzo, acompañando a los parachicos y luciendo con orgullo el traje tradicional. Este papel ha cobrado mayor relevancia en la actualidad, especialmente con el reconocimiento oficial del 14 de enero como el Día de la Chiapaneca.
En 2024, esta celebración congregó a más de 2,000 mujeres ataviadas con el vestido tradicional, reafirmando su importancia en la conservación de la cultura local.
Tradición y sincretismo
La Fiesta Grande, que se celebra del 8 al 23 de enero, es dedicada al Señor de Esquipulas, San Antonio Abad y San Sebastián Mártir, santo patrono de los parachicos y del pueblo de Chiapa de Corzo. Durante estas festividades, las mujeres salen a las calles luciendo el traje de chiapaneca, complementado con aretes, collares, tocados y pulseras.
Marité Nandayapa explicó que el origen de los bordados del traje podría remontarse a la enseñanza de monjas durante la época de la conquista española. Estos métodos, combinados con las costumbres locales, dieron como resultado el vestido que conocemos hoy, reconocido por su representatividad y belleza.
El traje de chiapaneca se ha establecido como el más representativo del estado, siendo un honor para sus portadoras lucirlo en eventos culturales y festividades. Su belleza, tradición e historia lo convierten en un símbolo invaluable de la identidad chiapaneca.